Mucho sentimiento y mucha devoción, como no podía ser de otra manera. La iglesia del Sagrado Corazón se preparó ayer, un año más, para acoger el pregón de la Semana Santa de este año. Antonio Guevara fue en esta ocasión el encargado de ponerle voz al sentir de los cofrades melillenses. Lo hizo desde la humildad y el amor a la Semana de Pasión de nuestra ciudad y con un profundo agradecimiento a su familia, la real y la cofrade, y sin olvidarse de su predecesor.
“Pregonar la Semana Santa es una gran responsabilidad y, a su vez, un gran honor y satisfacción”, aseveró Guevara. El melillense hizo una reflexión profunda sobre el significado de esta festividad religiosa, sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y el dolor que sintió su madre, la Virgen María. Y al mismo tiempo, sobre el arraigo que tiene en nuestra ciudad esta Semana de Pasión y la gran labor que están haciendo los jóvenes que se van sumando a las cofradías y demuestran que el sentimiento cofrade sigue muy vivo en Melilla.
“En estos últimos años, las cofradías han ido incrementado el número de hermanos. Esto ha permitido que se renueven pasos o incluso que se hayan construido otros nuevos. Se han formado bandas y agrupaciones musicales, que engrandecen a nuestra Semana Santa (…). Nuestra Semana Santa respira aires de juventud”, aseveró, sin olvidar, eso sí, que hay que saber guardar las tradiciones.
Guevara no quiso dejarse en el camino a ninguno de los que hace nposible que cada año los pasos salgan a la calle. Los costaleros, los integrantes de las bandas, los que preparan, adornan y cuidan a los titulares, y aquellos que trabajan día a día en la gestión de las cofradías. Pero también los ciudadanos que sin pertenecer a la familia cofrade, salen cada Semana Santa a acompañar a las procesiones y lo hacen con devoción. “Sería un error pensar que la Semana Santa es patrimonio exclusivo de de los cofrades”, aseveró.
Tuvo una mención especial a aquellos portadores que se visten con la túnica sólo por devoción y bajo “el anonimato de su faldón” dejan que sean los titulares los protagonistas absolutos.
Tradición familiar
También quiso el pregonero hacer una mención a la tradición familiar que hay detrás de muchos de los que viven esta Semana Santa. Empezando por él mismo, que recordó sus primeros acercamientos a los pasos acompañado por sus padres. “Mis padres, que estarán orgullosos de verme desde el cielo, me hicieron vivir la Semana Santa. Recuerdo la devoción de mi madre cuando contemplábamos las procesiones. Me inculcaron amor a Dios y a la familia”, apuntó.
Recalcó que es en el seno de las familias donde se educa a los hijos, donde se fragua el sentimiento cristiano, un sentimiento “que cuando se descubre, ya no se puede abandonar, porque da sentido a la vida y nos acerca a la felicidad”, dijo.
El pregonero se refirió, asimismo, a cómo sib los momentos de preparación. “En las cofradías, mucho antes de la Cuaresma, el ambiente de entusiasmo se va enardeciendo. Es hora de preparar tronos, las imágenes y los cultos. El trabajo que desarrollan los cofrades, que se miran en el espejo de Jesús, es sensacional, sin esperar nada a cambio. Hombres, mujeres y niños participan para que los pasos procesionales cada año superen a los del anterior”, apostilló.
Eso sí, Guevara recordó que la Semana Santa no sólo son procesiones y actos de culto. “La prolongamos todo el año, con actos de caridad y de solidaridad, pretendiendo ir haciendo cada día mejor la vida de los demás, siguiendo las enseñanzas de Jesús. Colaboramos en ir cambiando el mundo actual hacia un mundo más humano, más solidario, donde predominen los intereses comunes sobre los propios”, indicó.
Las estaciones de penitencia
El pregonero hizo un recorrido por todos los pasos que durante la tercera semana de abril recorrerán las calles de Melilla desde el Domingo de Ramos al de Resurrección. Todas las estaciones de penitencia tuvieron su protagonismo en una lectura llena de sentimiento que emocionó a las decenas de cofrades que se dieron cita en el Sagrado Corazón para respirar ya muy de cerca el olor a Semana Santa que impregnaba las paredes del templo y se dejaba notar en cada una de las palabras que pronunció Antonio Guevara.
El pregonero finalizó pidiendo, a los presente que sepan “oír como Cristo nos habla, aunque a veces, nuestras imperfecciones, no lleguen a entender su verdadero mensaje”.
Y alzó su voz para pedir Y alzó su voz para pedir que se viva con pasión y emoción la Semana Santa “con profundo sentimiento cristiano y que este perdure durante todo el año en nuestros corazones. Debemos orar los unos por los otros para que las obras de misericordias se conviertan siempre en el estilo de nuestras vidas”.
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