La Jefatura Superior de Policía de Melilla pierde este viernes 35 policías, que terminan sus 11 meses de práctica en la ciudad y que celebrarán su jura o el próximo viernes 20 de mayo, en Ávila.
Eso significa que la plantilla de la Policía Nacional pierde 35 agentes dos días antes de que acabe la prórroga de 15 días de cierre de frontera, decretada por el Ministerio del Interior el pasado 30 de abril.
De las 55 vacantes que salieron por Concurso General de Méritos, 17 de ellas se han quedado vacantes. Son éstas las que podrán pedir la mitad de los agentes que han estado de prácticas en la ciudad desde el verano de 2021.
Según explica Jesús Ruiz Barranco, portavoz regional del SUP y de la Plataforma por una Frontera Segura, Melilla ha dejado de ser atractiva para los policías nacionales que desde que se aprobó la equiparación salarial, no tienen incentivos para desplazarse a la ciudad porque la diferencia de sueldo no compensa las dificultades para salir en barco o en avión de la ciudad: los billetes son cada vez más caros y tienen horarios imposibles.
"Desde hace dos o tres años se quedan plazas desiertas. Melilla ya no es un destino bonito. Ahora la plantilla será de gente joven que se quiere ir, más o menos igual que como pasa en Madrid o Barcelona. Vamos a convertirnos en una ciudad de paso", añade el portavoz regional del Sindicato Unificado de Policía.
Los efectivos policiales hacen números y si en su ciudad ganan 2.000 euros o 2.000 y pico de euros y se ahorran tener que estar pendientes del barco o el avión para ver a la familia, no vienen a Melilla.
Por no venir, explica Ruiz Barranco, ya no quieren venir ni los agentes con antigüedad que venían antes, que se pedían el destino de Melilla por la diferencia en el sueldo. "No interesa. Cuesta mucho trabajo para moverse", explica el portavoz de la Plataforma Sindical, que de momento sigue sin saber cuándo abrirá la frontera.
En una conversación reciente que como representante sindical ha tenido Ruiz Barranco con los responsables de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, le han repetido lo que todo el mundo sabe: que la reapertura de la frontera no tiene fecha todavía.
A diferencia de lo que ocurre en Ceuta, donde se ve movimiento de obreros arreglando la frontera, en Beni Enzar sólo se ha visto en los últimos días una máquina de catas de terreno. También han retirado las cabinas de chequeo y los filtros de entrada de personas.
En teoría, en esa zona se construirá un edificio de oficinas que se convertirá en una especie de centro de control de las entradas y salidas, pero los funcionarios temen que las obras se realicen cuando esté la frontera abierta.
"Aquí va todo mucho más lento que en Ceuta", insiste Ruiz Barrando, que también consiguió que la Jefatura Superior le aclarara si se había pedido a los agentes destinados en frontera que renunciaran a permisos y vacaciones del 1 al 15 de mayo.
La explicación que le dan desde Jefatura es que fue sólo una recomendación. Los rumores se extendieron por la plantilla, al parecer porque algún cargo intermedio habría entendido que se trataba de una orden.
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