El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, estuvo ayer en Melilla para inaugurar la nueva frontera inteligente, que ha costado 38 millones de euros, cuyo sistema no empezará a funcionar hasta el mes de octubre. Se trata de la infraestructura de la que se viene hablando desde hace años y que, inicialmente, debía estar funcionando en noviembre pasado, si bien hubo que retrasarlo todo, a pesar de haber concluido todo el proceso, porque, según aseguró la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, el sistema, que tiene carácter europeo, debe entrar en vigor en todos los países fronterizos al mismo tiempo.
Grande-Marlaska mantuvo por la mañana una primera reunión con Sabrina Moh y posteriormente mantuvo un encuentro con los jefes tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil antes de dirigirse hacia el puesto fronterizo de Beni-Enzar para llevar a cabo la inauguración de las instalaciones. La presencia del ministro en la zona no ha gustado absolutamente nada a las personas que trataban de entrar o salir de Melilla, que se han visto obligadas a guardar largas colas entre fuertes críticas por "la fotito" que quería hacerse el titular de Interior, al que pedían que se abra la frontera en las mismas condiciones en que se encontraba antes del cierre obligado por la pandemia del covid.
En principio, la visita a Beni-Enzar era una forma de justificar su visita a Melilla porque, en realidad, ya hemos dicho que el sistema europeo no podrá funcionar hasta octubre. Parecía más bien una excusa para hacer el anuncio de lo realmente importante, como es que el Ministerio del Interior, por fin, se va a poner manos a la obra para elaborar el proyecto y construir una nueva Jefatura Superior de Policía en Melilla, una vieja aspiración de la plantilla, que ha ido creciendo en número y especialidades pero que no ha tenido un reflejo en la infraestructura que necesitan estos funcionarios para trabajar en condiciones óptimas en nuestra ciudad.
Hace algo más de un mes, el propio secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Jesús Ruíz Barranco, manifestaba en este diario que la petición más importante de su organización de cara al año 2025 era precisamente que se dotara al cuerpo de una Jefatura Superior en condiciones, que reuniera los requisitos que deben ser exigibles para el desempeño de su más que imprescindible labor. Ruíz Barranco aseguraba que la primera promesa en ese sentido se hizo hace años pero que jamás se había materializado en nada.
Habrá que esperar a comprobar si en esta ocasión este nuevo anuncio de una nueva Jefatura Superior se convierte en una realidad, sobre todo si tenemos en cuenta que el Gobierno sigue sin tener unos presupuestos generales y, en principio, aún pueden pasar meses antes de que Pedro Sánchez logre el acuerdo suficiente en el Parlamento para tramitar su propuesta económica para 2025. Hasta ahora no se ha podido reunir el apoyo necesario para ello y es el segundo año consecutivo en que el Ejecutivo central se ve atado de pies y manos sin lograr tener unos presupuestos que le permitan desarrollar cualquier iniciativa política más allá de las condiciones que impone trabajar con unas normas presupuestarias prorrogadas.