El nombramiento de un nuevo director de la Residencia de Ancianos, tras décadas de servicio en dicho cargo de quien hasta ahora lo venía ejerciendo, no sólo demuestra el sectarismo del PSOE y su vocación de colocar a sus afines allí donde le sea posible, caso paradigmático por ejemplo de la Delegación del Gobierno. Demuestra además la nula vocación de la administración socialista de hacer efectivos los convenios de cogestión firmados para políticas activas de empleo e IMSERSO entre el Gobierno Zapatero y el Gobierno de la Ciudad Autónoma. Hace bien por tanto el Ejecutivo que preside Juan José Imbroda en impugnar el nuevo nombramiento. Los hechos siempre son más decisivos que las palabras y frente a las acusaciones de confrontación con que CpM y PSOE atacan recurrentemente al Gobierno local del PP, está la realidad en estos días indiscutible a tenor de lo sucedido con el cargo de director de la Residencia de Mayores.
Pero, además, no se trata sólo de una cuestión de carácter político, también lo es de carácter práctico, porque entre tanto se siga duplicando la gestión de unos mismos servicios no habrá mejora y mayor progreso de los mismos, sino tan sólo mayor opción para cultivar como se viene haciendo el clientelismo político.