El colegio de Agentes de Aduanas de Melilla está celebrando este año su centenario. No corren los mejores tiempos posibles para las 14 agencias que hay en Melilla desde hace ya casi seis años, en concreto, desde el 1 de agosto de 2018, cuando Marruecos cerró la aduana comercial sin mediar explicación. Desde entonces, unas 150 personas que trabajan en ese campo –no contamos la cantidad de empresas que también se han visto perjudicadas por ese cierre– subsisten como pueden, con las devoluciones y algunos despachos de importación de productos que vienen de la península. De cualquier forma, acostumbrados como estaban durante casi 100 años a comerciar con Marruecos, el cierre de la aduana les hizo mucho daño. Tal como expresa muy gráficamente el representante del Colegio melillense, Antonio Mena, el colectivo se encuentra “en la UVI”. Los despachantes aseguran que no han encontrado ningún apoyo durante este tiempo en el Gobierno central. La semana pasada se celebró en Melilla, por primera vez, la asamblea general del Consejo General de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de todo el país, cuyos representantes expresaron su solidaridad con sus colegas melillenses. Se trata de un gesto que tiene su valor, claro que sí. Ya anteriormente han intentado desde el ámbito nacional hacer ver al Ejecutivo de Pedro Sánchez que debe interceder ante Marruecos para la reapertura de la aduana, pero por ahora no han surtido efecto sus intentos. Aquí en Melilla recibieron, cuando acudieron todos al Palacio de la Asamblea, el apoyo explícito e inequívoco de la Ciudad Autónoma y más en concreto de su presidente, Juan José Imbroda. Este es un asunto en el que tampoco puede hacer nada el Gobierno local, dado que las competencias se encuentran en Madrid, pero uno siempre se siente mejor cuando se sabe comprendido por el otro, y especialmente por quienes mandan. Ningún reproche en este campo al Ejecutivo autonómico. Distinto es el caso de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, a quien también fueron todos los representantes del Consejo General a visitar. Lamentablemente, poca información se les proporcionó, según Mena. Pero lo más curioso de todo es que de lo poco que pudieron sacar en claro fue que el motivo de que no se haya reabierto todavía obedece no ya a cuestiones técnicas, como se esgrimía en un principio después de la reapertura de la frontera. En cambio, Moh adujo “problemas políticos”, en palabras de Mena. No sabemos a qué se refería la delegada exactamente. El Gobierno de Pedro Sánchez siempre ha remarcado su amistad con Marruecos, por lo que extraña que ahora la delegada use esa palabra para referirse a los motivos por los cuales no se reemprenden las relaciones comerciales con este país a través de Melilla. Pero algo de ello debe de haber, pues el tráfico de mercancías entre ambos países se realiza perfectamente siempre que sea desde o hacia la península. Claro, a Melilla eso le perjudica enormemente, porque los productos se encarecen y, en el caso de los alimentos, llegan menos frescos que si lo hicieran directamente a través de la frontera. Y, mientras tanto, los agentes de aduanas de Melilla esperan una solución que no tiene visos de llegar, al menos a corto plazo.