España se ha convertido en “precursora” y “laboratorio” de las políticas migratorias que ahora se impulsan desde instituciones de la Unión Europea (UE) y desde sus estados miembros. Es una de las conclusiones de un informe sobre la industria del control migratorio elaborado por la Fundación PorCausa. Señala que en nuestro país la industria de la migración comenzó a gestarse antes de que “en el resto de Europa entrase el pánico por la crisis de los refugiados”. En el estudio se explica que hay dos modelos de negocio claros que han surgido en torno a los fenómenos migratorios: la industria ilegal que ayuda a los migrantes a cruzar las fronteras de forma irregular, y la industria del control y la vigilancia de estas fronteras, un servicio que demandan los países para evitar que estos migrantes logren acceder a su territorio.
Una amenaza
El informe de PorCausa indica que en nuestro país se ha conformado una industria del control migratorio sin la cual no es posible llevar a término los objetivos declarados de la política de gestión de fronteras. Consideran que esto se crea primera convenciendo a la opinión pública de que los migrantes son una amenaza para la seguridad y el bienestar. Después, las mismas empresas se ofrecen para los con proyectos de vigilancia, control y detención.
Frenar los flujos migratorios
La Fundación apunta, además, que la realidad demuestra que el empeño por frenar los flujos migratorios consigue alargar las rutas y encarecerlas, pero no cerrarlas “La aplicación de estas medidas fuerza a los migrantes a abrir otras vías de acceso, a menudo más peligrosas, clandestinas y facilitadas por actores que operan en la industria generada en torno al cruce irregular de fronteras”, indica. Consideran que estas políticas multiplican el riesgo legal, económico y personal asociado al proceso migratorio. “Nos guste o no, el resultado de una valla plagada de concertinas es sufrimiento”, indica.
Además, considera que las puertas que se cierran para los inmigrantes en situación irregular pueden acabar por dificultar también la movilidad de la mayoría. Considera que la “obsesión” por incrementar los sistemas de seguridad dificulta los movimientos regulares y prima a los inmigrantes más ricos sobre los más pobres.
Dos mercados
La Fundación señala que en torno a la impermeabilización de las fronteras exteriores surgen dos mercados diferenciados: uno desregulado, ilegal y criminalizado para acceder a Europa al que acuden los migrantes que no tienen posibilidades de entrar de otro modo al no cumplir los requisitos establecidos por la normativa Schengen y la política común de visados; y otro en torno a los servicios demandados por los estados para ordenar y gestionar la migración limitando al máximo las entradas irregulares. En este segundo grupo incluye la construcción de las vallas que rodean Melilla y Ceuta.
Como muestra de la importancia que ha adquirido esta industria, en el estudio se indica que en los últimos diez años España habrá recibido no menos de 896 millones de euros para financiar la puesta en marcha de diferentes medidas de seguridad.
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