Marruecos “multiplicará esfuerzos” para ayudar a España y frenar la inmigración

El país vecino saca pecho con “el esfuerzo de vigilancia” que está realizando en las vallas de Melilla y Ceuta.

El Gobierno de Marruecos asegura que “multiplicará esfuerzos” para controlar la inmigración y continuar con la colaboración policial con España. Así lo aseguró esta semana el ministro de Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Mustafá El Jalfi.
Además señaló en la rueda de prensa semanal tras el Consejo de Gobierno que el asunto migratorio sigue siendo “el gran problema de Marruecos”.
De esta forma contestó a una pregunta realizada en torno al gran número de pateras (seis en los últimos días) que han sido interceptadas por España en aguas del Estrecho de Gibraltar.
Hay que destacar que las interceptaciones de estas pateras se están haciendo mayormente en la zona de Tetuán y no en Melilla o Ceuta. De hecho, a la ciudad no llega una patera desde el pasado día 3, cuando 24 inmigrantes subsaharianos desembarcaron por la playa de Horcas Coloradas.
Marruecos destaca que en esta semana ha realizado cuatro operativos en los que ha detenido a 289 personas que estaban a bordo o a punto de abordar las pateras.
Tampoco ha habido saltos a la valla de Melilla en 15 días, aunque en el último registrado (28 de mayo) lograron entrar en la ciudad entre 410 y 500 inmigrantes.
Tras esa avalancha masiva a la valla, Marruecos detuvo a unos 500 subsaharianos que fueron desplazados en autobús hacia las ciudades de Rabat y Casablanca.
Como viene ocurriendo en el último año, tras una entrada masiva y una redada importante en las montañas del Gurugú o a pie de valla, la presión migratoria sobre Melilla desciende puntualmente.
Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles, estas redadas en el Gurugú son esenciales para frenar la llegada de inmigrantes a Melilla. Además, considera que es mejor hacer ese trabajo en las montañas que a pie de valla, en medio de un asalto masivo, donde los agentes se enfrentan cuerpo a cuerpo con los inmigrantes que intentan llegar a España.

La prioridad, despejar la ‘tierra de nadie’

Al sindicato Unión Federal de Policía (UFP) “le parece una buena noticia” el anuncio de Marruecos de que tiene la intención de multiplicar los esfuerzos para frenar la inmigración y aumentar la colaboración policial con España. “Estamos totalmente de acuerdo con que Marruecos colabore, pero creemos que no sólo debe concentrar sus esfuerzos en controlar a los subsaharianos en la valla, sino también en los puestos fronterizos”. “La medida más clara y efectiva para demostrar que Marruecos está multiplicando sus esfuerzos en la lucha contra la inmigración irregular es despejar la tierra de nadie”, señaló José Guerrero Cámara, secretario de Organización de UFP. Esta medida, añadió, vendría bien no sólo a la Policía española sino también a la propia Policía marroquí.
No hay que olvidar que muchos de los menores no acompañados que se ‘cuelan’ en Melilla lo hacen a través de los pasos fronterizos, aprovechando cualquier incidente que se registre en ‘tierra de nadie’.

El padre Ángel García recibe   la Medalla de Oro al Mérito   en el Trabajo

El Consejo de Ministros aprobó ayer, a propuesta de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo al padre Ángel García, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz.
El padre Ángel se ha posicionado públicamente en contra de la instalación de las cuchillas en la valla de Melilla y el año pasado reclamó a los políticos su retirada con motivo de la celebración de la Navidad.
Ayer agradeció la distinción que entiende no cómo el reconocimiento a una persona, sino a toda la “gran familia” de Mensajeros de la Paz. “Esta medalla es para todos, para algunos que se nos han quedado en el camino y para tantos otros que hoy nos acompañan en este reto de hacer un mundo mejor”, dijo.
Ángel García Rodríguez, más conocido como el padre Ángel, nació el 11 de marzo de 1937, en La Rebollada, Mieres (Asturias). Hace 52 años fundó Mensajeros de la Paz, atendiendo a miles de personas necesitadas, en más de 50 países. Su labor humanitaria ha sido reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, la Gran Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social y la Gran Cruz de Oro de la Orden del Dos de Mayo, entre otros. A sus 77 años se mantiene activo. Solamente en España, Mensajeros de la Paz gestiona 260 centros y proyectos, cuenta con más de 3.900 trabajadores y miles de voluntarios que atienden a cerca de 20.000 personas.

Una abogada de Frontex cree que basta con saltar la valla para poder pedir asilo

La abogada Inmaculada Fernández, de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras de la Unión Europea (Frontex), admitió ayer que la flexibilidad de las autoridades españolas a la hora de reconocer dónde están las fronteras de Melilla y Ceuta es una cuestión “muy compleja”. No obstante, señaló que “la frontera está donde está y cuando uno la ha cruzado, tiene derecho a pedir asilo”.
Estas declaraciones aluden a los argumentos esgrimidos por España al devolver inmigrantes encaramados en la valla: Según Interior no han entrado en nuestro país.
La abogada de Frontex añadió que no conoce, pese a haberlo buscado, ningún caso de ningún tribunal de derechos humanos sobre el tema de dónde están las fronteras de los Estados, dijo en el XXIV Encuentro de la Abogacía sobre Derecho de Extranjería y Asilo, que se celebra en Bilbao.
Arnáez aclaró que Frontex no opera en las fronteras de Melilla y Ceuta, aunque sí en  el puerto ceutí. Sin embargo, subrayó que Europa tiene 12.500 kilómetros de fronteras terrestres, casi 70.000 marítimas, incluidas 3.000 islas, y casi 600 aeropuertos que sirven de entrada en la UE. Ahora mismo el mayor problema migratorio lo tiene Europa en Los Balcanes e Italia por donde han entrado 50.000 personas en lo que llevamos de año frente a 46.000 en 2013.
Ayer en Bilbao la abogada de Frontex vino a decir lo que casi todo el mundo reconoce como la solución a la presión migratoria: Para frenar la llegada de inmigrantes hace falta más cooperación con los países de origen.