La mejora de la situación de la pandemia en Melilla ha llevado a dejar en suspenso la Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVE) "Melilla", a través de la cual militares de las Fuerzas Armadas realizaban sus labores de rastreo, entre otras, apoyando a la Consejería de Salud Pública en su lucha frente a la COVID-19.
En una nota de prensa, la Comandancia General de Melilla ha informado de que esta decisión de dejarla en suspenso se ha adoptado a petición de las autoridades sanitarias, aunque está en disposición de ser reactivada en cualquier momento.
Los militares que realizan sus labores dentro de la Operación "Misión Baluarte" en Melilla, alcanzaron el 30 de marzo los 19 meses de trabajo y, entre ellas, destaca “la importante tarea” que han estado haciendo los rastreadores.
A ellos se unieron desde el pasado mes de enero los Equipos Móviles de Vacunación (EMV) que han colaborado en la campaña de vacunación para intensificar el proceso de inmunización, uno de los cuales fue destacado a la isla de Ibiza para apoyar al Gobierno de Baleares.
La UVE “Melilla” ha estado integrada dentro del Mando Componente Terrestre (MCT), liderado por el Cuartel General de la Fuerza Terrestre, en la Operación "Misión Baluarte", operación que ha tenido la particularidad de que el número de personal implicado ha variado con la evolución de la pandemia y las necesidades de la ciudad.
En sus estructuras sanitarias se han integrado tanto los rastreadores como los EMV, teniendo que estar en disposición de disminuir o aumentar los operativos activados cuando la situación así lo requería.
A lo largo de estos 19 meses, los rastreadores militares han desplegado en el Centro Tecnológico, y fueron trasladados al final de la sexta ola a las dependencias del Servicio de Informática en el Palacio de la Asamblea.
Dentro de esta operación se han llevado a cabo otras actividades, como la desinfección de centros e instalaciones de interés, el apoyo en el transporte de vacunas o la vacunación de deportistas españoles participantes en los Juegos Olímpicos de Tokio.
La Comandancia General de Melilla hace un balance muy positivo de la operación, ya que “ha estado a la altura de tan exigente reto” y han sido capaces de realizar “una plena integración con el personal de los servicios de salud de las diferentes comunidades autónomas, con los cuales se ha mantenido una estrecha y productiva coordinación”.
A sus responsables e integrantes les agradece “la gran acogida, aprendizaje e integración de nuestros militares”.
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