Los hermanos Riahi, de familia melillense, triunfan en el baloncesto belga. Mohamed Sabri, de 19 años, ya juega en Primera y es internacional con Bélgica U16.
La familia de los hermanos Riahi tiene fuertes lazos en Melilla. Algunos de los hijos de este clan decidieron permanecer en la ciudad autónoma y otros emigrar a Bruselas (Bélgica), donde se asentaron. Allí nacieron y crecieron Mohamed Sabri y Jad, que ya muy pequeños demostraron un gran talento para el deporte de la canasta.
Desde temprana edad, esta pareja de hermanos ha despuntado en el baloncesto, como ya han demostrado en los diferentes campeonatos celebrados en el Paseo Marítimo. Y es que para su familia es tradición venir cada año en vacaciones a visitar a sus parientes, ocasión que aprovechan estas jóvenes figuras para practicar lo que mejor se les da hacer.
Familia de baloncestistas
Como reconocía Jad, su familia vive el baloncesto más que nadie. Aunque admite que han llegado a dónde han podido en base al trabajo realizado, también observa que hay una especie de “talento innato” corriendo por sus venas.
“Somos así, baloncestistas, hemos trabajado duro para ello. Sabemos lo difícil que es tener éxito en esta profesión, pero amamos el baloncesto sobre todas las cosas”, explicó en palabras a El Faro.
Jad es el mayor de los dos hermanos, tiene 20 años y juega en la Segunda División. Dice haber venido a Melilla y visto en directo partidos de la LEB Oro, y al comparar el nivel con el de su país se ha dicho “tengo mucho trabajo por hacer”.
Una estrella emergente
Su hermano Mohamed, por su parte, ya ha debutado con la selección belga en categorías inferiores y actualmente milita en el Mons de la Primera División belga.
Este ha sido el primer año en el que ha militado en un campeonato de alto nivel, y reconoce que le ha servido de gran experiencia, pero que su sueño sería aguantar otros 3 o 4 años allí, seguir formándose y poder marchar al extranjero, bien a Francia o bien a España, donde le encantaría venir a jugar.
“Para mí sería un placer venir a jugar a un equipo como Melilla. Más aún aquí que tengo familia, amigos y conozco la ciudad”, afirmó el joven jugador.
Mohamed Sabri juega de base y su mayor fuerte radica en la capacidad de pase, aunque encara el aro rival sin dificultad, y guarda unos buenos porcentajes de tiro desde media distancia y de tres puntos.
Explica que su jugador favorito es el escolta catalán Juan Carlos Navarro, que es un ejemplo para él; y que aparte del Barça y el Madrid, le gusta como ha jugado el Unicaja de Málaga estos últimos años.
Ambos comentaron que una de las cosas que más les gusta del baloncesto español, aparte de porque está “mucho más evolucionado que el belga”, es la pasión con la que los aficionados viven este deporte, algo que ya observaban hasta en los torneos que disputaban cada verano en la playa melillense.
Ahora, solo esperan seguir luchando con todas sus ganas para seguir creciendo como jugadores y, quien sabe si algún día, puedan venir a jugar a Melilla, donde residen sus familiares y amigos de la infancia.
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