Más de 60 veteranos del servicio militar en Melilla se reencuentran en Haro

En la localidad riojana de Haro, conocida por sus vinos, se celebró ayer un emotivo reencuentro entre más de 60 antiguos militares de reemplazo que hicieron el Servicio Militar en Melilla entre finales de los años 70 y principios de los 90. Este evento, cargado de recuerdos y compañerismo, ha reunido a veteranos de diferentes cuarteles —incluyendo regulares, artillería, infantería y la legión— que, a pesar del paso del tiempo, mantienen vivo el espíritu de camaradería que les unió en aquellos años.

El principal impulsor de que estos encuentros se lleven a cabo en la actualidad es Manuel Vera, natural de Ciudad Real, quien sirvió en el Regimiento Mixto de Artillería (RAMIX 32) en Melilla en 1981. Vera, a sus 64 años, lidera un grupo activo en Facebook que sirve como punto de encuentro para antiguos soldados que compartieron vivencias durante el servicio militar en la ciudad autónoma.

“Nosotros solemos hacer varias quedadas al año, tanto en la península como en Melilla. A Santa Bárbara, patrona de artillería, vamos cada año, salvo los dos que la pandemia nos lo impidió”, ha relatado Vera con nostalgia. La edad media del grupo ronda los 65 años, pero también ha asistido a la cita un veterano de 83, demostrando que el espíritu militar no entiende de jubilaciones.

Este encuentro en Haro ha sido en palabras de Manuel Vera "excepcional". “Elegimos Haro porque los compañeros de regulares la organizaron y la mayoría eran de aquí. Hemos venido veteranos de toda España: Barcelona, Elche, Ciudad Real, Galicia, Santander, Burgos, Andalucía, Zaragoza…”, ha enumerado Vera. “Muchos hemos venido acompañados de nuestras mujeres. En total éramos más de 80”.

Durante la estancia en Haro, los participantes visitaron las famosas bodegas de la localidad, el ayuntamiento y algunos puntos turísticos accesibles, teniendo en cuenta la movilidad reducida de algunos asistentes. “Hemos disfrutado muchísimo. Comimos en un restaurante que se llama El Terete, donde nos trataron y comimos genial. Yo en particular estoy haciendo casi 1.000 kilómetros para arriba y otros 1.000 para abajo pero es agradecido porque nos lo pasamos de lujo contándonos nuestras batallas, conociendo gente nueva y reencontrándonos con viejos compañeros”, ha contado Vera.

Los reencuentros no son algo nuevo para este grupo. Desde que comenzaron en Madrid por su ubicación céntrica, han ido variando de localización. Actualmente, se celebran dos encuentros anuales en Valencia, además de las visitas a Melilla. “En julio volvemos a Melilla, gracias a los bonos turísticos. Nos encanta, es nuestro vicio. Otros tienen su coche, su casa… nosotros tenemos esto: volver a Melilla cada año”, ha afirmado Vera mientras conducía de vuelta a Ciudad Real.

El origen del grupo se remonta a una sugerencia que Vera recibió años atrás: crear un espacio común donde los exmilitares pudieran reencontrarse. Así nació el grupo en Facebook, que se ha convertido en un verdadero punto de referencia para cientos de antiguos soldados. “A través de las redes sociales y boletines oficiales hemos ido encontrando y conectando con compañeros de distintas promociones y cuerpos”, ha comentado.

Los recuerdos de la mili en Melilla siguen muy vivos en los relatos de estos hombres. “Hacíamos lo típico: guardias, maniobras, sobre todo en Viator, en Almería. Lo más duro para mí fue cuando falleció mi madre en enero, durante un permiso. El segundo ciclo se me hizo muy duro”, ha compartido Vera. Pero también hay espacio para lo positivo, “lo mejor de la mili que te voy a decir, estar en Melilla. Es una ciudad que nos gusta mucho. Siempre que vamos nos atienden muy bien, tanto civiles como militares. Siempre nos sentimos bien recibidos”.

Este tipo de encuentros no solo sirven para rememorar el pasado, sino también para reflexionar sobre el presente y el futuro del espíritu militar. “Estamos en peligro de extinción”, ha recalcado Vera refiriéndose al carácter testimonial de los veteranos de reemplazo. “Pero aguantaremos ahí lo que podamos”.

Además de los encuentros informales, muchos de los asistentes también están implicados en asociaciones oficiales. “Formo parte de la Hermandad de Veteranos del Ejército y la Guardia Civil. En los desfiles nacionales, como el del Día de los Veteranos, solemos participar. El año pasado fue en Salamanca, este año será en Cádiz. Lo organiza el Ejército y lo preside el Rey”, ha explicado Vera.

Al preguntarle sobre si volvería a hacer la mili, ha respondido sin dudar. “Sería mi ilusión. Bueno, teniendo en cuenta que tengo 64 años...”, ha bromeado. Pero la seriedad ha vuelto a su voz cuando ha reflexionado sobre las diferencias entre el servicio militar de su época y los jóvenes militares de ahora. “Hoy en día es como una empresa. Tienen horario de 08:00 a 15:00 horas y si no tienen servicio o guardia pues se van a casa. Nosotros, en Melilla, teníamos solo un mes de permiso en todo el año. Era muy distinto”, ha afirmado. “Ahora tienen muchas cosas buenas”.

Para Vera y muchos de sus compañeros, la mili no fue solo una obligación, sino una escuela de vida. “Yo pienso que debería volver, aunque sea un par de meses, para que la juventud aprenda valores, respeto y compañerismo”, ha dicho con convicción.

La quedada de Haro ha sido un nuevo capítulo en una historia que sigue escribiéndose año tras año, encuentro tras encuentro. Una demostración de que, aunque hayan pasado décadas desde que colgaron el uniforme, el lazo que une a estos veteranos sigue siendo tan fuerte como entonces. Con la vista ya puesta en Melilla en julio, la hermandad de estos soldados de reemplazo continúa dando ejemplo de amistad, memoria y amor por una etapa que marcó sus vidas para siempre.