Los museos deben ser más "amigables" con los mayores

Un estudio publicado por el Ministerio de Cultura y Deporte afirma que mejorar la accesibilidad de los museos y eliminar las barreras no físicas son objetivos prioritarios para estrechar vínculos con los adultos mayores y ayudar a que este grupo poblacional envejezca de manera activa.

Sin descartar las diferencias de las tasas de envejecimiento que existen entre las autonomías del norte, donde son mucho mayores, y el sur de España, el informe del Laboratorio Permanente de Público de Museos resalta que al cierre del 2015 el 9,69% de la población de Melilla tenía 65 años o más, a tenor con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según los datos estadísticos del Padrón Continuo del INE, al comenzar el 2018 había 8.908.151 personas mayores en el país, un 19,1% sobre el total de la población (46.722.980).

En tanto, el Anuario de Estadísticas Culturales 2021 del propio Ministerio, subraya que la visita a museos es una de las actividades culturales más frecuentes en Melilla y en Ceuta. En 2019, el 36,1% de la población de ambas ciudades los visitó.

En Melilla se contaban en 2020 nueve museos y colecciones museográficas censados: uno arqueológico, uno contemporáneo, uno de Bellas Artes, uno de Ciencias Naturales e Historia, dos especializados, uno de Etnografía y Antropología, uno general y uno de Historia. Entonces, la media de visitantes era de 2.755.

Los especialistas detallan que el incremento de la esperanza de vida y las bajas tasas de natalidad han elevado el porcentaje de mayores dentro de la población española, quienes deben disponer de opciones culturales y deportivas en las que emplear su tiempo libre.

Si bien las posibilidades de acceder a estas alternativas no son iguales para todos, visto que dependen de factores socioeconómicos como el género, el origen, el poder adquisitivo, el nivel educativo y el capital cultural, el ocio es uno de los elementos esenciales para tener una vejez satisfactoria.

Aquí, desempeñan un papel vital instituciones como los museos, que permiten que los mayores participen culturalmente en su entorno comunitario a través del intercambio de experiencias, la ampliación de conocimientos y el desarrollo de intereses y habilidades que redundan en su bienestar físico y emocional.

Los expertos enfatizan en que los mayores son uno de los públicos potenciales más significativos de los museos. No obstante, hoy las encuestas evidencian que, si bien las actividades culturales son valoradas por este sector poblacional, los museos no reciben a los mayores en la proporción necesaria para afirmar que tienen una presencia "notable" en los mismos.

Una mayor presencia es posible

En ese sentido, la investigación "Conociendo a todos los públicos. Los mayores y los museos" resalta que se requiere una mayor correspondencia entre la asistencia de los mayores a los museos y el peso porcentual que este segmento en el conjunto de la sociedad.

Apenas el 17% de los entrevistados, de acuerdo con la Encuesta Europea de Calidad de Vida que cita el documento, ha reconocido haber participado en una actividad cultural en los últimos 12 meses. La falta de interés sobresale como uno de los factores fundamentales para no hacerlo.

De hecho, algo más de un 75% de los encuestados por una investigación sobre mayores y museos en Turín en 2001 tenía estudios elementales o medios y casi un 20% no había visitado nunca un museo.

Al mismo tiempo, un 20,93% de los mayores que no visitaba museos mostraba poco interés por este tipo de actividad, principalmente por falta de tiempo (18,18%) o mala salud (13,83%) y, en menor medida, por las dificultades en el uso de transportes públicos, el coste o la dificultad de realizar la visita en compañía.

Al ser preguntados por la forma en que preferían realizar la visita a un museo, la mayoría deseaba hacerla en grupos organizados (40,45%) o en compañía de familiares o amigos (34,57%).

En cuanto a la duración de la visita, el 56,81% de los encuestados indicó que entre una o dos horas como máximo.

¿Son los museos amigables con los mayores?

Una encuesta online enviada a través del directorio de museos españoles a directores, subdirectores y responsables de educación, comunicación y difusión de museos de distinto tipo y titularidad muestra además que en la mayoría de los museos dicen tener en cuenta a las personas mayores, aunque reconocen que "la adecuación de sus servicios y facilidades a las necesidades de este grupo de población es mejorable".

Asimismo, un 35,1% asevera que en los museos donde trabajan las ayudas técnicas específicas como lupas, bucles magnéticos o sillas de ruedas son o inexistentes o muy inadecuadas; un 23,6 % que la tipografía, el tamaño o el contraste de los textos no son totalmente adecuados.

Por otro lado, más del 50% afirma que las áreas de descanso no son suficientes; y que la señalización, en cuanto a tamaño y visibilidad, o la museografía, no está lo suficientemente adaptada a los mayores en cuanto a iluminación, reflejos o comodidad de acceso.

Mientras, un 33,7% reconoce que las rampas, las barandillas u otros elementos para facilitar la circulación no están suficientemente presentes.

En cuanto a servicios menos básicos, la mayoría de los responsables de museos confirma la ausencia de medidas específicas para este colectivo. Para el 70%, un servicio como la cafetería es inexistente o no tiene ningún tipo de adaptación en su acceso, su mobiliario o sus menús.

A pesar de que el voluntariado pueda parecer la actividad que más vincula a los mayores con los museos, solo el 31,6% de los museos consultados ha tenido un programa de este tipo para mayores en los últimos cinco años, mientras el 52,9% tiene o ha tenido en los últimos cinco años otra clase de iniciativas específicas para esta franja de edad.

De acuerdo con el estudio, de colaborar con el museo los mayores han pasado a ser más receptores de actividades específicamente diseñadas para ellos, como visitas guiadas (78,8%), visitas-taller (37,2%) o, en mucha menor medida, actividades intergeneracionales (31,4%).

Sin embargo, esto no se traduce en una mayor pasividad, puesto que un 36,2% afirma que la participación de los mayores aumenta con las iniciativas que los museos han diseñado específicamente para ellos, ya sea a través de preguntas u observaciones (el 42,1% de los casos) o mediante el diálogo y la interacción constante (el 32,3%) o, en menor medida, la colaboración en los contenidos y el diseño de la actividad.

Lo que le falta a estos programas es la evaluación ya que más del 70% de ellos no se evalúan.

¿Cómo se pueden hacer más accesibles?

Para mejorar la accesibilidad de los mayores a estas instituciones, los expertos destacan como prioridad el conocer las necesidades específicas de un segmento poblacional muy heterogéneo.

También llaman a reconocer la importancia de los museos como agentes de bienestar social involucrados en aumentar la calidad de vida de estos ciudadanos, combatir el aislamiento y reforzar su autoestima.

En concreto, se plantea ampliar la participación de los mayores en la vida del museo y su inclusión en el diseño de programación y actividades. Especial mención se hace del voluntariado como actividad relevante para ellos.

En ese sentido, se habla de buscar alianzas internas (dentro de la propia Administración) y externas (instituciones que trabajen con mayores) para trabajar con estos adultos.

De la misma manera, se insta a revisar las estrategias y los canales de comunicación para llegar a un mayor número de individuos y grupos de personas mayores de entornos urbanos y también rurales. Aquí, a los museos les toca impulsar una labor más proactiva al "salir de sus propios muros para darse a conocer".

Por último, se propone la elaboración de un documento de buenas prácticas y una guía de evaluación para programas de voluntariado con la colaboración de algunos museos.