El Auditorio Carvajal se llenó ayer para recibir el espectáculo de Fofito. El payaso de la familia Aragón, acompañado por muñecos, magos y malabaristas, consiguió arrancar las sonrisas a todos los presentes.
Cientos de melillenses disfrutaron ayer del espectáculo del circo en el Auditorio Carvajal. Pasadas las 19:30 horas comenzaba el espectáculo amenizado por los payasos mudos, que se comunicaban con los espectadores con el sonido de un silbato. Los pequeños disfrutaron con sus bromas y participaron en todo momento de la función. La llegada de Dora la Exploradora y Doraimon levantaron de sus asientos a los niños y a sus padres que cantaron las canciones televisivas de sus dibujos animados favoritos, al tiempo que bailaban al ritmo de la música. Durante las casi dos horas de función, también hubo tiempo para la magia y los malabares. Mazas, aros y pelotas bailaron sobre las manos del malabarista, que a pesar de algunos problemas derivados del aire, pudo culminar su actuación y consiguió las sonrisas y aplausos de los espectadores. La magia también sorprendió a los asistentes, frases como “es increíble”, se escuchaban entre los niños, mientras el mago sacaba objetos de bolsas aparentemente vacías o unía lazos de colores formando cadenas, sólo con el gesto de meterlos en un pequeño saquito. Los niños también fueron protagonistas de parte del espectáculo, subiéndose al escenario para participar en un concurso de baile. Pero sin duda, fue la aparición de Fofito en la última parte de la función lo que más entusiasmo despertó entre los presentes. Al grito de ‘¿Cómo están ustedes?’, el payaso de la familia Aragón saltó a las tablas para interpretar clásicos de siempre como ‘La Gallina Turuleca’, ‘Don pepito’ o ‘Susanita tiene un ratón’, que tararearon todos los presentes. Los padres y abuelos se convirtieron retrocedieron algunos años en el tiempo para regresar a su infancia y disfrutar junto a sus hijos de un espectáculo que nunca pasa de moda, el circo, que siempre vuelve y siempre entusiasma.