Melilla y Ceuta analizarán de forma conjunta la presión en sus fronteras

Las dos ciudades autónomas buscan medidas para evitar la “alteración permanente” de la vida cotidiana a causa de las entradas de subsaharianos l Conesa reclama a la UE “que no se dedique a mirar desde el norte”.

Los gobiernos de Melilla y Ceuta quieren ir de la mano en todo lo que respecta a presión migratoria. Así, ambas ciudades autónomas mantendrán en breve una reunión para analizar y reflexionar sobre este problema, el cual se ha agudizado en las últimas semanas, tal y como apuntó el portavoz del Ejecutivo local, Daniel Conesa, en declaraciones realizadas en rueda de prensa.
La intención es que el encuentro sea “casi monográfico”, es decir, con la inmigración irregular como único y exclusivo tema. Aún no hay una fecha cerrada para la reunión, aunque se calcula que tendrá lugar a finales del presente mes o comienzos de marzo. De igual modo, se desconoce dónde tendrá lugar, aunque es muy probable que sea en Melilla, hasta donde se desplazaría el presidente caballa, Juan Vivas, y parte de su Gobierno.
En palabras de Conesa, no se trata de encontrar soluciones definitivas a esta situación, sino de establecer medidas que sirvan para evitar la “alteración permanente” de la vida cotidiana en ambas ciudades autónomas. El portavoz recalcó que lo principal en esta asunto es el “drama humano” de los subsaharianos, aunque también afirmó que las continuas entradas masivas a través del vallado provocan “alarma social” entre los melillenses y los ceutíes.

La situación, a peor
“Lo que ocurre no es nuevo, se lleva repitiendo muchísimos años en la ciudad, aunque en los últimos días, por desgracia, el panorama ha empeorado”, subrayó. “Las escenas que estamos viendo son terribles. Lo más importante de todo esto es el drama de aquellas personas que huyen de sus países de origen por motivos como guerras, hambre o persecuciones políticas en busca de un horizonte mejor, el cual ven en Europa. Está claro que una de las vías más utilizadas son las fronteras de ambas ciudades autónomas”, aseveró. En la misma línea, apuntó que escenas como las de Ceuta, donde el pasado día 6 fallecieron al menos quince subsaharianos al intentar entrar en suelo español, “golpean en la conciencia de cualquiera”.

“El cómodo norte”
El portavoz recalcó que los gobiernos “no pueden permanecer impasibles” ante lo que está ocurriendo y por ello reclamó, tal y como ha hecho Melilla en numerosas ocasiones, una mayor implicación de la Unión Europea (UE) en este asunto.
“Es muy fácil hablar desde el cómodo norte”, apuntilló Conesa en alusión a la comisaria de Asuntos de Interior en la Comisión Europea, Cecilia Malmström. “Es sencillo recriminar la actuación de España e Italia, pero los problemas migratorios que tenemos aquí también son del resto de la UE”, apuntó Conesa.
En este sentido, señaló que el respaldo de Bruselas hasta la fecha ha brillado por su ausencia. “No pueden limitarse a recriminar. Estoy seguro de que hay actuaciones que se pueden hacer mejor, pero ésa no es la clave. Hay que situarse en los problemas que estamos viviendo en el sur.
Por lo tanto, lo exigible es que la UE se implique con medios humanos, materiales e intervenciones en los países de origen de la inmigración”, defendió Conesa. “La conciencia de Europa no debería soportar que se produzcan muertes en sus fronteras”, añadió.
Hay que recordar que en la madrugada del domingo al lunes tuvo lugar la última entrada irregular de inmigrantes subsaharianos en Melilla a través del vallado fronterizo. En concreto, lograron acceder a la ciudad autónoma unas 150 personas, según los datos ofrecidos ayer por la Delegación del Gobierno.

El presidente autonómico, Juan José Imbroda, señaló en la jornada de ayer que la entrada de inmigrantes subsaharianos en Melilla a través de la valla ya no es “nada inusual”. En declaraciones realizadas a RNE, rompió una lanza en favor de los agentes de la Benemérita que prestan servicio en el perímetro fronterizo y recordó que en ocasiones son agredidos por los que intentan acceder a la ciudad de manera irregular. Asimismo, aseguró que las críticas a las actuaciones de la Guardia Civil provocan un “efecto llamada” entre los inmigrantes.
“Diciendo que los agentes se exceden o que tal intervención no se puede hacer puede provocar un efecto llamada, algo buenísimo para las mafias que trafican con seres humanos. Provocará que entre aquí quien quiera y como quiera. La frontera española va a quedar a la altura del betún si no se hace nada. Algunos pretenden que esto sea un auténtico coladero en base a no se qué sensibilidades o derechos”, apuntilló.
En la misma línea, señaló que hay que poner en la balanza muchos elementos y tener en cuenta que los agentes de la Benemérita llevan a cabo un trabajo “abnegado y penoso” para defender las fronteras españolas. “Se habla poco de los heridos. En los últimos años ha habido cien entre las filas de la Guardia Civil”, aseveró. “Muchos inmigrantes llegan agrediendo”. Además, insistió en que la imagen que se está dando en los últimos días con las críticas a la actuación de los guardias civiles es que los agentes son “prácticamente unos canallas”.
“Dicen que hay 30.000 subsaharianos esperando a entrar en Melilla y Ceuta. Con reproches de este tipo serán 300.000 o 3 millones, porque las mafias se verán beneficiadas”, insistió. “Los agentes están sometidos a una presión extraordinaria”.
En cuanto al trato que reciben los subsaharianos que logran entrar en Melilla, señaló que se les atiende “perfectamente” y que reciben la atención sanitaria necesaria antes de ser trasladados a la Jefatura Superior de Policía y posteriormente al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). “Allí se les aloja y cuentan con cama, ropa y manutención”, recalcó.