El pasado mes de agosto comenzaron a ejecutarse las obras en la calle García Cabrelles para peatonalizarla, que se realizaron dentro del conjunto de reformas que la Ciudad Autónoma ideó para el barrio del Rastro. Sin embargo, estas obras parecen no tener visos de concluir a diez meses de su comienzo.
La obra de remodelación de la calle García Cabrelles se ideó para renovación el acerado y la pavimentación. La Ciudad destinó en un principio 2.845.000 euros para la renovación de dicha vía para, según se comunicó, "dar más prioridad al peatón que al vehículo".
Con el paso del tiempo, la calle levantada junto al Mercado Central provoca el cansancio de los vecinos. Las obras afectan sin duda a los comercios de la calle, los cuales denuncian haber perdido clientela en este tiempo.
El Faro se ha acercado a esta calle para preguntar a los comerciantes cómo les está afectando estos meses de obras y si confían en que la cosa cambie con el nuevo Gobierno de la Ciudad.
Los gerentes y trabajadores de los comercios coinciden en mostrar el cansancio y hartazgo que vienen padeciendo después de tantos meses.
Abdel, gerente de la tienda 3b, manifiesta que los comerciantes del barrio están más que hartos de la situación. "Esto es una pesadilla", lamenta.
No obstante, este ciudadano entiende que las obras eran necesarias pues sostiene que la zona no se había reformado en cincuenta años, sino más.
"Cuando empezaron, estábamos todos muy contentos ya que pensábamos que pondrían todo esto muy bonito, pero ahora sólo queremos saber cuándo acabarán".
Abdel también sostiene que las obras han repercutido en una bajada del número de clientes en su negocio, puesto que no tienen donde aparcar y las obras molestan para circular por la calle.
Asimismo, este comerciante hace referencia a las obras en la plazoleta del Rastro, las cuales denuncia, llevan paradas desde dos semanas antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo.
En cuanto a lo que opinan los demás comerciantes, Abdel afirma que entre ellos no suelen hablar del tema de las obras, pues dice que les pone "de mal cuerpo", por lo que suelen evitarlo.
"Al paso que van, no sé cuando van a terminar. La verdad es que es una pesadilla para este barrio".
De la misma manera, en la tienda de menaje del hogar, Chic Chic, la dueña, Sabah, lamenta la situación en la que se encuentra la calle. "Todo está muy mal, voy a coger una depresión". Asimismo, Sabah denuncia que uno de los accesos a la tienda está impracticable debido a que la calle está levantada y con varios agujeros.
Sabah afirma que su tienda es histórica y se lamenta por cómo han afectado las obras a la afluencia de clientes. "Este negocio era de mis padres, no tiene un par de años y mira como está, vacío".
En el caso de Hamed, trabajador de la sastrería Mar Chica, sostiene que le gustaría que las obras acabasen pronto, pero mientras no le falte el trabajo sólo queda "aguantar y nada más".
Por otro lado, Mustafa, del autoservicio Dallas, denuncia que las obras han supuesto una ruina para su negocio y para la zona. mira como esta la calle
El hecho de que gran parte de la calle esté levantada ha supuesto que cueste traer más la mercancía. "¿Cómo metemos un palet de garrafas de agua?", dice Mustafa.
En cuanto a las ventas, este comerciante denuncia que han bajado en un 90% por la bajada de clientes tras el comienzo de las obras.
"Estoy mosqueado, la cuenta la tenemos a cero, pues aún con las pérdidas tenemos que pagar luz, nominas, impuestos y mira como está el negocio".
Otra de las quejas de Mustafa, aparte de los ruidos es la suciedad que generan las obras. "Entra mucho polvo, limpiamos la tienda cada dos días pero esto está lleno de suciedad". Denuncian también la falta de camiones de agua en la calle, respecto a otros lugares de Melilla. "En General Marina siempre hay un camión mojando las calles, pero aquí no viene nadie. Todo esto es una ruina".
Zakaria, dueño del locutorio Rastro, insiste en que está todo mal en la calle. Asevera que al estar todo vallado y no poder aparcar, están acudiendo menos clientes. La bajada en cuanto a la clientela es el principal motivo por el cual no descartan echar el cierre.
Tras haberse producido un cambio en el Gobierno de nuestra ciudad, siempre cabe la posibilidad de que la situación pueda ofrecer un cambio en unas obras cuyo avance no es especialmente rápido.
Por parte de los comerciantes del barrio, la mayoría muestra su esperanza en que el nuevo Gobierno de la Ciudad Autónoma haga que la situación cambie y concluyan las obras lo antes posible.
Sabah, de la tienda Chic Chic confía en que el nuevo Ejecutivo solucione la situación en la que viven inmersos en García Cabrelles. Asimismo, esta melillense afirmó que los comerciantes de la zona acudirán a la Asamblea y contratarán los servicios de un abogado para asesorarles para pedir posibles ayudas.
Abdel, del establecimiento 3b, confía en que la situación cambie con el nuevo Gobierno.
"Antes de las elecciones, vinieron los del PP a quejarse de la lentitud de las obras y de como estaba la calle. Este Gobierno sabe del problema que tenemos, esperemos que quiera ayudarnos".
En el caso de Mustafa, este comerciante recuerda que antes de las elecciones la consejera, Fadela Mohatar, acudió con los medios para mostrar el estado de las obras, sin embargo, Mustafa dice que "ya no viene nadie".
Asimismo, Zakaria confía en que la situación mejore con el nuevo Gobierno, además, sostiene que ya se han visto algunos cambios. "La limpieza de la zona ya se ha comenzado a hacer y muy rápido".
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