Miles de personas salieron de sus casas para ver el espectáculo de carrozas y pasacalles por el centro de la ciudad, dejando de lado la crisis · Kilos de caramelos volaron de la mano de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Miles de ciudadanos dejaron de lado las preocupaciones, la tristeza, el paro y la crisis económica y salieron ayer a recibir a los Reyes Magos. La avenida Juan Carlos I y la Plaza de España estaban repletas de personas que esperaban con ilusión la llegada de este espectáculo, así como los caramelos que tradicionalmente lanzan Melchor, Gaspar, Baltasar y todo su séquito de pajes. Nueve carrozas y muchos más pasacalles entretuvieron a los melillenses al paso de los Reyes Magos. Sin duda, especial mención merecen las deportistas melillenses de la Federación de Gimnasia Rítmica. Desde el comienzo de la cabalgata, todas estas gimnastas realizaron sin parar las coreografías que durante varias semanas han preparado para este evento. Y a su paso, los melillenses respondieron con sus aplausos. Contorsiones, lanzamientos de aros, cintas y mancuernas, saltos y figuras artísticas fueron algunas de las composiciones de sus actuaciones que repitieron sin cesar para que todos los ciudadanos pudieran verlas. Mucho baile Un pasacalles de copos de nieve con una coreografía de María del Carmen Florido abría la cabalgata de este año. Tras ellas, la primera carroza que portaba la gran estrella fugaz que indica a los Reyes Magos donde está el niño Jesús. Un grupo de bailarinas Blancanieves fueron la antesala de la primera de las carrozas, la de los siete enanitos. Entre tanto, los ciudanos que estaban en primera fila ya se estaban empapando de confeti, que pasó a ser una alfombra de colorines al finalizar la cabalgata. Las niñas de Gimnasia Rítmica fueron las siguientes. Con un traje lleno de luces fluorescentes y vestidas como si fueran hadas, continuaron saltando y haciendo pasos imposibles para el resto de los mortales. La carroza de Melchor, inspirada en los lugares más fríos, fue la tercera en aparecer por la avenida. “¡Rey, qué me he portado muy bien!”, gritaba un niño desde el público para que le lanzaran caramelos. Fue con la llegada de Melchor cuando comenzaron a surgir los paraguas del público. Ayer no llovió ni había previsión de que callera una gota, pero los melillenses más listos le dan la vuelta al paraguas, y con afán recaudador, intentan coger todos los caramelos que vuelan de las manos de los Reyes y de los pajes. Un pasacalles de zancos fue la siguiente actuación. Entre los personajes que estaban en las alturas destacaron Mary Poppins, Blancanieves y su Príncipe Encantado, la Bella y la Bestia y la Cenicienta y el Príncipe. Todos acompañados por enanitos y otros personajes de estas películas de Disney. La Sirenita protagonizó la cuarta carroza seguida de un grupo de gimnastas vestidas de elefantes y monos con narices rojas. Gaspar llegó tras un grupo de bailarinas orientales, que continuó bailando otras coreografías. Los regalos sorpresa asustaron a más de uno, pues nunca se piensa que dentro de una gran caja vaya una chica llena de purpurina. Bob Esponja, Patricio y Calamardo protagonizaron la siguente carroza. A su paso se pudo comprobar como Melilla entera se sabe la canción de estos dibujos animados. Los muñecos de esta serie no sólo iban sobre la plataforma, sino que paseaban entre los melillenses saludando a los niños y estrechándoles la mano. Disney vuelve a triunfar Baltasar y su séquito iban montados en una carroza inspirada en oriente con varios elefantes decorando esta plataforma. Para cerrar la cabalgata de este año, se contó con los personajes clásicos de Disney. Una de las carrozas estaba repleta de Minnies y de Mickeys y la última, estaba protagonizada por Pluto. No obstante, los niños y adultos que contemplaron este evento quedaron alucinados con los muñecos gigantes de la película Toy Story. Entre dos personas tenían que manejar estos grandes Woody, Buzz Lightyear y Jessie. La única crítica que se le puede hacer a la cabalgata de este año es que Baltasar se quedara sin caramelos antes de llegar a la plaza de España. Los melillenses que estaban en esta zona del centro se quedaron sin estas golosinas porque los Reyes Magos a penas tenían para continuar repartido. Los 3.000 kilos fueron pocos para la gran cantidad de melillenses que este año esperaban pacientes el paso de estos tres personajes mágicos. Muchos niños se quedaron sin estos dulces y por ello se fueron desilusionados para sus casas. Pero seguro que se recuperan pronto de este ‘disgusto’, ya que hoy estarán disfrutando de los juguetes y de los regalos que sus Majestades hayan dejado en sus casas. Desde el balcón de autoridades del Palacio de la Asamblea los Reyes Magos explicaron a los niños que debían irse a dormir pronto para que ellos pudieran dejar los regalos en el salón de la casa.
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