Los menores consumen y trapichean con drogas en el interior del centro de acogida

El consejero Daniel Ventura achaca estos actos a jóvenes de  más de 18 que no están en La Purísima

Fuentes cercanas a La Purísima afirman que hay menores de edad que consumen drogas y trapichean con ellas en el interior del centro de acogida. Subrayan que algunos educadores y directivos de esta institución miran para otro lado cuando les ven fumar hachís o esnifar pegamento. La Consejería de Bienestar Social niega que sea así. Afirma que es fuera de esta institución donde hay grupos de jóvenes mayores de edad que consumen estupefacientes y que incluso roban a los menas que acoge la Ciudad.
Fuentes a las que ha tenido acceso El Faro explican que grupos de niños y jóvenes de menos de 18 años toman hachís y pegamento en el interior del centro. Aunque algunos consuman estas drogas porque están enganchados y las necesitan, otros las venden y hacen negocio con ellas, señalan.
Para estas fuentes, el problema que tienen muchos de los menas que tienen este tipo de actitud es que no hacen nada a lo largo del día. Subrayan que hay grupos que no participan en las actividades de ocio ni en los talleres formativos. Se pasan el día en los patios del centro dejando pasar el tiempo, indicaron.
Además, explican estas mismas fuentes que el problema de dejar a estos chicos a sus anchas durante todo el día es que cuando llega la noche no están en condiciones de aceptar normas ni de comportarse bien.
Señalaron que son los cuidadores y los vigilantes de seguridad los que todas las noches se tienen que enfrentar a chicos que tienen sus capacidades mermadas por el consumo de drogas para que pasen a los módulos donde tienen sus habitaciones.
Asimismo, estas fuentes añaden que no hay más trabajadores en La Purísima a pesar de que no para de incrementarse el número de menores acogidos. Denuncian que sólo hay un cuidador por cada 50 menas.

Hay trapicheo fuera
Por otro lado, el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, negó que haya menores consumiendo drogas en el interior del centro de acogida. Reconoció que en las afueras hay un problema desde hace tiempo: mayores de edad que trapichean con drogas y comenten robos.
Ventura indicó que esos jóvenes que tienen más de 18 años llegan a robar a los niños acogidos en La Purísima y aunque se avisa a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, estos individuos escapan rápidamente. Es más, el consejero indica que muchos de ellos son detenidos, pero que están en Melilla mientras se les tramite una orden de expulsión.
Estos jóvenes que hay en los alrededores del centro están ocasionando muchos más problemas. Rompen ventanas de los módulos que están más cerca de los descampados e intentan entrar a robar sábanas, mantas y los enseres que tienen los menores.
Ventura explicó que estos individuos llegaron a hacerse con cañas con un gancho en la punta para poder coger la ropa de cama y no tener que introducirse en el módulo de La Purísima para robar. Esto obligó al centro a instalar mallas en las ventanas, pero cada dos por tres las rompen.
En cuanto al incremento de menas en la ciudad, el consejero afirmó que no es algo que se haya ocultado y que Melilla está viviendo una crisis. La semana pasada había entre 320 y 330 menores en un centro pensado para acoger un máximo de 180.