El Ingesa ha impartido un curso a 27 trabajadores seleccionados de las áreas que pueden tener más contacto con el maltrato.
Sensibilizar a los profesionales de la Sanidad sobre la violencia de género ha sido el principal objetivo del curso que ha impartido el Ingesa durante dos semanas en la biblioteca del Hospital Comarcal. Con esta actividad se intenta aportar las claves para detectar las secuelas, además de los daños externos visibles, que la violencia de género produce en la víctima ya que existe toda una gama de malos tratos, explica en su nota de prensa el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria.
En el curso han participado 27 profesionales de Melilla seleccionados de las áreas que más contacto pueden tener con casos de malos tratos, como los servicios de urgencias del Hospital Comarcal y de Primera Atención o Tocoginecología. Sin embargo, siguiendo el Plan Nacional contra la Violencia de Género en lo relacionado con este tipos de hechos, está previsto que reciban este tipo de formación todos los médicos y personal de enfermería.
“La violencia doméstica se ha convertido en un problema de salud pública de primer orden, no sólo por las víctimas mortales que ocasiona, sino por las consecuencias físicas y psíquicas que genera”, explica el Ingesa. Este tipo de agresiones puede acabar generando enfermedades físicas y mentales que, a través de sus síntomas, pueden contribuir a descubrir este tipo de hechos en las consultas médicas y de enfermería. Precisamente estos indicios, signos y señales son los que los profesionales sanitarios están aprendiendo a detectar y valorar.
En estas jornadas se abordan cuestiones como la epidemiología de la violencia de género, su concepto, los mitos que existen sobre ella, el ciclo de la violencia y los factores que influyen en su mantenimiento, las consecuencias para la mujer y cómo repercute en su entorno.
Una de las profesoras que ha impartido el curso es Patricia Alemán Sinning, una médico de Familia del Hospital Costa del Sol que ejerce en el área de Urgencias.
“La violencia de género es más frecuente de lo que se cree habitualmente”
–¿De qué trata el curso?
–Básicamente de sensibilizar a los sanitarios sobre el problema de la violencia de género que es bastante patente e importante y es más frecuente de lo que se cree habitualmente. Estudiamos cómo detectarlo y abordarlo en las consultas. Se trata de cómo situar al profesional ante eso.
–¿Su ponencia en qué consiste?
–Mi parte consta de varias secciones. La primera se basa en datos estadísticos para que los asistentes se hagan cargo de la dimensión del problema. Y luego, más adelante, vamos a intentar ver cómo las emociones y sentimientos que tienen estas mujeres pueden llegar a influir en su salud. Finalmente, vamos hablar de la importancia que tenemos los profesionales sanitarios en estas situaciones porque siempre estamos en comunicación con estas mujeres , así como disponemos de un sitio privilegiado para abordar el problema.
–¿Es tan importante el papel del profesional sanitario para la detección de estos casos?
–Mucho, totalmente, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones el personal sanitario es el único al que tiene acceso esta mujer fuera de su entorno. Normalmente el maltratador logra aislar a la mujer de tal manera que, en muchas ocasiones, nadie sabe qué es lo que está pasando y, verdaderamente, ella no es capaz de comunicarlo. Pero siempre hay alguna razón por la que tienen que acudir al médico, a los servicios sanitarios, y hay muchos indicadores que nos pueden dar a conocer que esta mujer está sufriendo malos tratos.
–¿Hay muchas lesiones que puede detectar el personal sanitario?
–Las lesiones físicas se ven mucho más de lo que pensamos. De hecho en las consultas de urgencias, urgencias de traumatología, hay una gran prevalencia de mujeres maltratadas y que traducimos o se entienden como casuales. Por ejemplo, un esguince por caída por unas escaleras. Y psíquicas muchísimo. Desde los intentos de suicidio, que muchas veces vemos que detrás lo que hay es un maltrato psicológico a la mujer o bien físico, o síntomas que muchas veces lo que vienen a referirnos es un maltrato que la mujer está guardando y de alguna manera se está reflejando a través de algún síntoma físico
–¿Qué porcentaje hay oculto?
–Se estima que normalmente se detecta entre el 5% y el 10% de mujeres maltratadas. En cuanto a que lleguen a poner la denuncia, dos de cada diez mujeres maltratadas llegan a hacerlo. Es decir, nosotros llegamos a ver sólo la puntita del iceberg. La detección en los servicios sanitarios es escasa y, además, muy tardía. Normalmente tardas entre unos cinco y ocho años hasta que un sanitario llega a detectar que una mujer tiene una situación de maltrato.
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