Fernando Portillo, juez decano de Melilla, ha dejado claro este jueves que los magistrados que investigan la comisión de posibles delitos en ningún caso se dejan llevar por cuestiones relacionadas con las características personales de nadie. "Los jueces no miramos ni la ideología, ni la raza, ni el partido político del investigado", comentó a El Faro tras ser preguntado acerca de las acusaciones formuladas desde la dirección de CpM, que creía ver en la actuación judicial un atisbo de racismo. Según el magistrado, a los jueces "les va en el sueldo" las críticas por las decisiones que adoptan cuando investigan si existe un indicio firme de la comisión de un delito. Lo que "no va en el sueldo" es "tener que soportar insultos por parte de los responsables políticos". "Se puede discrepar desde la sana crítica de las resoluciones judiciales", indicó. Para Portillo, los jueces están obligados "a respetar las críticas" pero siempre que éstas se realicen "con fundamento". Lo que no puede compartir, según dijo, es que "se recurra a maniqueos argumentos de es que me tienen manía, que es un poco lo que viene a decir, es que se es racista". "Este tipo de argumento no es realmente un argumento, es simplemente una pataleta que dice mucho de la persona que se pronuncia de ese modo. Habla más de la persona que insulta". El decano recordó que los autos judiciales pueden ser recurridos y manifestó que "sobra cualquier descalificación" sobre la juez titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 2 de la ciudad, responsable de las diligencias y decisiones al respecto. "Yo no dudo de la autoridad ni de la profesionalidad de los compañeros". El magistrado reconoce que no ha leído los autos de prisión provisional comunicada y sin fianza que la juez emitió contra los exconsejeros de CpM y el propio líder del partido y, en consecuencia, no se quiso pronunciar respecto del asunto de la doble nacionalidad. "No sé más de lo que expresan los medios de comunicación. No me cabe duda de que la juez, a la hora de resolver la situación personal de los investigados y haber decideido que quedaran en situación de prisión provisional, lo habrá justificado debidamente". "Yo, desde la comodidad de mi despacho, no soy quién para valorar el trabajo de una compañera y sí confiar en que lo haya hecho lo mejor posible con las herramientas que tiene", subrayó. Además, entiende el revuelo ocasionado en la ciudad con el desarrollo policial de la operación Santiago-Rusadir. "Eso es lo normal y lo esperado cuando se investigan posibles delitos cometidos por responsables políticos", indicó para añadir que a los jueces "nos gusta trabajar en tranquilidad, en el silencio de nuestro despacho sin que estén los medios de comunicación pendientes de nosotros, pero a veces nos tocan procedimientos de esos que estamos obligados a investigar independientemente de la persona que tiene que ser investigada", reiteró.