El superintendente de la Policía Local, Luis Miguel Palacios Arduengo, asumió el cargo el pasado 13 de julio. Un día antes llegó a la ciudad y desde esa fecha ha tomado contacto con el cuerpo de la Policía Local. Palacios Arduengo se incorpora a su puesto después de haber ejercido como intendente jefe de la Policía Local en Palencia. Ese mismo cargo lo había desempeñado antes en el Ayuntamiento del municipio madrileño de Aranjuez. Es doctor en Derecho, tiene grado en Criminología y en Práctica Jurídica, estudiante de Ciencias Políticas y Relaciones Laborales, forma parte de su currículum.
–Lleva poco más de dos semanas en el cargo del superintendente de la Policía Local y ha tenido una primera toma de contacto ¿Qué se ha encontrado?
–Me he encontrado una policía muy profesional, muy motivada con su trabajo, inquieta porque las cosas del cuerpo vayan en una buena línea y he sentido un apoyo y una acogida satisfactoria. Y entre todos vamos a intentar mejorar la estructura y la organización interna para conseguir que los propios policías se sientan mejor y que redunde todo en un beneficio en la prestación del servicio y en la calidad del mismo para que el ciudadano también perciba una policía muy eficaz.
–Como superintendente, ¿cuál es el proyecto que trae a la Policía Local?
–El proyecto tiene muchos pilares que irán haciéndose a corto, medio y más largo plazo pero en un pequeño resumen, es una policía cercana al ciudadano, próxima y una policía resolutiva en cuanto a los problemas. Es decir, cuando un ciudadano o la sociedad melillense tenga una problemática, que intentemos y seamos capaces por un despliegue del cuerpo de policía bien efectuado , que la resolución de ese problema sea lo más rápida y lo más correcta posible.
–¿Han podido evaluar el tiempo de respuesta de la Policía Local cuando una persona llama?
–Sí, el tiempo de respuesta ante llamadas urgentes es un tiempo de respuesta bastante satisfactorio; otro tipo de llamadas que no tienen esa prioridad, evidentemente tiene un tiempo mayor de respuesta, que eso vamos a conseguir ir reduciéndolo por el incremento de efectivos policiales. También estamos en un momento ahora de vacaciones, y estamos en un momento en que se han producido bajas como consecuencia de las jubilaciones masivas que ha habido en todos los cuerpos de la Policía Local por la entrada de la nueva edad de jubilación a los 60 años. Eso hace que haya menos efectivos en prácticamente todos los lugares de España de los que debería de haber en catálogo de puestos de trabajo. Eso se va a ir solucionando a partir del mes de septiembre que se reactivan las oposiciones, tanto de policías de la escala básica como de mandos intermedios que también estamos un poco deficitarios.
–Desde los sindicatos han denunciado en distintas oportunidades el déficit en la plantilla ¿tiene un cálculo de cuántos policías hacen falta y cómo resolverán esta situación?
–Todas las policías locales, la de Melilla también, tiene una ley de coordinación, en este caso es un reglamento como Ciudad Autónoma donde viene una estructura organizativa del cuerpo y hay unas categorías y una serie de requisitos, una serie de grupos dentro de lo que es la legislación de funcionarios y, hay previstas dos plazas de inspector, hay previstas también plazas de oficiales y previstas las 32 plazas de policía; entonces eso va a ser una primera hornada para intentar poner al cuerpo con los efectivos que precisa.
Esto es una primera fase, evidentemente todavía hay que sacar alguna plaza más tanto de inspector como de subinspector, como de oficiales, es decir, los mandos intermedios, digamos.
–¿Y esas plazas, cuándo se podía sacar?
–En el momento de que se resuelva la primera convocatoria de estas oposiciones, pues posteriormente en los años sucesivos habrá alguna convocatoria más, por lo tanto, toda la plantilla va a tener opción a una carrera profesional y a una movilidad vertical, una promoción interna, que llamamos también.
–Desde los sindicatos también exigen el cumplimiento del acuerdo de mayo de 2019 que incluye entre otras cosas, un ajuste salarial. Además se creó una mesa de seguimiento del acuerdo ¿Forma parte de esta mesa? ¿Se está en un proceso de evaluación o cuál es el estatus actual del acuerdo?
–Contaré lo que sé hasta el momento. La semana pasada tuvimos una reunión, una mesa sectorial presidida por el presidente a la que acudieron también los sindicatos. El firmado parece ser que, la mayoría de esos puntos, se está iniciando su cumplimiento. Es decir, tanto la construcción del nuevo edificio de la jefatura, como las oposiciones y todo lleva un proceso de inicio de la marcha.
Si bien durante estos meses atrás por las circunstancias que hayan sido, además del COVID-19, que ha habido una paralización de todo en España, pues no se ha podido materializar, entonces existe voluntad y existe ánimo por las dos partes, tanto la parte profesional de la Policía como por parte de la Administración para encontrar caminos y soluciones para llegar a buen puerto el cumplimiento del acuerdo y las reivindicaciones legítimas que puedan tener.
–En estas semanas ha podido ver la ciudad. En materia de seguridad y desde el punto de vista de la Policía Local ¿cuáles cree sean los puntos que hay que reforzar?
–Uno de los puntos que hay que reforzar, debido también a las estadísticas, aunque ahora ha bajado todo considerablemente con la pandemia y con tener una menor actividad y estar cerrada la frontera, puede ser intentar mejorar todo lo que es el tráfico y lo que es la siniestralidad vial. Hay numerosos accidentes y es intentar reducir eso con un plan de actuación de la Policía Local que es la que tiene la competencia de tráfico en el casco urbano y, en colaboración con otros entes u organismos o cuerpos, intentar que haya una menor siniestralidad vial y una mayor seguridad, evidentemente, tanto para los conductores, como para los peatones, como para el resto de usuarios de la vía.
–¿Esto pasaría por un proceso de educación de la ciudadanía?
–Esto es un proceso largo porque empieza desde las propias clases de educación vial que imparten compañeros de la Policía Local en los centros docentes, sobre todo a los niños de más corta edad, para concienciarse con esta situación y luego un plan de vigilancia especial, es decir, que la gente cumpla las normas de tráfico es fundamental en cuanto a la velocidad a la que pueden circular por las calles, una revisión de toda la señalización, ver puntos críticos donde más accidentes se producen para, a través de vigilancia policial o a través de obras, incluso, o con la señalización pertinente se pueda reducir todo eso.
Y empezaremos dentro de las medidas disponibles que cuenta la Policía Local, de hecho ya hemos empezado con algunas de ellas que puede ser sancionar, el sacar otra vez el multacar, para que no haya tanta indisciplina vial.
–La Policía Local informaba de 31 denuncias en la primera semana de uso obligatorio de las mascarillas ¿cree que hay conciencia en la ciudadanía sobre esta normativa?
–Pues hay un poco de todo, hay personas que sí, que efectivamente van hasta con la mascarilla en el vehículo muy concienciadas y sin embargo hay otra parte de la población que no. Y hay otra parte que la lleva en la mano, como si fuera un reloj; hay personas que las llevan puestas pero mal puestas, la llevan debajo de la boca o debajo de la nariz con lo cual no sirve para nada, entonces hay un poco de todo.
Durante la primera semana se ha intentado, con la presencia de los cuerpos policiales, hacer un hincapié en el recordatorio de la norma y amonestar. Muchas personas, en el momento en el que le dice el policía, cumple con la norma y no hay problema; pero todavía hay algunos que encima de que se les advierte, no quieren cumplirla y evidentemente son los que han resultado denunciados, incluso en algún caso, hasta detenido.
–¿Primero se hace una advertencia o se informa a la ciudadanía?
–Depende un poco también de la situación, si hay distancia de seguridad, si va en compañía de una persona, si es un grupo, ver un poquito la peligrosidad que puede entrañar el incumplimiento de la norma, pero en cualquier caso hay que llevarla y se le indica la obligación.
–Usted además es el nexo entre la Policía y los responsables políticos ¿cómo ha sido la receptividad por parte de la Administración para escuchar y resolver los problemas de la policía?
–Sí, sin ningún tipo de dudas. Lo que ocurre en el tema de lo que es el salario hay que buscar la forma jurídica legal apropiada. Eso es la Administración Pública, esto no es una empresa particular de una persona que decide si le sube a su trabajador 100, 200 o 500 euros. Esto lleva una Ley de Presupuestos Generales, hay unas obligaciones legales y hay unos encajes que hay que encontrar para que el cuerpo de Policía Local de Melilla, que reivindica una mejora salarial y una equiparación con otras fuerzas y cuerpos de seguridad hasta con otros policías locales de la propia península, pues tengan un salario más o menos igual. Entonces sí que hay receptividad, lo que hay es que encontrar el cómo, esa es la cuestión.
–La actual Jefatura de la Policía Local tiene problemas de infraestructura ¿cómo repercute las condiciones del edificio en el trabajo diario, sobre todo, en los que trabajan en la oficina?
–El grueso de la Policía Local trabaja en la calle. Pero en esas personas, repercute porque es un edificio bastante antiguo, bastante obsoleto, que se queda pequeño porque también la distribución que tiene no es la más indicada. A lo mejor en su tiempo sí lo fue, pero hoy en día no. No tenemos una sala grande de briefing, de pase de lista donde se puedan comentar cosas, hay que hacerlo de pie, de malas maneras aunque ahora las aglomeraciones tampoco se pueden efectuar.
Pero bueno, repercute un poquito en el trabajo porque no se está en un lugar cómodo. Tenemos que acostumbrarnos, tenemos que aceptarlo, otras personas están peor en otros sitios y no nos queda más remedio que hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible y esperar a que se disponga de unas mejores instalaciones.
–En la parte personal, usted estaba en Palencia ¿qué le impulsó a solicitar el puesto de superintendente de la policía en Melilla?
–Es una plaza de un nivel superior, es como un ascenso. Melilla es una ciudad que yo no conocía, me habían hablado muy bien de ella, de la plantilla también, de su calidad profesional y para mi era un reto más. Yo estaba muy a gusto allí, también tenía unas condiciones profesionales buenas, pero la plaza tampoco la tenía en propiedad, estaba en comisión de servicio.
Realmente me pareció un gran reto profesional el venir a Melilla y de momento, estos 15 días, estoy encantado.
–En la jura de su cargo hablaba que podría finalizar su carrera profesional en la ciudad, ¿qué significa Melilla para usted?
–Si todo va bien y las cuestiones van saliendo y puedo aquí terminar mi carrera profesional, para mi sería un éxito y sería el colofón a la carrera, poner la guinda en el pastel. Me quedan todavía bastantes años y creo que sería una gran satisfacción para mi a nivel personal.
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