La primera jornada del nuevo curso escolar transcurrió sin incidencias en los centros de Melilla. Los alumnos de Bachillerato comienzan un poco más tarde y se incorporarán mañana a sus centros.
Más de 19.000 niños volvieron ayer al colegio en Melilla. Los atascos, los nervios de primera hora y los madrugones regresan un año más con el inicio de septiembre. La jornada transcurrió tranquila en los centros de la ciudad, según aseguraron a este periódico desde los sindicatos de educación. Los profesores estaban en las aulas esperando a sus alumnos, que se reencontraron con pupitres y amigos después de un largo verano.
A primera hora de la mañana la misma escena se repetía en todos los barrios de la ciudad. Decenas de pequeños con cara de sueño y una mochila a la espalda se separaban de sus padres para adentrarse en su centro escolar. Para algunos suponía su primera toma de contacto con el colegio, para otros eran el momento de regresar a las clases que dejaron en junio. A algunos les costó más de lo habitual separarse de sus padres y no pudieron evitar soltar algunas lágrimas. Otros, sin embargo, se mostraron contentos en cuanto vieron las caras de sus amigos y compañeros de travesuras.
La hora de entrada y salida de los estudiantes se escalonó en la mayoría de los centros para evitar colapsos y para que los pequeños tuvieran aún algo de margen para adaptarse a la vuelta al cole. Entre las 9 y las 11 de la mañana los alumnos de los diferentes cursos de Primaria y ESO fueron llegando a sus clases, para salir de nuevo poco antes de la 1 de la tarde. A partir de hoy, los horarios volverán ya a ser los habituales y tanto los niños como sus padres no tendrán más remedio que madrugar para llegar a tiempo a clase.
Estos primeros días serán de adaptación, repaso y recuerdo de las vacaciones. A las puertas de los colegios todos los pequeños coincidían ayer al responder a sus padres sobre la tarea del día, contar las batallitas del verano centró la actividad de casi todos. En unos días los deberes, los exámenes y los ejercicios irán poco a poco sustituyendo estas primeras jornadas más ‘light’ en las que se intenta que el regreso sea lo menos traumático posible.
Pero los niños no fueron los únicos que se reencontraron ayer. Los padres de los alumnos aprovechaban también la entrada y salida de los niños para comentar con otros padres cómo había ido el verano, el gran desembolso de dinero que había supuesto la vuelta al cole de los pequeños o las ganas que tenían de regresar a la rutina del curso escolar. Después de casi tres meses de vacaciones, muchos no sabían ya que inventar para mantener entretenidos a los escolares.
Lo que también volvieron fueron los atascos y los aparcamientos en doble fila en las zonas de los colegios. Parece que hay costumbres que no cambian con el inicio del nuevo curso y los melillenses siguen sin ser muy amigos de caminar. En las inmediaciones de los colegios, bocinas y discusiones entre conductores se convertían en una estampa que será la tónica de los próximos meses.
Después de dos meses de verano y nueve días de Feria, la ciudad entera regresaba ayer a la normalidad. En las calles del centro el bullicio y la ausencia de niños por las calles recordaba que el curso acababa de iniciar.
Más de 1.200 profesores volvían ayer a sus puestos, a falta de la incorporación de los últimos interinos. Ellos también tendrán que adaptarse a esta rutina, conscientes de que este año tendrán que volver a hacer un esfuerzo importante para poder hacer frente a la dura tarea de educar a estos pequeños.
El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, lo dijo el lunes en este periódico, el principal reto de estos docentes, los niños y sus familias tiene que ser la lucha contra el fracaso escolar en nuestra ciudad. La carrera acaba de comenzar, dentro de nueve meses podrán analizarse los resultados.
Largas colas en la Dirección Provincial por las matriculaciones de última hora
La primera jornada de colegio transcurrió tranquila en general, aunque las matriculaciones de última hora provocaron colas en la sede de la Dirección Provincial de Educación. El responsable de Enseñanza en el sindicato CCOO, Ricardo Jimeno, explicó en declaraciones a El Faro que es habitual que haya padres que se retrasen en inscribir a sus hijos en los centros o que no hayan aportado toda la documentación necesaria antes del inicio del curso. Jimeno señaló que es una situación que se repite casi todos los años, por el descuido de las familias o porque se trata de nuevos alumnos que acaban de llegar a la ciudad y no han tenido tiempo de matricularse con anterioridad. Asimismo, también había padres descontentos por el colegio asignado que trataban de cambiar a sus hijos de centro. A los estudiantes que iniciaron ayer el curso se sumarán mañana los alumnos de Bachillerato, que también regresarán a las aulas en nuestra ciudad. En principio, todo está listo también en sus centros para que no se produzca ningún incidente de última hora.
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