Siete de cada diez matrimonios se celebran en los juzgados o en el Palacio de la Asamblea, según el INE. Los trámites en el Registro Civil pueden tardar en ocasiones más de un año.
No es una tendencia reciente, pero con los años ha ido a más. Melilla es la región española con mayor tasa de matrimonios civiles. En la ciudad siete de cada diez enlaces (73,26%) se celebran en los juzgados o en el Ayuntamiento, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) que abarca la evolución de las bodas civiles entre 1991 y 2010.
La tasa de matrimonios por lo civil en Melilla es muy superior a la media nacional (66,53%) y sólo hacen sombra a los melillenses, de lejos, los enlaces celebrados en los juzgados de País Vasco (65,17%) y Madrid (60,15%).
Ya en 1991, seis de cada diez bodas (61,27%) que tenían lugar en Melilla se celebraban por lo civil, mientras que en el conjunto de España no llegaba al 28% (27,74%).
Diez años después, en 2001, la tasa de matrimonios civiles se había disparado en la ciudad autónoma hasta el 73,79%, mientras que en el conjunto de España se registraba un ligero incremento hasta el 28,54%.
En 2010 Melilla mantuvo su alto índice de matrimonios civiles más o menos constante, en el 73,26%, mientras que en el conjunto de España se registró un incremento importante, al llegar al 66,53% de media. Aún así, Melilla sigue estando muy por encima de la media nacional.
Para el sociólogo Ginés Marco, profesor de Ética en la Universidad Católica de Valencia, el aumento de las bodas civiles “es una constante en España porque uno de cada dos matrimonios concluye en divorcio y eso implica que el número de matrimonios civiles aumente porque los que quieren volver a casarse lo hacen obviamente por lo civil, que es más rápido. En el caso de poblaciones de distintas culturas, la necesidad de matrimonios civiles es más acuciante, ya que ritos religiosos con valor legal sólo lo tiene la iglesia católica. Melilla tiene todas las claves para que el número de matrimonios civiles aumente por su multiculturalidad, aunque hay que destacar que el rito musulmán tiene mucho menos importancia”, opina Marco.
No hay cola
En la oficina de Protocolo del Palacio de la Asamblea no hay cola para casarse pese a que las bodas civiles sólo se celebran los viernes por la mañana. “En cuanto las parejas llegan con los papeles del Juzgado, si hay sitio esa semana, se casan ese mismo viernes. Si no, se les da cita para el viernes siguiente porque sólo se celebran cuatro bodas cada viernes por la mañana. Quien quiera casarse un viernes por la tarde o un sábado por la mañana tiene que hablar con un diputado para que oficie la ceremonia, explicaron a este periódico fuentes de la Ciudad Autónoma.
No es en el Palacio de la Asamblea donde hay que hacer cola. La cola se hace en los juzgados y puede tardar más de un año. “Se hace así para evitar matrimonios de conveniencia”, explican a El Faro fuentes judiciales.
Los trámites comienzan con la apertura de un “expediente matrimonial” que requiere una fotocopia del DNI, inscripción de nacimiento, certificado de empadronamiento o residencia (si no estás empadronado en Melilla no puedes casarte aquí), declaración jurada de estado civil y en caso de ser divorciado, certificado literal de matrimonio con anotación marginal de divorcio.
Una vez examinada la documentación (en el caso de parejas mixtas en las que uno de los cónyuges es extranjero, este trámite es bastante lento) los novios son sometidos a una entrevista.
Superados estos trámites, queda por delante la cita para casarse, que en ocasiones se dan con un margen de seis meses, según ha podido saber este periódico.
Aún así, ni la lentitud ni los trámites farragosos minan el número de matrimonios de Melilla, que el año pasado tuvo la segunda mayor tasa de nupcialidad de España, sólo por detrás de Ceuta.
No obstante, se ha registrado un leve descenso en el número de bodas, pero, como en el resto de España, los sociólogos lo achacan a la crisis. En 2011 se registraron en Melilla 324 enlaces (civiles y católicos). Son 121 menos que en 2010, cuando en la ciudad se dieron el ‘sí quiero’ 445 parejas, una de ellas gay, según el INE.
"Hasta 10.000 euros por una boda de conveniencia"
Uno de los motivos por los que en los juzgados de Melilla miran con lupa los matrimonios mixtos es para verificar que no es un enlace de coveniencia.
Juan (nombre real, pero sin apellidos para proteger su identidad) es español, tiene 48 años y se casó hace tres años por lo civil con una mujer marroquí con la que ya tenía una hija. Aún así, el papeleo en los juzgados de Melilla le llevó un año y dos meses.
“Me pidieron un montón de papeles. Tantos, que terminé buscándome un abogado. A eso súmale las entrevistas en el Consulado y en los juzgados donde te preguntan cómo se llaman los padres de tu pareja, qué come... Eso lo hacen para saber si llevas tiempo con esa persona, si la conoces. Yo creo que si te casas con alguien de Nador o Beni Enzar lo tienes más fácil, que si es de la zona sur”, cuenta a El Faro.
Lo peor, insiste Juan, no es todo el papeleo que hay que hacer en los juzgados de Melilla. “Cuando acabé todo y creía que ya estaba hecho, me dieron cita para otros seis meses. Hay que tener muchas ganas de casarse para esperar tanto”.
En su opinión todo el trámite en los juzgados es tan farragoso porque “hay más matrimonios de conveniencia que reales. Por un matrimonio de conveniencia pueden pagarse ahora mismo entre 8.000 y 10.000 euros. Depende del poder adquisitivo de la familia y no sólo se casan por conveniencia los chicos, aunque son mayoría”, comentó.
El suyo es de los matrimonios de verdad, dice. Lleva siete años junto a su esposa y no puede olvidar todo lo que pasó la noche en que ésta dio a luz (aún no estaban casados). “La llevé a las tres de la madrugada al hospital de Nador y me dijeron que el médico no venía hasta las nueve de la mañana. Así que no me quedó otra que darle 400 euros a un policía marroquí y traerla a dar a luz en el Hospital Comarcal. En Marruecos me habían dicho que era niño. Nació una niña y por cesárea”, dice, mientras sienta a su hija de tres años en sus piernas.
Su experiencia es diferente a la de Mustafa, un musulmán melillense, casado con una musulmana. “A mí me tardó un mes en 2009, pero me hicieron muchísimas preguntas. Para pasar la entrevista hay que convivir con la pareja al menos dos años, para conocerla bien”.
Por eso, Mustafa cree que “en Melilla es muy difícil que se den los matrimonios de conveniencia. La cita del Registro la hacen con lupa. Aunque pagues, primero tienes que convivir con esa persona, porque si no, no pasas la entrevista y no te casas”, dijo.
Melilla celebra 50 bodas al año
Las bodas civiles van a más en Melilla y las católicas, como en el resto de España, no viven su mejor momento. Según el vicario episcopal de la ciudad, Roberto Rojo, se celebran “unas 50 como mucho al año”. Y, a diferencia de lo que pasa en diócesis como la de Cartagena, en la península, donde las citas se dan con un año de antelación, “en Melilla se piden con un año de antelación por la reserva del restaurante no por la iglesia”. En la ciudad no hay cola para casarse por la iglesia. Basta con hacer los cursillos prematrimoniales, que aquí son cinco charlas “de lunes a viernes”. El descenso del número de bodas católicas se debe, explica el vicario “a que los jóvenes católicos han cambiado. Ahora las parejas se van a vivir juntas antes de casarse. Antes te casabas con 20-22 años porque esa era una forma de emanciparte. Hoy la gente joven se emancipa sin tener que casarse. Los novios que llegan ahora al altar son treintañeros y “mayormente es gente de Melilla”. El INE le da la razón. Los hombres que se casaron en 2010 en Melilla tenían 31,01 años de media y las chicas, 26,65.