El psicólogo y escritor, Juan Manuel Fernández junto al teniente de la Guardia Civil Francisco Hermida acaba de publicar el libro ‘Llueve sobre Intxaurrondo’, una novela con la que Juan Manuel y Francisco Hermida hacen justicia a los Guardias Civiles.
La banda terrorista ETA asesinó a 850 personas durante 42 años atentando contra civiles, políticos, jueces, ertzainas, policías, guardias civiles y militares.
Dicho libro está basado en la historia real de un guardia civil, como tantos otros, que cada mañana tenía que mirar debajo de su coche por si la banda terrorista ETA había colocado una bomba, personas que vivían las 24 horas del día temiendo por su vida y por la de sus seres queridos. Personas que no salían de casa por temor a un disparo por la espalda, a un insulto, a las miradas de todo un pueblo culpabilizando a los héroes y exaltando a los villanos de esta historia porque esta historia sucedió hace muy poco en este país.
Lo peor no es sólo el blanqueamiento de esta oscura época de España, en la que cada día un atentado terrorista abría un informativo, lo más lamentable es que esas personas que aplaudían los asesinatos y a las que les gustaban mucho las capuchas ahora apoyan al Gobierno de España. Los muertos a sus espaldas no bastan para que las generaciones actuales piensen que los bandoleros tenían razón, ¿qué pasaría si esos muertos fuesen sus padres?, ¿pensarían lo mismo?
‘Llueve sobre Intxaurrondo’ pone las cartas boca arriba de una realidad que no podemos olvidar.
“Todos los hechos de esta novela son ciertos. Empezando por lo que más está llamando la atención y que está siendo publicado en varios artículos en diarios de ámbito nacional, tales como La Vanguardia o La Razón. Se trata de la figura de la ‘La Dama’, la misteriosa mujer francesa que fue clave para descabezar a ETA en Bidart, Francia, una operación elaborada por la Guardia Civil y cuyos méritos recayeron en la policía francesa”, apunta Fernández.
“Paco, Francisco Hermida y yo, hemos colaborado en alguna novela, así que nos juntamos para contar su historia porque él es su protagonista. Se han cambiado todos los nombres, pero como ya se ha hecho muy público lo decimos. El mes pasado estuvimos en Intxaurrondo presentando el libro y allí lo conocía todo el mundo. El otro protagonista de la novela nos ha prologado este trabajo”.
Pero, ¿cómo surge la idea de escribir esta novela?: “pues Paco un día me dice, “mira, en esta operación trabajamos con una mujer francesa a la que llamábamos ‘La Madame’ que solamente mi compañero y so sabemos quién es. Todavía está viva y ni siquiera Galindo, que era nuestro jefe, sabía que ella era nuestra colaboradora. Logró muchas victorias y no se las han reconocido porque, claro, no se le podía otorgar una medalla, ya que la ponía en peligro, pero lo mínimo era escribir sobre ella. Y entonces Paco empieza a contarme cosas acerca de esta mujer y le dije “esto es una novela Paco””, explica Juan Manuel quien agrega que “al empezar a hablar con otras personas y sobre todo cuando empiezo a documentarme me di cuenta de que en esa época había muchísimas historias que narrar. Entonces, me centré en la colaboración de esta mujer, sobre todo en la operación ‘Broma’ que terminó con la cúpula de ETA en Francia. Lo que pasa es que como terminó en Francia los méritos se los llevó la policía gala”.
Investigando para escribir este libro, Fernández Millán descubre que “hay muchos héroes y heroínas anónimas porque hay operaciones, que si lees en la novela, verás que hay guardias civiles que para grabar incluso cuentan con la colaboración de sus mujeres e hijos, para observar, para poder fotografiar y grabar conversaciones con lo cual eso es algo de lo que no creo que fuésemos capaces todos. No todos estaríamos dispuestos a poner en peligro a nuestra familia para lograr un bien mayor”.
La labor de Juan Manuel en este libro ha sido humanizar las palabras de Francisco y documentarse: “hay cosas que he extraído de artículos, de revistas, de la propia Guardia Civil“.
La novela se contextualiza a principios de los 90, aunque tiene saltos temporales hasta acabar en la actualidad, “con unas reflexiones de dos guardias civiles para que se conocieran los personajes. Por ejemplo, Paco con menos de 17 años entró en la Academia y con 18 fue reclutado para el Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil. Entonces para que se vayan conociendo los personajes realizamos un recorrido desde la década de los ochenta hasta principios de los 90 cuando la cúpula es detenida en Francia”.
Ésta es una reflexión personal mía, que comparten otros profesionales, pero siempre he tenido la impresión de que la Guardia Civil no ha recibido el reconocimiento social y político que se merece en su lucha contra el terrorismo: “en toda la desarticulación de ETA no ha recibido el reconocimiento que merecía. No sólo no ha recibido el reconocimiento que merecía, sino que se les criticó mucho. Estaban en una guerra, en la que se utilizan armas. Si yo envío soldados a una guerra donde enfrente tienen gente con fusiles, o con bombas tienes que defenderte. Por encima se aprobó una ley a través de la cual cualquier detenido por la Guardia Civil puede decir que le torturaron. Aunque después no haya pruebas, el mal trago no se lo quita nadie”.
Para ver hasta el punto en que la Guardia Civil era maltratada en el País Vasco basta con visionar el documental 27 minutos: “es el tiempo que estuvo sonando el claxon de un guardia civil al que mataron junto a su novia tras asestarles 18 balazos. Nadie los auxilio durante los 27 minutos que sonó el claxon. Ésa es la forma en la que vivió allí la Guardia Civil”.
Han pasado los años, pero todavía muchas personas en el País Vasco defienden a la banda terrorista ETA: “cuando estuvimos en Intxaurrondo, un guardia civil me dijo: “hemos ganado todas batallas, pero hemos perdido la guerra. Durante la presentación del libro una de las preguntas fue, ¿mereció la pena? Y los implicados dijeron que sí, pero no sólo no se lo agradecen sino que se tienen que excusar. Es que era una guerra, no me puedo ni imaginar esa situación. Desde que los hijos se inventasen la profesión del padre, a tener que ir a los institutos en un autobús especial que llevaba detrás y delante coches camuflados hasta separaciones o suicidios porque no podían aguantar más. No podían salir a la calle”.
No es de extrañar que todo este paisaje revierta en el título del libro: “por eso se llama ‘Llueve sobre Intxaurrondo’ porque da esa sensación de tristeza, de que todo es muy gris y eso reflejaba el estado de ánimo en el que vivían constantemente aparte del miedo”.
Pese a las muertes viles muchos vascos justifican ese terrorismo, aunque no lo digan abiertamente: “primero porque las nuevas generaciones no vivieron aquello y tienen una versión muy romántica de lo que era el terrorismo, y es verdad que cuando visitas los pueblos que hay en el interior todavía hay muchísimas pintadas”.
‘Llueve sobre Intxaurrondo’ sirve de balanza para compensar a aquellos que apoyan el blanqueamiento del terrorismo. Precisamente preguntado sobre qué opinión le merece que Bildu apoye al Gobierno, Juan Manuel no se anda por las ramas: “me parece un insulto no para todos los españoles, que a lo mejor no se lo merecen, pero sí para la mayoría y sobre todo para los que estuvieron allí y tuvieron muertos en su familia. Me parece un insulto tremendo”.
Lo que empezó como un acto de reconocimiento está alcanzando un gran éxito, tanto que esta novela autoeditada con una primera edición de 300 ejemplares, en la actualidad supera los 1.200.
"Si no eres Carmen Mola o Lorenzo Silva es muy difícil vender más de 400 ejemplares y este libro ya supera los 1.000", recuerda Juan Manuel.
Tal vez nos llevemos una sorpresa y ‘Llueve sobre Intxaurrondo’ se convierta en una película que será indispensable ver. Fundamentalmente los más jóvenes que creen que heridas como el terrorismo de ETA se puede curar.