La historia puede parecer cómica en la actualidad pero el austriaco Albert von Filek estafó al régimen franquista con un particular invento: una suerte de gasolina compuesta de agua del río Jarama y extractos vegetales que iba a convertir a España en una súper potencia exportadora. Pero ¿nadie lo descubrió mientras se estaba enriqueciendo? Quizás lo que ocurrió también es que costó aceptar que se había reído de todo. “El propio Franco tardó mucho tiempo en reconocer que le habían engañado y mientras tanto este hombre se estaba forrando”, explicó ayer el escritor Ignacio Martínez de Pisón en el centro asociado de la UNED en Melilla, donde presentó su última novela, ‘Filek, el estafador que engañó a Franco’.
Ante un numeroso público, el autor estuvo acompañado por el cineasta David Trueba; Ángel Castro, coordinador de actividades extraescolares de la UNED en nuestra ciudad, y Moisés Salama, director del Festival de Cine de Melilla. La vinculación de Martínez de Pisón con nuestra población viene de atrás. De hecho, en su novela ‘La buena reputación’ Melilla tiene un lugar protagonista.
El autor empezó a venir por Melilla hace diez años y se interesó por la historia de la ciudad. Y entonces estaba planeando una novela y se le ocurrió que los protagonistas podían ser de nuestra población. Así, al mismo tiempo que contaba la historia de una familia, contó también el devenir de la ciudad en su libro, que ofrece “postales” de la Melilla antigua, desde los años cincuenta hasta finales de los ochenta.
De hecho, De Castro bromeó en la presentación relatando que habían ayudado con el libro al escritor, que les pidió incluso que investigaran cuánto tardaba en aquella época el autobús en llegar hasta Alhucemas. “¡Diez horas!”, exclamó.
Justo antes de empezar la charla en la UNED, Martínez de Pisón explicó a El Faro que ‘Filek’ es un libro “sin una sola gota de ficción” puesto que es una investigación histórica sobre hechos documentados y “no tanto una novela al uso”. “De todos los libros que he escrito, solo hay dos en los que manejo material extraído directamente de la realidad. El otro es ‘Enterrar a los muertos”, apuntó.
Acerca de la historia de Filek, señaló que era bastante desconocida y que el supo de este hombre a través de la biografía que Paul Preston escribió de Franco. “Me parecía que alguien tenía que escribir sobre él porque era un personaje al que se le podía sacar mucho jugo”, explicó.
La novela cuenta la historia de un estafador austriaco que, después de haber cometido delitos en diferentes lugares de Europa, aparece por España en 1931, un poco antes de la proclamación de la Segunda República. Después de estafar a “viudas incautas” y “señores inocentes”, en 1939, gracias a la amistad que ha hecho en la cárcel con Serrano Súñer y a un cuñado de Franco, Felipe Polo, consigue acceder a Franco y hacerle creer que ha inventado una fórmula para hacer gasolina muy barata. “Le promete que en seis meses España va a ser la primera potencia exportadora del mundo”, relata.
“Esto que ahora nos suena tan cómico, en aquel momento coló. De hecho, apareció en el BOE. Hubo expropiaciones a su nombre”, recordó. Y durante unos cuantos meses, hasta que se descubrió la estafa, el hombre se forró. Acabó en la cárcel, sin juicio, y terminó en un campo de concentración, enviado como nazi a las autoridades aliadas: “Era simplemente un estafador con un apellido un poco nazi, von Filker. Franco lo empaquetó y lo mandó para Hamburgo”.
Martínez de Pisón está trabajando en una nueva novela pero confiesa que le está costando volver a la ficción: “Ahora tengo que volver a fabular y todavía estoy en fase de descomprensión”.
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