Los acusados de yihadismo admiten los hechos y aceptan ser condenados a 6 años

• Visto para sentencia el juicio por la ‘Operación Javer’, que se celebró ayer en la Audiencia Nacional

Los seis yihadistas detenidos en mayo de 2014 en Melilla en la ‘Operación Javer’ por captar combatientes para Al Qaeda con el fin de cometer atentados en el Magreb o “en suelo occidental” aceptaron ayer, en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, una pena de seis años de cárcel tras reconocer los hechos y renunciar su líder al uso de la violencia.

Mustafa Al Lal Mohamed, ‘Doberman’, el dirigente de la red, admitió ser el “emir” (líder) de esta célula que operaba en el entorno de la mezquita Assalam, en el barrio de La Cañada,  por lo que la fiscal Dolores Delgado, al apreciar la atenuante de confesión, rebajó su petición de 12 a seis años de prisión y otros 10 de libertad vigilada.

Conformidad con las penas

Los otros cinco acusados (Rachid Adbelnahet, Kamal Mohamed Driss, Mohamed Mohamed Benali, Benaissa Laghmouchi y Mustafá Zizaoui), que se enfrentaban a 10 años también por integración en organización terrorista, se conformaron asimismo con seis años de prisión y otros tantos de libertad vigilada. Al no haber más acusación que la de la Fiscalía, la sección tercera de lo Penal, que dejó el juicio visto para sentencia, deberá condenarlos a esas penas.

“El islam no manda a la violencia, ni la incita, ni la justifica", dijo Al Lal riéndose, para después renunciar de forma explícita “al uso de la violencia para imponer ideas”, y terminó destacando: “Amo a mi gente, amo a mi familia y quiero pasar esto en paz”.

El líder de la célula admitió también que captó a uno de los acusados, Mustafá Zizaoui Mohand, quien por su parte reconoció que pusieron en marcha un aparato de propaganda con la creación de la web Sharia4Spain, rama española del movimiento global Sharia4, y manifestó que se arrepiente de la actividad que su célula llevó a cabo en la mezquita.

A este respecto, el guardia civil que instruyó las diligencias explicó que los integrantes de esta célula de captación tenían “una vocación muy global” al ejercer su influencia para adoctrinar, captar y radicalizar, en alusión a la utilización del aparato de propaganda Sharia4.

“Se trata de un movimiento internacional con origen en Reino Unido", agregó otro de los agentes que testificaron en el juicio, quien explicó que la filial española “adoptaba los contenidos que publica el grupo original, los traducía y lo particularizaba a la situación en España y, en concreto, a la ciudad de Melilla”.

La fiscal apreció la circunstancia atenuante de confesión y rebajó la pena solicitada para los acusados al haber asumido estos “la naturaleza terrorista para imponer sus ideas y la inexistencia de cualquier tipo de justificación”.

Vídeos para adoctrinar

“Sus armas eran los documentos, vídeos y libros que usaban para captar, reclutar y adoctrinar en la ideología” y “no existían objetivos terroristas específicos” por parte de la célula, precisó la fiscal Dolores Delgado.

En sus conclusiones provisionales, sostenía que los seis integraban “"una estructura localizada en Melilla que desarrollaba, bajo el ideario yihadista, labores de captación, radicalización, adoctrinamiento, financiación y posterior envío de voluntarios yihadistas” para Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

El líder de la red renuncia a la violencia: “Todo esto habrá que pararlo de alguna manera”

El líder de la célula yihadista desarticulada en Melilla en mayo de 2014, Mustafá Al Lal, acusado de captar combatientes para Al Qaeda con el objetivo de atentar en el Magreb o en Occidente, rechazó ayer el “uso de la violencia como un sistema para imponer ideas". "Todo esto habrá que pararlo de alguna manera", afirmó en el juicio que se siguió ayer en Madrid en la Audiencia Nacional.

Mustafa Al Lal Mohamed, ‘Doberman’, estaba acusado de liderar un célula yihadista, a la que pertenecían otros cinco hombres que también se sentaron ayer en el banquillo.

La fiscal que ejerció la acusación pública, Dolores Delgado, tras calificarle de "referente social e ideológico del barrio de La Cañada", le preguntó cómo puede contribuir a evitar que se tenga una visión deformada del islam y justificar las acciones violentas.

Tras "meditar durante estos años" y observar "el daño a familias e inocentes, esto hay que evitarlo a toda costa", aseguró.

Mustafa Al Lal Mohamed reconoció ser el líder del grupo y admitió que se dedicaba a la captación, radicalización, adoctrinamiento, financiaciación y posterior envío de combatientes yihadistas a las filas de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

El dirigente de la red y los otros cinco acusados serán condenados a seis años de cárcel tras rebajar la fiscal sus peticiones iniciales de pena al reconocer los inculpados los hechos que se les imputaban. En un principio, la acusación pública reclamaba 12 años para Mustafa Al Lal Mohamed y 10 para cada uno de los otros cinco acusados.

Los acusados fueron ingresados provisionalmente en prisión tras su detención en mayo de 2014. Cuatro de ellos permanecieron 10 meses excarcelados durante el tiempo transcurrido desde su arresto. Sin embargo, el juez instructor Fernando Andreu ordenó su regreso a la cárcel para asegurar su presencia en el juicio.