En junio del 2021 entró en vigor la Ley de Eutanasia en toda España y Melilla ya ha recibido su primera solicitud. Para comprender mejor esta nueva norma, El Faro ha hablado con Reyes Sanz, presidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación de este proceso en Melilla.
Sanz explica que la eutanasia se puede solicitar al sistema sanitario de forma voluntaria, pero antes hay que cumplir una serie de requisitos, como poseer la nacionalidad española, tener residencia legal con al menos 12 meses de empadronados.
La persona solicitante debe tener un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que le haga pasar por un sufrimiento insoportable.
“Hay muchas enfermedades crónicas que no tienen cura y que tienen una evolución muy larga, pero para la eutanasia, la enfermedad tiene que ser grave, incapacitante y que produzca un daño físico insoportable”, explica Sanz. En este punto, se hace esencial haber dejado en un testamento vital la voluntad sobre este tema.
Así pues, una vez que la persona tenga claro que cumple los requisitos, debe hacer una petición formal al médico que elija. Tiene que hacer un escrito en el que se diga cuál será su médico responsable. “El proceso es garantista”, es decir, desde que una persona presenta la solicitud hasta que la prestación se lleva a cabo, el médico responsable establece una relación de deliberación con la persona y le explica los detalles: qué es el proceso, cómo se va a realizar, qué plazos tiene, etc.
Además, también habrá un médico consultor, que ha de ser especialista en la enfermedad en cuestión y que no forme parte del equipo del médico responsable. “Una vez que el médico consultor da su visto bueno, el médico responsable presenta el caso a la Comisión de Garantías. Todo este proceso tiene que estar por escrito y verse reflejado en el historial clínico del paciente”.
Llegados a este punto, Sanz recalca que el sanitario tiene derecho a ejercer la objeción de conciencia tal y como se recoge en la ley. En este caso, se buscaría otro médico responsable que accediese a hacerse cargo de la solicitud.
Este proceso puede durar unos 30 días. La ley también ha previsto que se pueda alargar de forma excepcional este plazo. “Es un procedimiento muy garantista”, dice. En otras comunidades autónomas, las solicitudes las están recibiendo principalmente el médico de familia.
Recalca que este derecho está garantizado. “La ley obliga a ello, de alguna manera, la ley garantiza el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales, pero insta a las instituciones sanitarias a que busquen a otro médico responsable que permita que se realice la prestación sanitaria”. Sanz apunta a que “no hay que olvidar que la eutanasia tiene consideración de prestación sanitaria”. Melilla ya ha recibido su primera solicitud.
La Comisión que ella preside es la encargada de verificar que el proceso ha sido el correcto, que es garantista y que cumple los requisitos. También recogen las reclamaciones de las personas a las que se les ha rechazado la solicitud.
En las comunidades autónomas, sus comisiones las crearon y regularon a través de un decreto y en Melilla y Ceuta se hizo a través de una orden ministerial. De forma general, lo componen sanitarios, juristas, psicólogos y hay autonomías que han introducido figuras como las de los trabajadores sociales. En Melilla está formado por un jurista, cuatro médicos, cuatro enfermeros y ella misma.
Además, el Ministerio de Sanidad ha creado un manual de buenas prácticas, que permite a todas las comisiones de garantía hacer recomendaciones de cómo se tienen que ir haciendo las cosas de forma más detallada de cómo está escrito en la ley.
Sanz subraya de este manual dos elementos. El primero es una herramienta que permite a los profesionales valorar la capacidad de los pacientes y el segundo se refiere más al aspecto farmacológico, de cómo tienen que ser las dosis de los medicamentos que se van a suministrar a los pacientes que han solicitado la eutanasia.
“Las leyes garantizan derechos y lo importante es el de la autonomía que tienen las personas a decidir sobre su propia vida en determinadas circunstancias con determinados requisitos”.
Añade que, cuando se consolida un derecho en la ley, no todas las personas lo van a ejercer, sólo aquellas que sientan esa necesidad. Sanz subraya que “en cualquier momento”, la persona que haya presentado la solicitud puede aplazar el proceso o denegarlo por escrito.
Voluntad vital
Sanz explica que hay personas que entran en una situación de incapacidad de hecho y que si no tienen realizada la voluntad vital, no pueden acceder a esta prestación. En cambio, si hay una persona que tiene hecha la voluntad vital, instrucciones previas, un testamento o documento similar en el que pide tener derecho a la eutanasia, su representante puede presentar la solicitud.
Señala que este es uno de los aspectos más importantes. “Muchas veces no hemos reflexionado sobre la importancia que tiene hacer el testamento vital que es qué atención sanitaria quiero recibir para cuando no pueda decidir”.
“No nos lo planteamos porque vivimos al día y pensamos que las cosas no nos van a pasar a nosotros, este sería un buen momento para la reflexión”, concluye.
Entre la lucha por la vida y el respeto a una decisión personal
La Ley de la Eutanasia entró en vigor hace algo más de seis meses y aunque en Melilla no hay ninguna asociación que haya trabajado sobre este tema, sí está la Asociación Cuenta con Nosotros Melilla de Enfermedades Raras.
Su presidente, Guillermo Vallejo, explica que es un tema sobre el que ha reflexionado. “Yo he convivido a lo largo de estos 12 años con muchas madres luchando hasta su último aliento por sus hijos con enfermedades raras muy complicadas y digo hasta su último aliento”. Ahora tienen entre 50 y 60 socios en la ciudad.
En Melilla hay más de 4.000 personas afectadas con enfermedades raras y la asociación la están haciendo marchar unos pocos voluntarios para atender a las personas que lo necesiten, aunque el 2021 ha limitado la actividad. “Las enfermedades raras suelen ser con un diagnóstico progresivo, irreversible y sin tratamiento curativo, todos los tratamientos que suelen tener son paliativos, para aliviarnos lo que tenemos”, dice.
Vallejo piensa que la eutanasia es un tema muy personal. Explica que hace unos cinco años, vino a Melilla un catedrático de la Universidad de Granada para hablar sobre la Ley de Testamento Vital y éste hizo una pregunta acerca de una joven de 25 años que tenía necrosados los brazos y las piernas y estaba en estado de coma.
Los médicos dijeron a los padres de la joven que si le cortaban a esta los brazos y las piernas podría vivir, pero no se lo garantizaban y podría quedarse en estado vegetativo. Vallejo se pregunta si los padres saben qué es lo que quería su hija o creen que lo saben. “Por eso creo que es importante que lo decida uno mismo en un testamento vital, la eutanasia creo que es algo tan fuerte”. Piensa que nadie tiene capacidad de pensar, criticar o decidir por otra persona.
HAY UN DICHO QUE REZA ASI: ANTE LA DUDA ABSTENERSE, LA VIDA ES COMO EL AGUA QUE RECORRE UN RIO Y NO TIENE FIN..