Melilla celebró ayer su aniversario con los tradicionales actos de un ofrenda a la estatua de Estopiñán y una ceremonia en la que se entregaron las Medallas de Oro de la Ciudad. Además este año, se realizó un sentido homenaje a las víctimas de la pandemia de coronavirus. Los actos fueron sobrios y sentidos, especialmente el dirigido a los 106 melillenses que han perdido la vida a causa del coronavirus. También se reconoció la labor para con la Melilla de enseñas de la ciudad como son la Asociación de Estudios Melillenses y el pintor Eduardo Morillas.
Por desgracia, la jornada pasará a la hemeroteca por haberse realizado tres actos diferentes en la ofrenda a Estopiñán. El PP y Vox se desmarcaron del homenaje oficial organizado por la Ciudad Autónoma tras sentirse agraviados por el formato inicial del evento, que no incluía la presencia de todos los diputados que componen la Asamblea de Melilla. Ya se ha informado en este periódico sobre los motivos de la polémica, un exceso de celo innecesario por parte del Gobierno local a la hora de intentar aplicar las normas sanitarias para prevenir los contagios de coronavirus. Una pifia de protocolo mal gestionada pero que tampoco tendría que haber llegado a más una vez que se rectificó y se invitó al acto todos los representantes.
Por desgracia, el desenlace es que se mostró una absoluta desunión entre los representantes políticos de los melillenses. Por unos y por otros, la imagen de distanciamiento entre Gobierno y oposición que se ha ofrecido no es la que merecen los ciudadanos en un día tan significativo y en una época tan complicada como la que venimos atravesando desde la explosión de la pandemia de coronavirus. Si no son capaces de aparcar sus diferencias para honrar con unas flores al fundador de la ciudad, parece improbable que logren acordar las medidas que Melilla necesita para poder avanzar. La percepción que tiene el ciudadano de a pie cuando contempla estas situaciones es terrible y descorazonadora.
Los políticos de la ciudad deberían ser conscientes del mal momento que están atravesando muchos melillenses. La pandemia y la caída de la economía ha generado graves problemas a muchos de los ciudadanos y no necesitan que se generen debates estériles, necesitan que se les solucionen sus problemas. Es evidente que cada partido tiene su ideología y sus ideas sobre lo que es adecuado para el porvenir de la ciudad pero en momentos como los que estamos atravesando, las diferencias, sobre todo las estéticas, deben desaparecer. Los melillenses esperan más de sus políticos.
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