Melilla dio por cerradas ayer domingo las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Victoria. Desde el Gobierno local han hecho una lectura en positivo de esta Feria, en la que, según el presidente, Juan José Imbroda, ha habido más ambiente que en ediciones anteriores. La Viceconsejería de Festejos estima que se ha registrado entre un 10% y un 15% más de clientela este año en las casetas del recinto ferial.
Hay opiniones para todos los gustos pero la mayoría de casetas consultadas por El Faro están satisfechas y hablan de un ligero repunte del consumo respecto al año anterior, aunque también las hay que han hecho una recaudación menor. La lluvia de la recta final ha hecho mella. Desde la caseta de Los Costaleros, que sufrió un incendio el pasado miércoles, se quedaban con las muestras de solidaridad del pueblo melillense tras el incidente.
Pero como nunca llueve al gusto de todos, los hosteleros y los comerciantes dicen que las fiestas no les han sido rentables. Los primeros estiman que ha habido una bajada del 30% respecto a las ventas del año pasado mientras que los segundos se quejan de que les perjudica el horario de apertura durante estos días, que está limitado a las mañanas y que trajo una gran polémica antes de arrancar la Feria.
También ha habido polémica acerca de lo que suponen estas fiestas al bolsillo de los melillenses. Ciudadanos acusó a la Ciudad de despilfarrar en la organización de la Feria aunque desde el Gobierno local aseguran que lo invertido se recupera “por cinco veces” y que la mayor parte del dinero se queda en Melilla. Además, recalcan que se han creado 200 puestos de trabajo directos, frente a los 120 del año anterior.
Tras estos días de relajación, el nuevo curso escolar, y político, ya está aquí. Y hay muchas asignaturas políticas por lo que ahora hay que ponerse a trabajar.