Quienes también han sido uno de los mayores afectados por el cierre de la frontera con Marruecos hace cinco años y la época de la pandemia han sido los empresarios ubicados en el Polígono industrial del Sepes, y quienes explican a este medio que se sienten ahogados por el importante descenso de la actividad comercial por el que les cuesta sacar un beneficio mensual e incluso realizar más contrataciones de empleo en sus empresas.
El Faro se desplazó hasta las inmediaciones de esta zona de la ciudad de Melilla para conocer cual es la situación en la que se encuentran las empresas que realizan su actividad en esta parte, así como las reivindicaciones que le piden al nuevo Gobierno.
El polígono del Sepes, situado junto a la frontera de Beni Enzar, servía para guardar todas las mercancías que llegaban al puerto de Melilla y eran llevadas a Marruecos. Desde el cierre de la frontera, muchas naves están en desuso.
De este hecho, quiso reivindicar uno de los empresarios ubicados en el polígono del Sepes.
Mohamed cuenta a este medio que desde el cierre de la frontera son muchas las naves que permanecen de hace cinco años cerradas. Además, explica que recientemente, algunos empresarios melillenses han decidido cerrar sus naves porque, cada vez menos, “le ven futuro a Melilla y a las oportunidades laborales que ofrece la ciudad”.
Poco futuro empresarial
“Este polígono servía para guardar mercancía que llegaba desde el lado del puerto, y desde el cierre con al frontera, solo hay que observar alrededor de las calles para ver que son muchas las naves que permanecen cerradas. Los empresarios que abandonan el polígono lo hacen porque, cada vez menos, se ven con futuro empresarial aquí en la ciudad”, explicó el ciudadano melillense a El Faro.
Casi jubilado, Tomás Pardo, gerente de La Casa del Caramelo también incide en que el cierre de la frontera está echando abajo los negocios locales en el Sepes.
“Aunque ya vengo poco, son muchos los que deciden cerrar sus negocios”, dijo.
No solo la actividad comercial ha ido decayendo con el paso de los años en el Polígono del Sepes, también el descuidado de las instalaciones e inmediaciones en las calles de esta localización en la ciudad autónoma.
Dedicados a la distribución cárnica en hostelería y carnicerías, José Carrero, administrador de Dicarme, distribuciones caŕnicas melillenses hace hincapié en que la actividad comercial también ha disminuido, aunque “les va bien en el negocio por la demanda que ofertan los negocios de alimentación en la ciudad”.
En el año 2019 se llevó a cabo la ejecución, con los fondos de inversión financiera sostenible de la Ciudad, la instalación de una nueva red contraincendios para el polígono del Sepes.
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, informó de que esta obra se iba a costear con fondos propios y ascendiendo a 946.509 euros.
Sin embargo, muchos son los gerentes de las naves industriales que denuncian a este medio que la canalización del alcantarillado nunca se limpia por parte de la empresa de mantenimiento.
Además, cuando caen lluvias torrenciales, Hamido Kachoua, gerente de Autos y Recambios Hamido explica a este diario que la zona baja del polígono del Sepes se inunda entera.
Limpieza de alcantarillado
Asimismo, subraya que en la zona de su negocio, ante la falta de limpieza del alcantarillado por parte de los Gobiernos de la ciudad autónoma, son los mismos empresarios los que se tienen que ver obligados a limpiar las alcantarillas.
“El sistema de alcantarillado de esta calle ni siquiera está mantenido. Somos nosotros mismos los empresarios los que tenemos que estar pendientes de su mantenimiento y limpieza porque desde los Gobiernos locales no se han molestado en venir a limpiarlo”, recalcaba el empresario melillense.
Desde Dicarme, distribuciones caŕnicas melillenses también apuntan a que la mejora en la recogida de basura es necesario porque “los contenedores siempre está llenos y mal distribuidos”.
“El servicio de limpieza está fatal en el polígono porque nos cambiaron los contenedores y se llenan con facilidad, encima se genera más basura y vienen con poca frecuencia a recogerlos”, explica el administrador de la empresa.
Seguridad
Otro de los puntos débiles del polígono del Sepes es la protección de las naves. La seguridad hace aguas en un lugar cercano a la frontera y en la que los menores no acompañados aprovechan para robar, y los jóvenes de la ciudad que se concentran los fines de semana para “hace botellón” generan basura y rompen mobiliario.
“En mi nave entran muchos menores para robar por las noches ”, dijo.
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