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Los ánimos a España se mantuvieron en el bar Chache hasta el final del partido

Era mucha la expectación generada ante el partido de fútbol que se jugaba este martes, día de la Constitución española –muy apropiado–, entre las selecciones de España y Marruecos. Por ello, han sido muchos los melillenses que se han desplazado hasta los bares y cafeterías de la ciudad que han retransmitido este evento para disfrutar de él todos juntos. 

El Faro se ha acercado al bar Chache, muy conocido en la ciudad, para presenciar de primera mano cómo los ciudadanos iban a vivir esta emocionante jornada.

Eran las 15:30 horas y aunque dentro del bar todavía había gente que se encontraba comiendo, muchos ya estaban sentados en primera fila, frente al televisor, esperando ansiosos a que diese comienzo el partido.  

Decenas de personas se han congregado en este bar melillense para disfrutar del juego todos juntos. Se respiraba un ambiente festivo desde media hora antes de que el partido empezase. Dentro del local ya se escuchaban los primeros gritos a favor de España. También golpes en las mesas anticipando el pistoletazo de salida para este evento mundial que tanto está dando de qué hablar en todo el país.

En la pantalla del televisor, los jugadores cantan el himno. Le siguen aplausos, silbidos y vítores de todos los allí reunidos a escasos minutos de que el partido vaya a arrancar. Llega más gente en el último minuto y se intensifican los ánimos al equipo nacional. Varios adultos y niños visten camisetas de la selección española con orgullo, mientras que hay algunos que han dado un toque de color a sus mejillas con la bandera hispana. 

El partido arranca bajo la gran expectación de los aficionados. Todos están pendientes del televisor. Mientras que algunos ya se han pasado a las cervezas bien frías para disfrutar del juego, otros se encuentran terminando de almorzar cuando el juego empieza. Pero, sin lugar a dudas, todo el mundo allí observan emocionados los movimientos de los jugadores españoles. 

Los primeros quince minutos de partido pasan volando y los melillenses reunidos en el bar Chache continúan con los ánimos por las nubes. Cada vez que los jugadores nacionales se acercan a la portería del equipo marroquí, se reavivan los golpes en las mesas y cantos de apoyo. Algunos ya comienzan a vaticinar que el partido acabará probablemente en empate, visto como ha comenzado la partida.

Muchos hablan y charlan animadamente, cerveza en mano, mientras transcurre el partido. Otros mantienen los ojos fijos en la pantalla, casi sin pestañear, pendientes de cualquier movimiento que pueda ser vital para el desarrollo del partido.  

Al grito de “¡Vamos, vamooooos!”, los aficionados observan como los delanteros españoles se acercan a la portería de Marruecos sin éxito. Una imagen que vaticina el resto del partido. Pero todavía estamos en los primeros minutos y la esperanza se mantiene muy alta.

Alrededor del minuto 20 los aficionados que se encuentran en el bar Chache ya comienzan a indignarse ante el partido que se está jugando. “Comienza fatal”, apuntan algunos. Pero, aún así, los vítores de “¡España¡ ¡España!” en una mesa de unas quince personas continuaban en el minuto 30. Sin embargo, el marcador se mantiene cero a cero a pesar de los múltiples intentos de gol de ambos equipos. 

A pesar de ello, cuando el tiempo marca los cuarenta minutos desde que empezó el juego, los ánimos continúan intactos en el bar Chache. Marruecos sigue acercándose a la portería de la selección nacional en reiteradas ocasiones. Los aficionados se mantienen alerta. La emoción se palpa en el ambiente. 

El primer tiempo de España-Marruecos finaliza con altas expectativas entre los melillenses que ven el partido en el bar. El descanso da tregua para que los aficionados reunidos despeguen los ojos del televisor y aprovechan para salir a tomar el aire y charlar hasta que se reanude el juego. 

Segundo tiempo

El segundo tiempo se reanuda en el bar Cache con bocinas. Durante el descanso han aumentado los ánimos para la selección nacional, a pesar de que el marcador continúe a cero. “Ambos equipos se encuentran muy igualados” es un comentario que se puede oír entre los melillenses allí reunidos nada más volver al partido. A pesar de ello, el ambiente que se respira en el local es de una auténtica fiesta con “muy buen rollo”. 

Al poco de empezar la segunda parte,se produce una nueva ovación. Esta vez dirigida al servicio, que se acaban de sentar a comer en un estruendoso aplauso, y que son los responsables de hacer posible que los melillenses puedan disfrutar del partido en su bar. 

La tensión entre los aficionados se mantiene cuando llega el minuto 50 y el resultado sigue siendo el mismo. España casi marca un gol, pero vuelve a fallar. Los melillenses lo están viviendo con gran emoción, pero se oyen las primeras quejas porque el árbitro no está siendo justo. 

Ya ha pasado una hora de reloj. El marcador se mantiene como al inicio del juego: cero a cero. A pesar de ello, los aficionados reunidos continúan animando a los equipos con la misma intensidad y los ánimos no decaen a pesar del tiempo transcurrido. “Vamos, todavía queda tiempo”, dicen algunos, dejando a un lado los comentarios que proliferaban antes diciendo que ambos equipos están muy igualados. Las esperanzas de estos seguidores están puestas en España. 

Prosiguen los continuos acercamientos a la zona contraria por parte de ambos equipos, pero siguen sin cambiar los resultados. A veinte minutos de que termine el segundo tiempo, los ánimos parecen empezar a disminuir levemente, pero los melillenses mantienen sus ojos pegados a la pantalla del televisor con la misma expectación que al principio. 

Al alcanzar el minuto 75, vuelven los vítores y ánimos que calientan el ambiente para el tramo final. Pero un nuevo gol fallido de España hace crecer la indignación. A menos de diez minutos para que el partido termine todo sigue igual que cuando empezó. Pero entre los aficionados crecen las incógnitas de si se producirá un empate o si la victoria se disputará en la prórroga. Ya hay algunos apuntando que la previsión no es buena y que están “sufriendo” ante el resultado del juego a minutos de que termine el partido. 

Aun así, los ánimos y las ganas entre algunos aficionados siguen sin decaer, pero se quejan ante los goles fallidos de España. La victoria está ahí, rasgándose, pero no se alcanza.Los gritos de ánimo como "España, vamos" se reanudan entre las quejas de las continuas faltas y comentarios de que el árbitro “está comprado”. 

“Que viene, que viene". Los aficionados anticipan lo que parece ser el gol definitivo, el que colocará a España como la vencedora a segundos del minuto 90. Se reanudan los golpes, aplausos y vítores ante el saque, pero nada. Un grito de indignación se propaga en el bar ante la jugada fallida. 

En los 5 minutos de tiempo extra el ambiente en el bar Chache se vuelve tenso; todo el mundo está pendiente de la pantalla, con las emociones agolpadas en lo que parecen ser los momentos finales del juego. 

Pero por muchas ganas que había en el bar Chache de que España se coronase como la vencedora del partido, el marcador se mantuvo como al inicio: cero a cero. 

Una prórroga emocionante

Llegan los instantes decisivos. El partido se ha vivido con ganas, pero las emociones están desbordadas antes de que comience la prórroga. Los nervios a flor de piel entre los melillenses que se encontraban en el bar Chache disfrutando del partido.  

Cuando Marruecos se encuentra muy cerca de marcar, muchos se echan las manos a la cabeza. Otro casi gol de España eleva la emoción en el interior del bar, pero baja rápidamente al ser impedido. 

Durante la primera prórroga el ambiente festivo parece ir desinflándose. "No hay manera de que metan gol ni por un lado ni por otro", comentan indignados, algunos ya tirando la toalla durante este tiempo de juego extra y afirmando que tienen todas sus esperanzas puestas en los penaltis.

El bar entero salta en chillidos de indignación, exclamando “no puede ser”, “vaya tela”, “son unos burros” y “están jugando fatal''. Una imagen que se repite, esta vez con golpes en la mesa, cuando España vuelve a fallar. 

Aún así, comentan a este diario que "está siendo más emocionante la prórroga que los 90 minutos de partido". Y no se equivoca. En el bar Chache, a dos minutos de que termine la segunda prórroga, los nervios están a flor de piel.

Los mismos intentos de goles se repiten en el tiempo extra de 3 minutos. El bar entero se levanta irritado porque lo han visto claramente “dentro”. A cada gol fallido de España, todas las personas en el bar se muestran verdaderamente alteradas, algunos levantándose indignados ante una victoria cada vez más lejana. 

Comienzan los penaltis. El momento decisivo del partido y las esperanzas de todos los aficionados de ambos equipos puestas a juego. 

Marruecos marca en el primer penalti. España, sin embargo, falla en el suyo. “Qué penalti más malo ha tirado”, suelta uno de los aficionados, que, a pesar de haber estado animando durante las dos horas de partido, se levanta ya con un cierto aire de derrota. 

Marruecos vuelve a marcar, mientras que España vuelve a fallar. La indignación entre los melillenses que hay en el bar ya es colosal y muchos comienzan a salir del bar antes incluso de que acabe el partido. 

Se escuchan los últimos gritos de ánimo, ya menos, porque el local comienza a quedarse vacío porque parece estar todo decidido. España vuelve a fallar. Los que quedan terminan también por levantarse, dirigiéndose a la puerta mientras lanzan improperios a la pantalla del televisor.

Marruecos marca otro tanto.Las quejas y culpas a Luis Enrique se elevan. "Esto es ridículo" o "ha sido penoso" son los últimos comentarios que se oyen mientras los clientes abandonan el local, desanimados y abatidos tras finalizar el partido. 

Fuera del bar, comienzan a pasar los primeros coches que pitan celebrando la victoria de Marruecos. Un alboroto que se propaga por la ciudad mientras los últimos melillenses que habían estado en Chache vuelven a sus respectivos hogares.

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