El Grupo Faro organizó este martes una jornada de turismo en la que el campeón del mundo Berni Rodríguez, el vicepresidente de los hoteleros de la Costa del Sol, Javier Hernández; la presidenta de la Asociación SunCruise, y la periodista Pilar Martínez contaron en primera persona cómo se ha producido la transformación de Málaga hasta convertirse en una ciudad top del turismo cultural y urbano.
En el encuentro, patrocinado por el Patronato de Turismo de Melilla, se habló de la metamorfosis que sufrió la ciudad de Málaga que en apenas veinte años ha pasado de tener zonas deprimidas en el centro y calles oscuras, a convertirse en el destino de moda de España, con una oferta cultural que incluye 20 museos y una programación de eventos no estacionales y de primer nivel como son el Festival de Cine o el Startlite Festival.
Todos los ponentes coincidieron en señalar las virtudes de Melilla, que van desde la posibilidad de promover el submarinismo; pasando por el patrimonio arquitectónico o el turismo experiencial al ser una ciudad donde conviven cuatro culturas con sus historias, costumbres y oficios.
Para Melilla es importante que este mensaje de optimismo, cale entre la gente. No podemos pensar que todo está inventado ya. Tenemos que ser creativos y soñar nuestro futuro, diseñarlo y hacerlo realidad.
Para conseguirlo, en primer lugar, hace falta mucha constancia y mejorar la conectividad, pero, sobre todo, una conjunción de más inversiones en obras públicas con la unidad de todos los políticos en torno al objetivo común de apostar por el turismo como motor de desarrollo económico.
Si la gente encuentra en Melilla una historia y si la oferta cultural acompaña a ese relato, entonces empezaremos a cambiar nuestro presente dependiente de las inversiones del Estado por un futuro prometedor.
No hay secreto a la hora de atraer a las grandes cadenas hoteleras. La demanda tira del carro. Es ley de mercado. Si las grandes compañías ven que abrir en Melilla sale rentable, serán ellas las que muestren interés y corresponderá a la Administración ponérselo fácil; buscar espacios, en zonas sin desarrollar, e incluso hoy abandonadas, para que en su lugar crezca el esplendor de un gran hotel.
Puede parecer una locura, pero Málaga intentó esa locura y lo consiguió. ¿Por qué no iba a conseguirlo Melilla? Como dijo el campeón del mundo Berni Rodríguez, hay dos buenos momentos para plantar un árbol. El primero es hace 20 años. El segundo, es hoy.
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