El presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Miguel Marín, aseguró “se han erradicado” las intrusiones en el puerto por la zona del paseo del espaldón y por el área que hay junto a la caseta que hay al final de éste. Aseveró que, como se había previsto, el nuevo vallado y la vigilancia han eliminado los intentos de entrada por parte de inmigrantes.
Comentó que se redujeron un 90% las intrusiones desde la instalación del vallado en la zona que da para el puerto comercial y que no se han equivocado a la hora de establecer una vigilancia continuada durante el día y la noche en la zona porque ya no se han producido más intentos de adentrarse por este paseo del espaldón.
“Han desaparecido por completo, aunque hay otras zonas del puerto donde se registran ahora más entradas”, añadió.
No obstante, el presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla remarcó que ya se están estudiando nuevos sistemas de seguridad en estas otras áreas donde ahora hay más presión migratoria. De hecho, anunció que la semana que viene se presentarán algunas de ellas.
En este sentido, argumentó que se trata de reforzar la vigilancia en estos espacios donde se han desplazado los intentos de entrada.
Por otro lado, Marín explicó que se ha logrado que el paseo del espaldón sea utilizado por los melillenses para hacer deporte, andar o disfrutar del paisaje, porque “es un espacio privilegiado con vistas espectaculares”. “Se ha devuelto el espacio” para los ciudadanos, aseveró el presidente del Puerto.
La Autoridad Portuaria destinó 96.500 euros para la construcción de la caseta de vigilancia que, según Marín, iba a erradicar en su gran mayoría las intrusiones de inmigrantes que antes se producían a la zona restringida del puerto, y que en 2017 superaron las 19.000. Finalmente, como anunció ayer, ha sido así.
El paseo del espaldón se abrió el pasado 11 de septiembre tras rehabilitar toda la zona. Se trata de un dique de unos 550 metros que antiguamente era utilizado como paseo marítimo y que, pese a ser sometido a una mejora hace unos años, tuvo que ser cerrado al empezar a ser una zona de entrada irregular de inmigrantes al puerto. No obstante, desde 2007 se anunciaron cambios para recuperar este espacio para la ciudadanía e impedir las intrusiones en la zona de seguridad del puerto.
La Autoridad Portuaria ha invertido más de un millón de euros en la instalación de más de tres kilómetros de vallas y nuevas cámaras de seguridad en este paseo.
Algunas de estas medidas fueron los 123 metros lineales de una valla de 2,5 metros de altura en el muelle nordeste, una alambrada coronada por concertina para evitar que los jóvenes puedan entrar.
Asimismo, en el muelle espigón también se instalaron 130 metros de valla de las mismas características En la zona de las bateas, la valla es de cuatro metros de altura. A esto hay que sumar más de 300 cámaras de seguridad operativas, como anunció el presidente del Puerto hace unos meses, en la presentación de las obras.
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