“Falta mucha sensibilidad, falta mucha formación, falta mucha información y yo creo que la propia Consejería de Medio Ambiente, tal y como está hoy desarrollada e implementada en la ciudad, no tiene ni capacidad técnica, ni económica, para desarrollar los planes que hay en otras ciudades”, señaló Javier Bocanegra, presidente de Melilla ConBici.
Expuso que hay ciudades que han desarrollado planes para reducir los efectos del cambio climático, como poner techos zonas verdes, mejorar térmica y acústicamente las viviendas, diseñar los edificios para que haya una ventilación natural o poner parques en los barrios para que los residentes del lugar no tengan que desplazarse a otro lugar para pasear con su familia, mascotas o amigos.
Acerca de la movilidad, expuso que Melilla es una ciudad muy fácil para andar, pero que, sin embargo, en ciertas zonas y en ciertos horarios esto se complica. Señaló que hay numerosas calles que incumplen la ley de accesibilidad de 2017, hay aceras en las que los coches aparcan y dificultan la entrada, que no funcionan bien los caminos escolares, que las redes ciclistas no son una realidad, que no hay seguridad vial y que no hay una buena red de transporte público, cuando arreglar las paradas cuesta unos 100.000 euros.
“Es cierto que el problema es de gran calado, pero si no ponemos encima de la mesa todo de nuestra parte para evitar que esta problemática se siga repitiendo, pues entraremos en un círculo vicioso en el que la gente, notando que hay una inseguridad vial, se moverá en coche, por ende aumentará la contaminación ambiental, el sedentarismo, la obesidad infantil, etc.”, número.
Bocanegra apuntó a todos los estudios y planes que se han realizado analizando el medio ambiente de la ciudad y que no se ha hecho ningún movimiento al respecto. Puso de ejemplos el mapa de ruidos, estudios de contaminación, la declaración de emergencia climática, el grupo de trabajo sobre seguridad vial, estudio de la siniestralidad, etc.
“Se hacen, se hacen y luego a la hora de ponerse a trabajar nadie se atreve a ponerlo encima de la mesa; yo creo que esa es la gran problemática”, expresó. Quiso resaltar que hay algunos de estos estudios que vienen impuestos desde la Unión Europea, pero que “a efectos prácticos, poco o nada queda de ellos”.
¿Y por qué es tan difícil hacer cambios en una ciudad tan pequeña? “Porque la sociedad en la que vivimos es movilista, porque la clase política se arriesga muy poco y es cobarde, porque yo creo que los políticos salen muy poco a la calle; cuando están en la oposición sí que se les ve moviéndose por los barrios y luego, sin embargo, cuando entran en los despachos parece que les cuesta mucho salir”, manifestó.
Cree que otro problema es la accesibilidad a estos personajes públicos y aseguró que lleva tiempo queriéndose reunir con varios miembros del Ejecutivo local, como con el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro; la vicepresidenta del Gobierno, Gloria Rojas; con el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar; y con el consejero de Urbanismo, Rachid Bussian. Añadió que con el exconsejero de Salud Pública, Mohamed Mohand, no ha conseguido llegar a hablar en dos años.
Dada la situación, Bocanegra quiso hacer un llamamiento a la cordura, pues según resaltó, estas reclamaciones no tratan de que lo digan asociaciones relacionadas con el medio ambiente, sino que son “algo a lo que nos vamos a tener que enfrentar, que no queramos ver el problema de frente no quiere decir que no nos vaya a llegar”, afirmó.
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