El Gobierno marroquí se prepara para enmendar en los próximos meses el Código de Familia, conocido como la 'Mudawana', para introducir más garantías a favor de las mujeres y los niños, lo que levanta esperanzas en las mujeres para conseguir más igualdad y protección.
Este domingo se cumplen dos meses desde que el rey Mohamed VI ordenara revisar la 'Mudawana' y diera para ello un plazo de medio año, en respuesta a las reivindicaciones del movimiento feminista marroquí, que en los últimos años pide una segunda revisión de esta ley, tras la de 2004, para consagrar el camino hacia la paridad.
La redacción del proyecto del nuevo Código de Familia fue asignada a una comisión compuesta por varias instituciones gubernamentales, judiciales y religiosas, que realizan sesiones de escucha a las entidades sociales vinculadas con el asunto.
Varias disposiciones del Código de Familia están inspirados en la 'sharía' (ley islámica), y cualquier debate sobre su remodelación levanta profundas discrepancias entre los progresistas y los islamistas, y convoca el papel de arbitraje de la institución monárquica.
"Si el Código de la Familia (de 2004) representó un notorio avance, actualmente resulta insuficiente ya que la experiencia ha puesto de manifiesto diferentes obstáculos (...) que entorpecen el alcance de sus objetivos", dijo el monarca en un discurso dirigido a la nación en julio de 2022.
Esta revisión se produce en un contexto del retroceso político de los islamistas después de que su formación, el Partido Justicia y Desarrollo, que gobernó entre 2012 y 2021, perdiera las legislativas de ese último año y pasara a tener 13 diputados en el Parlamento (compuesto por 395 escaños) en lugar de los 125 que tenía antes.
Las corrientes progresistas, a la que pertenecen la mayoría de las asociaciones feministas, piden que la nueva revisión se base en las referencias internacionales de los derechos de la mujer y del niño, mientras que los conservadores exigen que la referencia principal sea la 'sharía', que, por ejemplo, establece que la mujer debe heredar la mitad que el hombre y prohíbe el matrimonio entre una musulmana y personas de religiones diferentes.
Mohamed VI llamó en el mismo discurso a aplicar el diálogo y "el esfuerzo interpretativo abierto" de los textos religiosos, pero insistió: "No voy a hacer lícito lo que Dios prohibió, ni tampoco voy a prohibir lo que Dios ha considerado como lícito".
Asociaciones de las mujeres, consultadas por EFE, exigen que el nuevo Código de Familia anule la discriminación entre hombres y mujeres en materia de custodia, herencia, matrimonio, divorcio y poligamia, entre otros.
El colectivo'MRA Mobilising for Rights Associates' plantea un memorando de propuestas, compartidas por la mayoría de las ONG feministas marroquíes, para la reforma de esa ley.
"El problema es también la filosofía del Código de Familia, que no permite mecanismos para alcanzar la igualdad. La nueva legislación tiene que basarse en las referencias internacionales y no en las disposiciones tradicionales", explica a EFE la presidenta de la Fundación Anaouate para los Derechos y el Desarrollo, Amina Byouz, que opera en la provincia sureña de Chichaoua.
El MRA denuncia que la legislación marroquí sigue permitiendo la poligamia en casos excepcionales, como la enfermedad de la esposa, y que no reconoce la contribución de las mujeres a la familia a través de su trabajo doméstico. Según el memorando, en 2021 la justicia marroquí recibió 4.000 peticiones de poligamia y respondió favorablemente al 39 % de ellas.
Además, las ONG feministas reclaman la abolición del matrimonio de menores y el fin de la discriminación contra los niños nacidos como consecuencia de relaciones extramatrimoniales (castigadas con cárcel por la ley penal marroquí), así como garantizar su derecho a una vida digna y a la filiación paterna.
Según un estudio realizado por la Fiscalía marroquí, sigue habiendo muchos matrimonios de niñas en Marruecos. Los tribunales recibieron en 2018 un total de 32.104 solicitudes para este tipo de matrimonio, lo que supone hasta un 12 % de los matrimonios registrados ese año en el país.
"Trabajo en una zona donde el matrimonio de las niñas es muy habitual. Seguimos registrando cifras inaceptables en 2023, por lo que pedimos la anulación de los artículos que permiten que los jueces autoricen este matrimonio. Este tipo de matrimonio priva a las niñas de varios derechos, como la educación escolar, y no les permite vivir con dignidad", afirma Byouz.
Las asociaciones defensoras de las mujeres piden también una protección completa y eficaz a las mujeres contra la violencia de género, otorgando al juez de familia la autoridad para emitir órdenes de protección contra el maltratador, sin recurrir a un proceso judicial.
La presidenta de la Asociación Mubadarat, Amal Azzouzi, que opera en la ciudad central de Taza, lo resume así: "Queremos que esas mujeres se queden en sus casas y que sea el marido el que tenga que abandonar la vivienda. Actualmente las víctimas van a centros de acogida, pero esa solución no garantiza su dignidad ni el interés de los niños".
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