Medio centenar de viviendas se vendieron en Melilla durante el mes de noviembre pasado, según los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De ellas, 49 eran de libre mercado y solo 1 protegida, dándose la circunstancia de que 45 ya estaba usada y solo se adquirieron 5 de nueva construcción.
Los datos del INE establecen, asimismo, que en total fueron 76 las viviendas transmitidas en ese período de tiempo, de manera que 50 fueron a la compraventa, 6 resultaron ser fruto de otras tantas donaciones, 1 consistió en una permuta, 14 formaron parte de una herencia y las 5 restantes se incluyen en el epígrafe de “otros”, que corresponde a cuestiones como concentraciones parcelarias, divisiones horizontales o mezcla de varios títulos.
Sin embargo, fueron 110 los registros que se realizaron de la propiedad sobre fincas rústicas y urbanas, de las que solo 76 hace alusión a viviendas; se vendió un solar y se realizaron otras 33 operaciones que el INE no especifica. Fincas rústicas no se enajenó ninguna.
A nivel general en España, en noviembre se vendieron 186.000 fincas en noviembre del pasado año 2022, lo que representa un 10% más que en octubre y un 0,4% por encima de los datos anuales. La mayor parte de las enajenaciones afectan a la compraventa con una variación positiva mensual de un 10,5%. No obstante, lo que más aumentaron fueron las herencias, que subieron un 11,1% sobre el mes anterior, si bien en cómputo anual cayeron un 1,8%.
Territorialmente quienes lideran la estadística son, como es habitual, Andalucía, la Comunidad Valenciana y Cataluña, con más de 11.000 operaciones en el primer caso y cerca de las 9.000 en los otros dos. En la parte más baja sigue situándose La Rioja, con poco más de 400 transmisiones de vivienda. En 3 comunidades se han vendido menos viviendas que en noviembre del año pasado. En este aspecto destaca el mercado madrileño que ha pasado de caer interanualmente desde junio hasta septiembre, a colocarse este mes en un destacado +8%. Es llamativo también que dos de los principales mercados, como son la Comunidad Valenciana y Cataluña, crezcan con fuerza a finales de año, situándose en un +25% y un +19% interanual, respectivamente.
Vanesa Aranda, de la agencia de propiedad inmobiliaria ‘Melilla Urbana’, explicó a El Faro que en la ciudad se “venden bastantes” viviendas pero manifestó que los precios “están muy altos”, lo cual provoca muchos problemas a quienes pretenden adquirir esa propiedad. El problema, según explicó Aranda, es que los bancos ponen muchas pegas a la hora de conceder la correspondiente hipoteca. “Los clientes vienen y tienen interés en comprar porque los bancos exigen mucho”.
En ese sentido, señaló que para conceder el 80% del coste de la hipoteca antes se exigía que el comprador dispusiese en principio del otro 20% pero esa señal se ha aumentado últimamente hasta situarse en, como mínimo, el 30%. “Eso pone la cosa difícil pero se va vendiendo”, afirmó.
Esta experta profesional del mercado inmobiliario resaltó que en Melilla exige bastante oferta. “Hay mucha oferta porque la gente pone su casa en venta. Pudiera parecer que no, pero sí hay oferta”.
Y, en general, las ofertas se distribuyen por los distintos barrios de la ciudad, aunque en algunos lugares, como el barrio Virgen de la Victoria, las casas son más baratas porque los pisos son más antiguos. “En el Real antes estaban bien de precio pero ahora han subido una barbaridad. El Industrial sigue con los precios bastante altos. Los precios dependen mucho de la zona porque, por ejemplo, el centro es muy caro”.
Los melillenses, según Vanesa Aranda, se inclinan más por las viviendas de nueva construcción a la hora de comprar. “La gente pide pisos nuevos porque están más económicos que los de segunda mano”. La razón del por qué son más baratos no la conoce pero asegura que eso “ha pasado siempre” en nuestra ciudad. “Será porque la nueva promoción pone los precios de mercado y saben que así tienen salida. Desde hace años me voy dando cuenta que los pisos de segunda mano son más caros”.
Vanesa Aranda no sabe distinguir si se compra más que se alquila o viceversa porque ambas circunstancias están muy a la par. “Están más o menos iguales”, resaltó para añadir, no obstante, que quizás la adquisición del inmueble esté ganando terreno porque “se tiene la sensación de que alquiler es como tirar el dinero y así más gente está empezando a comprar”.
Por cierto que no hay un perfil determinado del comprador de casa en Melilla. “Hay de todo, gente joven, parejas, familias…”. Pero hay un aspecto que sí llama la atención de nuestra entrevistada y es que de hace unos años a esta parte, los melillenses prefieren comprar casas a modo de inversión.
“Sobre todo los funcionarios y gente que ya tiene una vivienda compra otra como inversión. Compran pisos baratos, incluso antiguos, los arreglan y los ponen en alquiler. Así le sacan una rentabilidad y las hipotecas se van pagando solas”.
El hecho de que haya muchos peninsulares que deben viajar a Melilla por períodos cortos de tiempo, hace que ese tipo de alquiler sea rentable. “Les interesa tener esos pisos en alquiler por temporadas cortas, de 15 o hasta 30 días, y luego vuelven a arrendar la casa”.
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