Una empresa de seguridad se hará cargo del suministro de billetes de la misma calidad y coste que el existente hasta ahora al resto de entidades de crédito local.
Hoy se cierra, definitivamente, la sucursal que el Banco de España tiene en Melilla, así como en el otras seis más, existentes en otras tantas ciudades españolas, entre ellas Ceuta. La petición que en su día realizó el Gobierno de Juan José Imbroda, en apoyo del de Ceuta, de que se paralizara esta decisión no llegó a buen puerto y el comunicado emitido por la entidad bancaria el pasado día 23 no dejaba lugar a dudas: ‘La Comisión Ejecutiva de la entidad acordó hacer efectivo el cierre el 31 de mayo, de las siete sucursales con menor actividad de las 22 que están operativas actualmente’.
Junto a Melilla y Ceuta también cierran las de Logroño, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo, por lo que a partir de junio de 2011, la red de sucursales sólo se extenderá por quince ciudades.
La petición de paralizar el cierre de las dos sucursales de las Ciudades Autónomas estaba extrechamente ligada a que ambas realizaban funciones relacionados con el efectivo, prestando servicio de caja a las entidades de crédito –en contraposición a las otras cinco que se cierran hoy–, aunque según alegó la entidad bancaria, el volumen de su trabajo era escaso.
Así, según informó el Banco de España en días pasados, el tratamiento de efectivo es prácticamente inexistente en el cómputo general de las siete sucursales, puesto que solo realizan el 7 por ciento de las tareas relacionadas con el efectivo que se producen en las 22 sucursales restantes.
Además, el coste anual conjunto de las siete sucursales que cesan hoy sus operaciones supone el 16 por ciento de los costes totales de la red (incluyendo costes de personal, mantenimiento, materiales, servicios externos, seguridad, amortizaciones y otros gastos).
El cierre de las siete sucursales fue anunciado el 24 de noviembre del año pasado y la resolución de la Comisión Ejecutiva de la entidad se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 22 de marzo.
Uso del edificio
El Banco de España aprobó asimismo un protocolo para acordar con el Ministerio de Economía las condiciones del traspaso de los edificios de las siete sucursales que cesarán sus operaciones al Patrimonio del Estado, que será el encargado de decidir el uso que se dará en el futuro a estos inmuebles.
En el caso del de Melilla, la Ciudad planteó en su día que se le cediera para darle un uso acorde a la revitalización del centro, aunque en ningún momento concretó cuál sería éste.
Badajoz, Oviedo y Madrid, destino de la plantilla local
La plantilla de la sucursal del Banco del España de Melilla, compuesta por nueve empleados, acordó, como se estableció cuando se anunció su cierre, bien acogerse al traslado, bien la prejubilación.
Así, dos de ellos trabajarán en Madrid, uno más lo hará en Oviedo y un cuarto en Badajoz, mientras que el resto, cinco, han solicitado la prejubilación.
Aunque el Banco de España intentó llegar a un acuerdo con las entidades de crédito en Melilla para establecer un sistema de depósito de billetes propiedad del Banco que garantice un suministro de billetes de la misma calidad y coste que el vigente hasta el momento, éste al final no ha sido posible y el acuerdo se formalizó con una empresa de seguridad, que será la que se haga cargo de este suministro de billetes al resto de entidades locales.
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