La Consejería de Medio Ambiente que dirige Manuel Ángel Quevedo no se va a quedar de brazos cruzados ante el “ecocidio” denunciado por los miembros de Guelaya en la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Aguadú. El propio Quevedo manifestó a El Faro que este mismo lunes se reunirá con los técnicos de protección del medio natural para llevar a cabo cuantas acciones sean posibles para el mantenimiento de valor ecológico de ese sector melillense.
Este fin de semana ha trascendido un video, grabado por miembros de SEO Melilla, en el que se observa una máquina retroexcavadora levantando terreno en una de las últimas zonas vírgenes de la ciudad que, por su altísimo valor ecológico, está incluida en la Red Natura 2000 de Espacios Naturales Protegidos de Europa.
Por ahora se desconoce oficialmente el motivo de esos trabajos, si bien se comenta que pudieran estar relacionados con la valla fronteriza. En cualquier caso, sí que se han puesto de manifiesto unas consecuencias indeseadas para el ecosistema por cuanto que todo el terreno situado al pie del acantilado, que ahora estaba cubierto por multitud de especies vegetales únicas en la ciudad, muchas de ellas únicas en todo el estado español, “se ha hecho tabla rasa, y es ahora una explanada sin vida”.
Ese sector de los cortados no es el único que ha sufrido las consecuencias de los trabajos que se vienen desarrollando en la zona. Guelaya ha denunciado públicamente también que el roquedo calizo que había al pie del acantilado ha desaparecido también, y estas rocas daban refugio a una fauna especialmente diversa.
Entre esa fauna se encontraban muchos endemismos con seis especies de micromamíferos incluidos en el Atlas y Libro Rojo de mamíferos terrestres de España y que sólo se podían encontrar en el territorio de Melilla, como la musaraña de Whitaker o el ratón cebra.
Los ecologistas melillenses han recordado que han solicitado una reunión con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, para conocer de primera mano los motivos de dicha actuación y expresar su “gran preocupación” por la forma en que se está realizando.
Guelaya entiende que los asuntos de seguridad, como es la valla, pueden ser prioritarios, pero considera igualmente que un mismo objetivo se puede alcanzar con distintos grados de afección ambiental, por lo que adelanta que aprovechará la reunión, cuando se produzca, para solicitar una parada cautelar de las obras mientras se evalúan las mejoras técnicas disponibles para minimizar el impacto ambiental que ocasionan.
Finalmente cabe destacar que en octubre, un grupo científico de la universidad de Alicante iba a comenzar un estudio en colaboración con Guelaya para estudiar la presencia y biología de las especies en esta zona, un estudio que ahora servirá para “evaluar el alcance del desastre ocasionado por las obras y sus consecuencias”, afirma la organización local.
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