También se habló de la escasez de alimentos que se produjo en la ciudad durante esta época
Las jornadas para conmemorar el centenario de la I Guerra Mundial continuaron ayer en el Campus con las cuatro ponencias en las que se analizó el conflicto desde diferentes perspectivas, entre ellas, el impacto que tuvo en nuestra ciudad. Juan Díez fue el encargado de explicar cuáles fueron los reflejos de este conflicto en Melilla. Díez aseguró que hubo melillenses que murieron en esta guerra . Asimismo, hizo referencia a la escasez de productos alimenticios que se produjo en la la ciudad, porque gran parte de la producción españolase destinba a los países beligerante y a Melilla llegaba poca y parte de ella era enviada, por contrabando, a la zona francesa en Argelia y la zona sur de Marruecos.
Díez se refirió también a cómo cambió el aspecto de la ciudad durante los años de la I Guerra Mundial. En este punto señaló que en esta época se crearon los barrios del Monte María Cristina, Batería Jota y Reina Regente, aunque éste último se amplió más tarde. Asimismo, el conferenciante señaló que durante este tiempo existió un importante afán por parte de las autoridades de crear una ciudad “bonita para el vecino”.
El ponente indicó, además, que en esta época también comienza a exportarse mineral desde Melilla. Sin embargo, el comienzo de la Gran Guerra provocó que algunos de los buques cargueros fueran hundidos por submarinos.
Otro de los ponentes fue Marcos Roberto Pérez que habló sobre la posición de España ante la I Guerra Mundial. El conferenciante trató de explicar a los presentes cómo se fraguó esa neutralidad, a través de un proceso histórico, y la importancia que tuvo para el desarrollo del país el hecho de mantenerse al margen del conflicto bélico. Pérez dijo que gracias a la ruptura del aislamiento en el que estaba España a final del siglo XIX y a su neutralidad en la Gran Guerra, España consiguió en 1918 insertarse en la Comunidad Internacional.
Por su parte, la profesora Cristina Hernández analizó la figura de la pintora británica Evelyn de Morgan. Hernández indicó que la artista era pacifista, feminista y espiritualista y combinó estas tres corrientes en sus cuadros. La ponente señaló que algunas de sus pinturas sirvieron para criticar las consecuencias de la guerra, pero también para dar esperanza a las madres y esposas cuyos hijos y maridos se fueron a combatir al frente.
Asimismo, la también profesora Laura Cano habló sobre la educación en el siglo XX. Cano explicó que se trata de una época clave para la enseñanza, en la que arrancan los métodos de pedagogía, pasando de la escuela tradicional, donde la disciplina y el rigor eran las claves, a una escuela en la que es el alumno es el protagonista. El inicio de la I Guerra Mundial, explicó la docente, provocó un “parón” en esta evolución del sistema de enseñanza, pero también causó que por primera vez se tomara conciencia de la importancia de la formación en las clases bajas, cuando se detectó que muchos soldados llegaban al frente sin saber leer ni escribir.
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