Melilla es la segunda autonomía con mayor porcentaje de hombres (96,4%) entre su población reclusa, solo superada por Castilla-La Mancha (97,8%), de acuerdo con los datos registrados por la secretaría general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior al cierre de 2021.
En concreto, 186 de los 193 internos que había en el centro penitenciario de Melilla entonces eran hombres, y los restantes siete, mujeres (3,6%). Mientras, el número total de internos representa alrededor de un 0,23% de los habitantes de la ciudad.
Sin embargo, ya para enero de este año la cifra de reclusos había bajado hasta los 180 reclusos: 174 hombres y seis mujeres. Por ende, de un mes a otro el porcentaje de población reclusa masculina en Melilla se había incrementado ligeramente, hasta situarse en el 96,7%.
En todo caso, se trata de descensos históricos en el número de presos de una cárcel que anteriormente ha tenido entre 350 y 500 internos.
Sin embargo, la situación ha sido similar en el resto de España, cuyas prisiones tienen una tasa de ocupación de 73,4 internos por cada 100 plazas, más de nueve puntos por debajo de la media europea, que se sitúa en 82,5, según lo confirma el estudio Space 21 sobre la situación penitenciaria en los países del Consejo de Europa.
El propio informe, citado por el diario ABC, revela que actualmente la administración central tiene 47.228 internos y 64.345 espacios disponibles.
La criminalidad en España, entre la más baja de Europa
El medio nacional refiere que España se ubica justo en el ratio medio europeo del número de presos por cada 100.000 habitantes: 101,8 internos, una tasa alta si se tiene en cuenta que sus índices de criminalidad son de los más bajos del Viejo Continente: 43,1 delitos por cada 1.000 habitantes.
Sin embargo, lo anterior se explica a través del mayor tiempo que pasan los reclusos españoles en la cárcel. En concreto, a nivel nacional un interno pasa como promedio 22,7 meses encarcelado, con lo que prácticamente duplica el de Europa, que es de poco más de un año (12,4 meses).
De hecho, en los centros dependientes de la Administración General del Estado (AGE), -entre los que solo no se cuentan los de Cataluña y País Vasco-, más de una cuarta parte de los reclusos (25,7%) cumple penas de entre 5 y 10 años, lo que supone más del doble de la media europea.
Mientras, el mismo estudio indica que en el año de la pandemia, la tasa de mortalidad en España fue de 32,8 fallecimientos por cada 10.000 internos, algo por debajo del registro medio de Europa, que fue de 33,1 muertes por cada 10.000 internos.
Al mismo tiempo, apenas un 15,2% de los reclusos del país se encuentra a la espera de juicio, o lo que es lo mismo, en prisión preventiva o provisional. Esta cifra supone casi la mitad de la de Europa, que llega al 28,9%.
De igual manera, los centros penitenciarios de la AGE presentan índices inferiores a los europeos en casi todas las modalidades delictivas. En homicidios, por ejemplo, España registra un 7,7% frente al 13,9% del Viejo Continente. Lo mismo ocurre en cuanto a violación (2,9% frente a 4,6%); hurto (2,3% frente a 15%); y delitos contra la seguridad vial (2,7% frente a 4,5%).
Las estadísticas penitenciarias de España también están por debajo de las medias de Europa si se atiende a los delitos de carácter sexual (4,6% frente al 4,8%), o los que atentan contra la salud pública (17,2% frente a 18,1%).
No obstante, el panorama cambia si se trata de delitos contra el patrimonio (a excepción del hurto). Puntualmente, un 31,9% de los internos cumple pena privativa de libertad por robo, frente al 10,1% europeo.
Además, España supera el registro medio europeo en los delitos económicos (4,3%), que llega a un 5,2%.
Asimismo, a tenor con lo que concluye ABC, la tasa española iguala la europea en delitos de terrorismo, con un 0,5%.