Los comerciantes ambulantes del mercadillo de la calle García Margallo se han visto afectados por el cierre de la frontera, el centro comercial o la falta de ayudas económicas por parte de la Consejería de Hacienda y la disminución de las ventas por la escasez del público. Por parte de la Ciudad le están buscando soluciones con posibles nuevas ubicaciones.
En esta ubicación del mercadillo, justo en la zona centro de la ciudad, asisten los vecinos de los barrios de alrededor de la zona como Cabrerizas, García Cabrelles, el barrio hebreo y Reina Regente.
El faro ha estado presente durante la jornada de este martes en la ubicación del mercadillo para conocer las inquietudes de los comerciantes y cómo se está desarrollando su actividad en la calle García Margallo.
En su mayoría, se han visto afectados por los diferentes factores que acecha a la economía melillense, pero también por la falta de soluciones y ayudas por parte de la Ciudad a estos comerciantes.
El público ha disminuido y sus ventas también
El Jantafi es uno de los primeros comerciantes ambulantes que podemos encontrar al inicio del mercadillo en la zona centro.
Nos cuenta que lleva más de 40 años dedicándose a la venta ambulante aquí en Melilla, su puesto es de ropa masculina y ha visto disminuir las ventas desde la pandemia y el cierre de la frontera con Marruecos.
Asimismo, relata que el beneficio que le saca a cada prenda no “llega a los tres euros” y que, los melillenses han dejado de consumir en la ciudad porque se lo “gastan en Nador”.
“El problema que tenemos aquí los comerciantes es que los melillenses se gastan el dinero en Nador. Encima que pagamos nuestras tasas que rondan unos 70 euros e impuestos como autónomos tenemos que ver como la propia ciudadanía no apoya el comercio local”, nos contó desahogándose.
También monta su puesto los lunes, miércoles y sábados en el mercadillo del Real, pero allí no llega a ganar ni 25 euros de beneficio entre semana.
“El sábado es cuando más dinero genero, pero en el mercadillo del Real la cosa va a peor, aquí en la calle Margallo tenemos un poquito más de movimiento aún así esto está muerto”, aseguró el comerciante.
Además, denuncia la mala distribución en la organización de los puestos pues a él le han colocado puestos por delante suya y pierde visibilidad “la mala distribución y el exceso de comerciantes hace que coloquen puestos delante de otros y perdamos visibilidad, así es más difícil vender”.
No obstante, hace referencia a que el centro comercial de Melilla ha incidido mucho en las ventas “nos ha arruinado las ventas porque el público ya no asiste como antes de la pandemia a comprar”.
La frontera afecta a la economía
Por otro lado, también nos atendió Manuel. El tiene dos puestos de venta ambulante en la calle García Margallo, uno de ropa interior femenina y otro de sábanas, toallas y colchones que lo lleva su madre.
En este sentido, afirma que Melilla ha tenido “un cambio increíble” desde el cierre de la frontera. Lo justifica añadiendo que antes “teníamos un número de clientes muy alto que diariamente venían a hacer compras personales o a buscar compras para ellos después revenderlas”.
Ahora, han “perdido” este tipo de clientela y el intercambio que suponía la entrada y salida de personas con posibilidad de comerciar.
“Nuestros ciudadanos consumen los fin de semanas en Marruecos”.
Por este motivo, los comerciantes se vieron obligados a buscar otras alternativas y a realizar propuestas a la Consejería de Medio Ambiente para paliar y cambiar sus situaciones económicas al “borde del precipicio”.
“En el mercadillo del SEPE en el barrio del Real estábamos ubicados a 300, 400 metros de la frontera en la periferia de la ciudad donde nos beneficiaba el tránsito fronterizo más sumando el público melillense”.
Así pues, propusieron añadir los martes y jueves al mercadillo de la calle García Margallo para el beneficio de las 160 familias que atribuyen su actividad al mercadillo y donde “han mejorado un poco sus ventas” y están “más contentos por ser en una zona histórica desde 1890”, afirmó Manuel.
Un mercadillo en la Plaza Multifuncional
El mercadillo que se celebra en el Real está en proceso para cambiarlo de zona, concretamente a la plaza multifuncional donde los trámites de solicitud ya se han iniciado tras mantener muchas reuniones entre comerciantes y la consejería de Medio Ambiente.
El consejero Hassan Mohatar, de la Consejería de Medio Ambiente ha confirmado a nuestro medio que bajo el estudio de los informes generados por el Cuerpo de la Policía Local de Melilla se ha llevado a cabo la viabilidad de poder celebrar los lunes y miércoles de cada semana el mercadillo en esta zona para incentivar el trabajo y la economía de los comerciantes.
“Hemos abierto el plazo de solicitudes para que el mercadillo se celebre en estas semanas en la plaza multifuncional y darles la oportunidad de tener otras ubicaciones que sirvan de aliciente para mejorar sus economías, así pasan a tener 5 días de ventas” afirmó el consejero.
Hassan reconoce que es “una situación complicada porque mucha de su clientela potencial provenía de Marruecos y venía a Melilla a realizar sus compras y visitar la ciudad".
Sin embargo, destaca que la reubicación en la zona centro de la calle Margallo " ha sido un acierto porque los comerciantes, en su mayoría están bastantes contentos".
Además, han facilitado carpas con el logotipo de la Consejería de color blanco para "mejorar la estética del mercadillo" y "evitar un poco la imagen de caos que había anteriormente".
Hablan las cooperativas
Mellid es un melillense que lleva más de 35 años en el sector de la venta ambulante, en este caso dedicado a la moda femenina.
Forma parte de la segunda generación familiar que abarca este modelo de negocio. "Recuerdo que cuando salía del colegio me venía directamente hacia el mercadillo para ayudar a mis padres", nos cuenta el comerciante.
Bajo el testimonio que nos cuenta, desde la pandemia las ventas han disminuido "en un 80 por ciento aproximadamente".
Este comerciante de 52 años es representante de la Cooperativa Melilla en el que participan unos 80 cooperativistas.
"Desde la Cooperativa estamos día a día intentando buscar soluciones para que nos puedan mejorar la situación en la que nos encontramos".
Tampoco se ha querido olvidar de la Consejería de Hacienda, Empleo y Comercio a la que llevan solicitando ayudas desde la Pandemia. A partir de aquí, la Consejería lanzó ocho líneas de ayudas para las Pymes y autónomos.
Desde entonces, solo le han otorgado una ayuda mínima que no llega a los 2.000 euros y "le ponen trabas" para llegar a cumplir los requisitos que le piden.
"A los comerciantes ambulantes nos han dejado fuera de las características obligatorias para poder solicitar ayudas económicas de las diferentes líneas que han anunciado en el BOME. En la línea 8 hablaron de fondos perdidos para ayudar a los autónomos y nos quedamos excluidos del número de solicitantes que había", añadió Mellid.
En este sentido, denunció también su malestar con la gestión por parte de la Consejería de Hacienda con la que han mantenido reuniones para pedir explicaciones por la exclusión de las ayudas al considerarse el sector más desfavorecido.
"Para ellos somos un cero a la izquierda. Me gustaría entender porque nos dejan excluidos de todas las líneas de ayudas que han estado saliendo" subrayó el representante de la cooperativa.
Por qué no hablan la verdad... porqué no dicen que sus ventas estaban dirigidas al cruce de la frontera.
No son ellos los únicos afectados, también lo han sido todas esas grandes superficies que se vinieron a la ciudad en busca de grandes beneficios a costa de la explotación de todos aquellos que día a día iban y venían soportando largas filas, extenuantes horas en la frontera para llevar sobre sus hombros una pesada carga por unos míseros euros para que los reales dueños del Gran Contrabando llamado y aceptado por nuestra politiqueria barata como Comercio Atípico continuarán explotando a un gran grupo de necesitados.
Es hora ya de cambiar, de comenzar a buscar nuevas soluciones, pues el comercio, como todo en esta vida tiene que moverse, adaptarse a las nuevas condiciones, porque al estancarnos perdemos. Es sumamente difícil luego de años viviendo de una forma verse obligado a ir en busca de nuevas perspectivas, pero hay que hacerlo, como lo han hecho las viejas casas de fotografías. O buscaron nuevas formas o simplemente desaparecerían, como les ha sucedido a casi todas..
Hay que tener en cuenta que nada es para siempre... ni la propia vida.