Una veintena de vehículos de ayer, hoy y siempre se dieron cita en la plaza de Pedro de Estopiñán, tras un paseo desde Rostrogordo hasta las calles del Pueblo. Los ‘minis’, escarabajos y hasta un porsche se pasearon por la ciudad para deleite de los melillenses. Los amantes de los coches antiguos sacaron sus joyas para exhibir su belleza, aprovechando una mañana soleada y calurosa.
Desde los pinares de Rostrogordo, donde permanecieron gran parte de la mañana, pasado el mediodía bajaron hasta Melilla La Vieja. Allí, algunos vecinos disfrutaban de un refresco y aperitivo cuando comenzaron a aparecer los ‘clásicos’.
Algunos con dificultades y otros con más fluidez consiguieron subir la cuesta del Pueblo y llegar hasta la plaza de Pedro de Estopiñán. De manera ordenada, los coches fueron aparcando para que los melillenses que quisieran se acercaran a admirarlos. Los pequeños de la casa fueron los más entusiastas, pues muchos de ellos quisieron inmortalizarse con estos ‘clásicos’. Los abnegados padres sacaron sus cámaras e hicieron las fotografías.
El calor era intenso en la mañana de ayer, pero una vez aparcados los ‘clásicos’, sus propietarios no dudaron en tomarse un refresco para combatir las altas temperaturas. Antes de relajarse e irse a sus respectivas casas, los conductores de las ‘joyas de Melilla’ no dudaron en hacerse la tradicional foto de familia y poner punto y final al encuentro de coches antiguos.