Un minuto de silencio para recordar a todas las personas que han perdido la vida por la COVID-19. Han sido 60 segundos con un nudo en la garganta recordando a los que ya no van a estar con nosotros. Todos los representantes de la ciudad, desde instituciones oficiales a los miembros de las comunidades religiosas y culturales, han estado presentes en la plaza de las Culturas, entre la mezquita del Mantelete, la iglesia Castrense y el monolito de recuerdo a la comunidad judía. Todos unidos han querido rendir este homenaje a los fallecidos y a sus familias que no han podido estar con ellos en esos últimos días de vida ni recibir el consuelo que les hubiera gustado.
El presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, indicó que se habían reunido todos los partidos con representación en la Asamblea, todas las instituciones y dirigentes de las religiones y culturas con el objetivo de tener un recuerdo para todas las personas que han fallecido. No obstante, subrayó que este “duro camino” que hemos realizado todos durante tres meses ha llegado a una situación mejor gracias a todo el trabajo de la entidades públicas y de los ciudadanos, añadió. De Castro aseveró que era importante realizar este encuentro de todos y guardar ese minuto de silencio.
Por su parte, el consejero de Políticas Sociales reconoció lo complicadas que han sido estas semanas para los dirigentes que han tenido que tomar decisiones durante esta crisis sanitaria y también para las familias que han estado confinadas y no podían abrazarse ni verse. Pero subrayó que lo más duro han sido las pérdidas de vidas más de 20.000 en toda España y dos en Melilla. Mohamed Mohand remarcó que todas ellas estarán en el recuerdo de todos. Por ello, hizo hincapié en que había que realizar este acto y además en un espacio simbólico como la plaza de las Culturas.
También intervinieron algunos representantes de las comunidades religiosas y culturales, como el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, que explicó que la memoria es “el recuerdo del corazón”. Por ello, indicó que no debemos olvidar lo vivido porque nos hará “vivir con más sentido”.
Resa explicó que durante estas semanas muchas personas, de todas las creencias y religiones, han preguntado dónde está Dios en estos momentos tan duros y complicados. Afirmó que visto a muchas personas con depresión por no poder abrazar a sus seres queridos o no poder acudir a su sepelio. “Todo esto nos tiene que ayudar a valorar lo mejor y lo esencial de la vida, cuando en otras ocasiones damos importancia a cosas que en realidad no tienen ningún valor”, aseveró.
El vicario episcopal destacó que cada vez que bajaba del cementerio cristiano de oficiar un entierro lo ha hecho con lágrimas en los ojos porque, aunque en Melilla se hayan perdido dos vidas por la COVID-19, son muchos los sepelios en los que solo han podido ir dos personas. Muchas familias no han podido despedir a sus seres queridos y eso lo definió como “arrancarse el corazón”.
Resa aseveró que este tipo de actos son muy importante para estas familias y añadió que el 26 de este mes se hará un funeral para todas las víctimas del COVID-19 y también para “todas aquellas que no han podido ser despedidas como se merecen”. Afirmó que todo esto nos ayuda ser “un gran pueblo, una gran ciudad y una gran nación” porque hay que despedir a “los nuestros”. Además, lamentó que muchos de ellos sean “nuestros mayores que dieron la vida por nosotros”. Por ello, aseveró que si todas estas personas están en nuestra memoria, tendrán hueco en el corazón y estarán ahí para siempre. “Ojalá que todo esto nos ayude a sacar a cada uno de nosotros lo mejor de nosotros mismos”, añadió.
Por su parte, el presidente de la Comunidad Judía, Jaime Azancot, indicó que las personas que creen en un Dios todopoderoso saben que detrás de todo esto está la mano de Dios aunque no se comprenda. Aseveró que tras esto hay un mensaje de Dios. También indicó que hay que recordar a los fallecidos y luchar por los enfermos que aún tienen las secuelas.
El presidente de la Comunidad Hindú, Ramesh Ramchand, hizo hincapié en que no podemos bajar los brazos aún y que hay que seguir luchando contra el coronavirus.
Por último, José Heredia, miembro de la Comunidad Gitana, comentó que esta situación que hemos vivido de confinamiento le llevó a pesar en aquellos primeros gitanos que llegaron a esta tierra y que tuvieron que vivir apartados por diferentes órdenes. Indicó que si hay algo que se ha echado de menos en estas semanas encerrados en casa ha sido la familia y los lazos de hermandad. Subrayó que si debemos aprender algo es dar valor a eso que muchas veces dejamos de lado por falta de tiempo, como pasar tiempo con los seres queridos.
Para cerrar este acto, el consejero de Políticas Sociales aseveró que la imagen de todas las instituciones, los partidos, las religiones y las culturas juntas es la real de Melilla. Subrayó que la ciudad “no crispación ni batalla ni pelea”, sino que es la ciudad de la unidad, de la diversidad y de la multiculturalidad.
Por otro lado, la familia de la mujer que falleció por COVID-19 en Melilla indicó a este periódico que nadie les avisó de que se iba a guardar un minuto de silencio por las víctimas de esta enfermedad y que les hubiera gustado asistir. Esperan que se cuenten con ellos si se repite un acto así.
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