Guelaya, que lidera el proyecto Empleo Verde, ha detectado hasta 14 sectores económicos locales que pueden generar puestos de trabajo sensibles con el Medio Ambiente.
Conseguir un modelo económico sostenible y respetuoso con el medio ambiente pasa primeramente por la sensibilización y la concienciación. No obstante, Guelaya lidera un proyecto de Empleo Verde, dirigido por Margot Mendoza, con el objetivo de detectar sectores económicos susceptibles de crear puestos de trabajo sostenibles, lo que es el llamado empleo verde. Por el momento, ya existen catorce sectores en los que Melilla puede convertirse en una economía sostenible y una de las direcciones a las que apunta la directora de este proyecto es el ecoturismo y la mejora de la gestión de los residuos. Otros puntos a estudiar sería la movilidad urbana sostenible y la rehabilitación energética de edificios.
En Melilla suele relacionarse el empleo verde con las labores de jardinería y la gestión de residuos, pero este estudio ofrece la posibilidad de abrir nuevos yacimientos de empleo en la ciudad sensibles con el medio ambiente, aunque según Mendoza, “todo puesto de trabajo puede ser un empleo verde”. ¿Cómo? Reciclando papel y ahorrando energía no dejando las luces encendidas si no se está utilizando una estancia o dejar el ordenador encendido mientras no se está utilizando, por ejemplo, pero “el empresario debe sensibilizar a los trabajadores en este aspecto”.
La gestión de los residuos en Melilla ya separa el papel y el cartón del vidrio y del resto de orgánicos, envases y plásticos.
No obstante, este estudio propone la creación de un Punto Limpio “donde se puedan llevar los electrodomésticos que ya no sirven así como otros productos que son habituales en nuestra rutina diaria pero no sabemos muy bién qué hacer con ellos cuando ya no sirven”, señaló Mendoza, como es el caso de las pilas, las bombillas o los fluorescentes, el tóner de las impresoras o los teléfonos móviles.
Cuestión de concienciación
Un Punto Limpio que se convertiría en un lugar de referencia, conocido por los ciudadanos a través de campañas de información, al igual que ya es habitual el uso de los puntos Sigre para el reciclaje de medicamentos y productos farmacéuticos.
Abordar un proyecto de estas características no es fácil, en especial, cuando es una sola persona la que se encarga de hacerlo, ya que este proyecto está sujeto al programa de subvenciones que otorga la Administración del Estado para asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro.
La directora del proyecto comentó que los primeros momentos del estudio se centran en la búsqueda y recopilación de toda la información posible a través de informes nacionales sobre el empleo verde, el Instituto Nacional de Estadística (INE), observatorios o la Ciudad Autónoma.
En este sentido, “en el caso de Melilla es muy difícil encontrar datos fiables porque en muchas estadísticas y estudios se unen los datos de las dos ciudades autónomas”.
Una vez que este estudio finalice “los empresarios o emprendedores que quieran apostar por el empleo verde pueden venir aquí –a la sede de Guelaya en el Gallo de Oro, ubicado en la carretera de Cabrerizas– para informarse y le asesoramos”, afirmó.
Dos propuestas
Una de las posibilidades que ofrece Melilla es el sector del ecoturismo. Un turismo que no se centre únicamente en las excursiones en 4x4 a Marruecos sino que aproveche la oferta cultural de la ciudad así como las instalaciones de los Pinares de Rostrogordo, que sería conveniente mejorar con la ampliación y la adaptación de este espacio para el ecoturismo.
Además, se podría potenciar el senderismo y las actividades deportivas en la naturaleza así como que Melilla sería un atractivo para ornitólogos al ser un punto de migración de muchos tipos de aves.
Otra de las propuestas es la de las energías renovables al igual que la adaptación de los edificios melillenses para la instalación de microgeneradores o placas solares conectadas directamente a la red, que a día de hoy sólo poseen dos inmuebles en Melilla como, por ejemplo, el centro infantil de la Divina Infantita.
No obstante, este es un sector aún poco explotado y que tiene, por el momento, un alto coste en su instalación pero que a largo plazo ahorra en consumo de energía. Por ello, “las Administraciones Públicas deberían potenciar este aspecto con más ayudas económicas”, apuntó.
Otro de los aspectos en los que Guelaya está trabajando por el empleo verde es la labor que se realiza en el vivero de especies forestales autóctonas de Melilla en el que trabajan dos operarios de jardinería y que es el principal recurso para actividades relacionadas con la conservación de la naturaleza como la reforestación, viverismo y el refugio de reptiles que también acoge estas instalaciones.
Guelaya y Azahar, por la supresión de la planta incineradora
Guelaya Ecologístas en Acción y la asociación de vecinos Azahar han convocado para hoy al mediodía una concentración frente al Palacio de la Asamblea de la Ciudad Autónoma para solicitar otro tipo de tratamiento de los residuos que dé como resultado la eliminación permanente de la planta incineradora de Melilla.
Para ello han recogido firmas entre los vecinos del Monte María Cristina que viven en las inmediaciones de la planta que entregarán al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, para que ponga en marcha una propuesta de gestión distinta.
A través de un comunicado ambas entidades informaron también de que entregarán al mandatario melillense un estudio sobre la incidencia de las incineradoras en la salud de las poblaciones cercanas.
La polémica sobre la planta incineradora y los vecinos que viven en las cercanías de estas instalaciones data de hace varios años aquejando diversas enfermedades que estos vecinos achacan a las emisiones nocivas de la planta.
No obstante, desde la Ciudad Autónoma y la Consejería de Medio Ambiente han asegurado en todas las ocasiones que las emisiones de la planta incineradora se encuentran por debajo de los niveles marcados por la Unión Europea, por lo que no supone un peligro para la salud de las personas.