Desde pequeño, David Lozano (Zaragoza, 1974) ya leía mucho. Pero enseguida tuvo la inquietud de inventar sus propios “personajes, mundos y criaturas” y empezó a escribir pequeños cuentos. Y desde entonces no lo ha dejado. Pero el punto de inflexión fue 2006, cuando ganó el premio Gran Angular por ‘Donde surgen las sombras’ y comenzó a dedicarse profesionalmente a la escritura. El autor participó ayer en el II Ciclo de Encuentros de Literatura Juvenil de Melilla (organizado por Oxígeno Laboratorio Cultural con el apoyo de la Consejería de Cultura y la coordinación de los cinco centros educativos de la ciudad que se han sumado al proyecto) compartiendo impresiones con los jóvenes sobre su libro ‘Hyde’.
–Háblenos de la obra.
–Es un homenaje a una novela de Agatha Christie que me gusta mucho: ‘Diez negritos’. Me gustaba mucho el planteamiento de ese libro: una serie de personas aisladas y entre las que hay un asesino. ‘Hyde’ es un nuevo enfoque. Es un grupo de jóvenes que son enviados a una finca muy aislada para participar en un experimento de publicidad subliminal que fomenta la lectura. El enfoque es distinto porque no es que haya un asesino entre ellos, es que cualquiera se puede convertir en un asesino durante esos días que dura el experimento porque el contenido subliminal se manipula y va sacando su lado oscuro. El libro juega con la manipulación, el lado oscuro que hay en nosotros. En los encuentros sale mucho eso. ¿Nos conocemos realmente? ¿Qué seríamos capaces de hacer en una situación extrema? Permiten debates interesantes en los que los jóvenes entran de lleno.
–El libro habla de un experimento para fomentar la lectura. ¿Leen los jóvenes?
–Mi impresión es que el fenómeno está como atomizado y que hay dos extremos. El mensaje de que los jóvenes no leen es falso dicho así. De hecho, la literatura juvenil tiene un buen volumen de ventas. Y en internet, hay muchos foros en los que gente joven habla de sus lecturas y desde hace un tiempo, también se está produciendo un nuevo fenómeno: el de los ‘booktubers’, que hablan de libros en su canal de Youtube y son gente joven que en ocasiones tienen cientos de miles de seguidores. Sí es verdad que hay un porcentaje de jóvenes que no lee y hay que trabajar eso. Pero luego hay otra parte que lee mucho.
–¿Cómo animaría a los jóvenes a leer su libro?
–Buff, qué pregunta más complicada... [Risas] Les explicaría que la lectura también permite vivir emociones intensas. En el género del suspense, y en mi novela ‘Hyde’, pueden encontrar esa intensidad. Es un libro que tiene ingredientes que a ellos les motivan mucho, como la amistad, el compañerismo, el riesgo... La atmósfera de la historia les va a atrapar y yo les diría que se dejen envolver.
–¿No es muy complicado que un libro compita con, por ejemplo, un videojuego?
–Lo que tenemos que conseguir es que vean que no es una competencia, que no hay que elegir. Parece que el problema es ese: o lees, o juegas o practicas deporte o vas al cine. Hoy en día hay una cantidad de alternativas de ocio tremendas. Hay que enseñarles que, si uno se organiza, tiene tiempo para todo. Tienen que descubrir que se puede sacar un hueco para la lectura sin renunciar a otras aficiones y que la lectura no es un rollo. En muchos casos, al joven le falta haber encontrado esa historia que le ha hecho disfrutar y a partir de la cual se ha aficionado a la lectura.
–Tener que leer textos clásicos en clase quizás tampoco les motive mucho...
–Elegir títulos no es fácil. Como visito tantos centros educativos, conozco planes de lectura muy interesantes. En muchos lugares sí se está apostando ya por planes lectores más cercanos a los jóvenes, incorporando muchos libros de literatura juvenil. Esa estampa de la vieja escuela en la que solo se leen clásicos todavía existe, pero hay muchos centros que están haciendo muchos esfuerzos. La prueba está en los escritores que nos movemos a lo largo del año visitando muchos centros porque han leído nuestras novelas. La lectura de solo clásicos no ayuda a motivar a los jóvenes. Pero yo no estoy en contra de la lectura de clásicos pero sí que se manden para casa. Estos textos están muy alejados de la realidad de los chicos y pienso que hay que trabajarlos en clase acompañándolos. Lo importante ahora mismo es que descubran el placer de leer y a través de los clásicos es mucho más difícil. Un plan lector bueno tiene que compaginar un acompañamiento de clásicos en el aula y lectura por placer para casa. Poco a poco se va incorporando literatura actual y más cercana a ellos. Por cierto, literatura juvenil no es sinónimo de peor calidad, que todavía hay ciertos prejuicios. Se está publicando literatura juvenil de alta calidad, aunque hay de todo, como pasa en la de adultos. De hecho, es muy difícil escribir literatura para jóvenes. Ha habido escritores que lo han intentado sin éxito.
–Es la segunda vez que participa en el ciclo de Encuentros de Literatura Juvenil de Melilla. ¿Qué le parece la iniciativa?
–Es excelente. Es muy emocionante, y también complicado, encontrarte con adolescentes para hablar de libros. Ver cómo te escuchan, el interés, cómo participan, cómo preguntan, la curiosidad... es muy bonito. Yo escribo sobre todo suspense y es un género que funciona muy bien entre la gente joven. Gracias a nuestro esfuerzo y a iniciativas como la de Oxígeno, pueden ver que a través de los libros les aguarda la aventura. Y cuando comienzan un libro y les motiva, luego continúan con otros. Muestro mi agradecimiento a todas las entidades que organizan esta iniciativa porque es muy importante que los jóvenes descubran el placer de leer. Toda apuesta para que los jóvenes lean es muy rentable a medio plazo y la inversión no es muy alta. La gente que lee luego son buenos comunicadores.
–Igual entre estos jóvenes hay algún futuro escritor...
–Claro que sí. En muchos encuentros que he tenido, se me acercan y me piden consejos para escribir. Nunca sabes lo que estás sembrando para el futuro.
–¿Es exigente el público juvenil?
–Sí lo es, porque es un público muy impaciente. El lector adulto es más sosegado y aborda las historias con un poco más de generosidad. El joven es más severo. Cuando una historia no le convence, no les cuesta nada abandonarla. Pero al mismo tiempo, cuando una historia les gusta, tienen una capacidad de vivirla, de soñarla que a veces los adultos hemos perdido ya. Los jóvenes son unos lectores absolutamente entregados.
–Ha ganado el Premio Edebé de Literatura Juvenil por su novela ‘Desconocidos’, en la que habla de los peligros de las redes sociales.
–Sí, habla de una cita a ciegas. El libro advierte de ciertos riesgos. A veces se nos olvida que en las redes estamos rodeados de gente pero que en el fondo son unos completos desconocidos. En la mayor parte de los casos, solo conocemos esa parte visible del ‘personaje’, del postureo que todos creamos en redes y que tiene sus riesgos. Aunque también es una novela romántica con un punto de misterio.
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