Melilla, dibuja sus encantos

Viento, sol, nubes y chaparrón  El tiempo no tuvo compasión de los más de 30 pintores que ayer estuvieron por la ciudad retratando diferentes escenas de la vida cotidiana. El mar, el centro modernista, las calles con el trasiego de gente y la belleza de los rincones de El Pueblo fueron algunas de las imágenes protagonistas de los lienzos.

El sellado de los lienzos de los participantes de la IX Edición del Certamen de Pintura Rápida Ciudad de Melilla comenzó a las 9:00 horas en el Real Club Marítimo, un lugar idóneo, según algunos participantes, al encontrarse en el centro de la ciudad. Una vez que la organización de este concurso firmó los cuadros, los artistas se dividieron por diferentes zonas de la ciudad para retratar todo tipo de imágenes curiosas.
Hubo quien el día anterior había dado una vuelta por Melilla para descubrir qué realidad deseaba recoger con sus pinceles. Otros en cambio, prefirieron dejarse inspirar por las musas a esas horas de la mañana y coger el camino al azar hasta ver un espacio bello que retratar.
Para los melillenses ya no es una sorpresa encontrarse con una persona escondida detrás de un cuadro apoyado en un caballete y midiendo con su dedo o el pincel el edificio cercano.
Un gran número de artistas subieron a la búsqueda de escenarios por descubrir en El Pueblo. Cerca del Faro y de Estopiñán se pudo ver ayer a dibujantes que a lápiz o carboncillo recreaban el paisaje del puerto y del interior de las calles de Melilla La Vieja.
También bajo las Torres del V Centenario se ubicó un grupo de pintores, que con óleos, acrílicos y acuarelas deseaban captar el contraste entre los marrones de las murallas y el azul añil del mar.
Sobre las 11:15 horas cayó sobre Melilla un pequeño chubasco. Nada grave para los cuadros, aunque como la nube insistía en descargar agua, muchos artistas tuvieron que buscar un refugio momentáneo para evitar que sus lienzos se estropearan. Para algunos, los colores grises del cielo fueron de lo más inspirador, mientras que otros se quedaban con la imagen del primer sol de la mañana.
Lo sorprendente fue no encontrar a ningún artista por el Parque Hernández. De hecho, un matrimonio que paseaba por la ciudad a esas horas, preguntaba a los ciudadanos que estaban sentados si habían visto por entre la flora a algún pintor.
La jornada de ayer fue corta para algunos de estos artistas, que deseaban haber mejorado con mayor número de detalles sus obras. Otros en cambio, finalizaron sus cuadros con el tiempo suficiente como para tomarse algo fresquito que les devolverá a la vida tras pasar un día entero bajo el calor y la humedad del cielo de Melilla.
Algunos de estos pintores se sorprendieron al ver la ciudad tan cambiada y otros se llevaron una grata impresión de lo bonita que es esta localidad tan desconocida en el resto de la península.
Cerca de las 18:00 horas, los más rezagados llegaban al Real Club Marítimo para dejar sus obras en el concurso. La mayoría, cargados con maletines y carritos, se fueron a los hoteles para darse una merecida ducha y estar muy guapos para la entrega de premios.

Antonio Castro

Antonio Castro es de Málaga y es la tercera vez que viene a Melilla para participar en este certamen de pintura rápida. En las otras dos ocasiones que estuvo ganó el primer premio, por lo que pensó que este año se podría cumplir eso del “no hay dos sin tres”.
No obstante, resaltó lo cambiada que estaba Melilla desde la última vez que anduvo por sus calles.
Este pintor afirmó que ha visto la renovación de algunos edificios y que Melilla siempre sorprende para bien a los visitantes.
El pequeño chubasco que hubo a primera hora de la mañana le sorprendió bajo un árbol de la plaza de España. Así, aseguró que había elegido este lugar en primer lugar porque le encanta retratar los edificios modernistas, y por otro lado, porque bajo el árbol iba a poder aguantar mejor el calor fuerte de ayer. Además, le vino bien este pequeño rincón para guarecerse de la lluvia.
Para este artista era la primera vez que veía a Melilla con el cielo nublado. No obstante, indicó que hay que saber aprovechar el contexto y aunque la ciudad tiene un sol muy bonito, también se puede sacar partido a los tonos grises que reinaron ayer durante todo el día.

Etzozi

Esta artista de Bilbao destacó la amabilidad de los melillenses. Era la primera vez que visitaba la ciudad y mostró su sorpresa porque no sabía lo bonita que era. Se esteró de que Melilla tenía este concurso en una convención en Helsinki con otros acuarelistas y destacó que llevaba todo el año llamando a la Consejería para enterarse de cuándo se abría el plazo de inscripción.
La única pega de esta pintora fue que el calor secaba con rapidez las acuarelas y no tenía tiempo de retocar sus pinceladas. Cerca de las Torres del V Centenario, eligió este lugar por el contraste entre el mar y las murallas.

Rafael Bemguigui Rodríguez

Rafael conoció este certamen de pintura a través de Internet y aseguró que ya era un premio para él estar en esta ciudad tan hermosa pintando al aire libre.
Este artista viene de Fuengirola, de Málaga, pero nunca antes había visitado la ciudad. Su puesto estaba en el cargadero entre las Torres del V Centenario. Aseguró que cuando llegó en el barco el viernes se enamoró del contraste de Melilla La Vieja y el mar.

Eduardo Alsasua

Eduardo es un joven pintor de Vitoria que está acostumbrado a los certámenes de pintura rápida. Aunque no suele salir del norte de España para presentarse a estos concursos. Sin embargo, le llegó la información de Melilla y pensó que sería una buena forma de desconectar durante unos días y disfrutar de una ciudad de contrastes como ésta. Se quedó en el centro porque le gustó el vaivén de gente que paseaba.

Paco Antón

Este pintor de Elche conoció el certamen del pintura rápida hace varias ediciones. Los contrastes de la luz y de los colores entre el cielo gris, el mar y Melilla La Vieja fueron los que llamaron su atención. Por ello, instaló su gran lienzo y su carrito de pinturas en la plaza que está junto a las Torres del V Centenario.
Cada año conoce más rincones de la ciudad hermosos y destacó las numerosas reformas que se están haciendo por el centro y otras zonas de El Pueblo.
“Si estuviéramos en la península, esta ciudad sería muy turística”, resaltó.
Era la primera vez que pintaba Melilla con el cielo nublado, pero afirmó que para los pintores no era un inconveniente. Los tonos grises también pueden quedar bien en los lienzos, destacó.
Para este pintor, lo que peor les podía pasar ayer era que el viento soplara con fuerza. No obstante, las brisas permitieron que acabara su lienzo sin mayor problema.
Su cuadro estaba repleto de líneas negras que se entrecruzaban dibujando el perfil de Melilla La Vieja y gran parte del puerto, con su barco y el mar en primer plano.

Manuel Plaza

Este pintor vino de Ciudad Real, aunque se licenció en Bellas Artes en la ciudad de Granada.
Era la cuarta vez que participaba en este certamen y le hacía mucha gracia que la gente se parara para ver el desarrollo de su obra. Así, destacó que le gustaba estar rodeado de gente y que los melillenses y otros turistas le preguntaran sobre su cuadro.
De hecho, se trajo ayer un lienzo de Melilla La Vieja y el mar de otras ediciones por si alguien deseaba comprárselo.
Este artista afirmó que Melilla es una ciudad particular y muy insólita, con esos edificios modernistas y el carácter de las gentes de África.
Ha visto la ciudad muy cambiada desde la primera vez que la conoció. Así, destacó que se hayan arreglado muchos edificios del centro y resaltó que cada vez que visita de nuevo la ciudad, se da cuenta de lo hermosa que puede llegar a ser.
La yuxtaposición de estilos es una de las principales razones por las cuáles eligió quedarse bajo un árbol de la Plaza de España para retratar los edificios del Casino Militar y del antiguo Banco de España.
No ha ganado nunca una edición de este concurso, pero aseguró que estar en la ciudad ya era un buen premio para todos los pintores que participaban en este certamen.