En total diez personas entre monitores y pequeños marcharon ayer a Arcos de la Frontera para poder disfrutar de una semana de actividades y entretenimiento.
Un grupo de diez personas, entre monitores y niños, de la Asociación de Diabéticos de Melilla (Adimel) salieron ayer del aeropuerto de la ciudad rumbo a Arcos de la Frontera, donde les espera una semana de diversión, juegos y entretenimientos, en un campamento especialmente diseñado para ellos. Así un año más, esta asociación ofrece esta actividad a los niños de la entidad gracias a la ayuda de la Ciudad Autónoma que se hace cargo de los gastos de viaje y del propio campamento, tal y como explicó el presidente de esta institución, Joaquín Rosas.
El objetivo de que los niños vayan a este campamento, que durará una semana, es que aprendan a relacionarse con otros que tienen su misma enfermedad y también con otros jóvenes que no tienen diabetes. De esta forma, todos aprenden a convivir y a entender qué es la diabetes y cómo ayudar a una persona que padece esta enfermedad, por ejemplo, si sufre un desmayo.
El pasado año los chicos que fueron a este campamento, además de contar con las actividades de siempre, como son hacer jabón, manualidades de mimbre, el cuidado de plantas y de animales y una gran variedad de actividades físicas, realizaron tirolina, por lo que muchos de los pequeños que este año han podido volver al campamento tan sólo podían pensar en probar de nuevo este juego y en bañarse en la piscina, otra de sus favoritas.
El único gasto que realizan los padres es el autobús que recoge a este grupo en el aeropuerto y lo traslada hasta el campamento, puesto que el resto lo paga la Ciudad, ya que en caso contrario, sólo unos pocos niños se podrían permitir hacer este viaje.
Para todos los niños compartir con otros pequeños de su misma edad un tiempo de juegos y diversión es muy importante en su desarrollo social. Más aún cuando estos sufren alguna enfermedad que les hace sentirse diferentes al resto e incluso discriminados entre sus amigos. Por este motivo, el campamento infantil al que acuden los niños de la Asociación de Diabéticos de Melilla tiene tanta importancia para ellos. Allí se sienten comprendidos por otras personas de su misma edad y muchos de los monitores también sufren esta enfermedad, por lo que se sienten seguros y tranquilos.
Además, en el campamento les enseñan a realizarse la prueba del azúcar, a ponerse la insulina que precisan y a llevar una dieta equilibrada, e incluso, cuando vienen de esta semana de diversión, algunos de ellos comienza a comer más frutas y verduras.
Por otro lado, el campamento cuenta con un doctor que está pendiente de los niños y controla, junto con los monitores, que los pequeños se encuentren bien en todo momento.
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