A pesar del fuerte impacto que está teniendo la inflación en el poder adquisitivo de los españoles, y particularmente en el de los melillenses, Melilla seguiría siendo la segunda ciudad más barata para vivir, algo que reveló un estudio de Kelisto antes de la pandemia y que ha ratificado recientemente Bankinter. En concreto, el análisis que comparó en 2018 el precio de la vivienda, los impuestos y el transporte, y los niveles de ingresos de las ciudades españolas, evidenció que Melilla era la segunda menos costosa, con un coste de vida un 17,13% por debajo de la media nacional y sólo antecedida por Palencia (-30,06%). Según el estimado de cuánto deben desembolsar los consumidores para acceder a los mismos productos y servicios en las distintas capitales de provincia españolas, a Melilla le seguirían Lugo (-16,94%); Logroño (-16,72); Teruel (-14,71); Cáceres (-13,44%); Zamora (-12,98); Ávila (-12,18%); Soria (-11,10%); y León (-10,24%). En cualquier caso, el panorama no parece haber cambiado mucho al menos en cuanto a frías estadísticas se refiere, pero sí en cuanto a índices concretos que influyen en la calidad de vida. Es decir, que el hecho de que vivir cueste menos, claro está, no significa que se viva mejor.
Que cueste menos no significa vivir mejor
Por ejemplo, de acuerdo con lo que publica el portal de Datos Macro, en 2020, el Producto Interno Bruto de Melilla (PIB) alcanzó los 1.509 millones de euros, lo que la situó como la última economía de España por volumen de PIB. También en 2020, el PIB per cápita, que es un buen indicador del nivel de vida de sus habitantes, ya que representa el valor de los bienes y de los servicios producidos por cada uno de ellos, fue de 17.900 euros en Melilla, frente a los 25.460 euros que tuvo como media España. Esto la colocó en el puesto 17 del ranking autonómico, lo que evidencia que los melillenses tienen menor nivel de vida que el promedio de los españoles. La investigación de Kelisto, que dejó claro que es cierto aquello de que "la vida en el norte es más cara que en el sur" o que "vivir en capitales pequeñas es más barato que hacerlo en Madrid o Barcelona", demostró que las ciudades españolas más caras suelen ser las que cuentan con los salarios más altos del país, por lo que Melilla, la segunda más barata, estuvo en un noveno lugar en la lista por ingresos, con 26.519 euros. No obstante, luego la situación empeoraría ya que la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2020 afirma que la ganancia media anual por trabajador fue de 25.165,51 euros, pero la ciudad autónoma tuvo de los menores salarios por trabajador: entre 20.000 y 22.850 euros al año. Dicho de otra manera: generalmente, donde existen los menores gastos también se registran los menores ingresos. Por ende, tampoco sorprende que, a pesar de que en 2019 Melilla fuera la autonomía con mayor renta media por hogar, con 37.552 euros, esta cifra disminuyera hasta los 37.138 euros en 2020. Además, según expone un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), al que hacen referencia desde Bankinter, con 640 euros para una vivienda valorada en 80.000, Melilla aparece entre las ciudades españolas donde más se paga por el Impuesto de Bienes Inmuebles. Por el contrario, a través de un informe de Automovilistas Europeos Asociados, Bankinter ha demostrado que, por un vehículo de 8 a 11,99 caballos, Melilla es la ciudad en la que se paga menor impuesto de circulación, en concreto, 34,08 euros; mientras, los datos de la OCU ponen al territorio entre los de menor tasa anual de recogida de basuras para una vivienda de 95 metros cuadrados, la cual alcanza los 40 euros. De uno u otro modo, lo que está en entredicho muchas veces no es el coste, sino la calidad de un determinado servicio, como sucede con el abasto de agua. Amén de que en 2020 los melillenses fueron los quintos que menos dinero destinaron a costear el agua en España, con 1,04 euros por metro cúbico, según refleja un informe elaborado por el comparador de tarifas Selectra, los vecinos de la ciudad se quejan constantemente del estado de la misma. Asimismo, es alarmante que, con unos 83.196 habitantes, la penúltima autonomía de España en cuanto a población se refiere y la menor de densidad de población del país, con 6.933 habitantes por kilómetro cuadrado, sea la de mayor porcentaje de paro de España, con el 24,7% de su población activa sin empleo, según la Encuesta de Población Activa. Otro indicador que le toma el pulso a la calidad con que se vive en la ciudad autónoma es el del flujo migratorio. No por gusto en 2021 un total de 817 personas emigraron desde Melilla hacia el extranjero, 333 personas más que en 2020, cuando lo hicieron sólo 484; y más incluso que en el año previo a la crisis sanitaria, cuando se marcharon en total 502 personas. Como botón de muestra vale añadir que el 16,2% de los jóvenes melillenses reside en otra comunidad autónoma, visto que optan por trasladarse a otros lugares del país en busca de oportunidades educativas y laborales más favorables, pese al riesgo de sólo poder acceder a un empleo"precarizado o a una vivienda con mayores sobrecostes. Lo mismo ocurre en cuanto a la natalidad, un renglón en el que el año pasado la ciudad autónoma registró la mayor caída de España, con un 29,54% menos que en 2019; o al hecho de que la Encuesta de Condiciones de Vida del INE precise que el 42,4% de la población residente en Melilla estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2020, un 3,9% más que en 2019.