Un individuo se enfrenta a una posible condena de cuatro años de prisión como presunto autor de tres delitos: uno de malos tratos habituales, otro segundo de amenazas continuadas y un tercer delito leve de injurias. Según describe la Fiscalía en su escrito, al que ha tenido acceso El Faro, el procesado habría puesto un cortacañas en el cuello a su mujer, a la que también habría amenazado de muerte en numerosas ocasiones.
La acusación mantiene en su relato que el encausado suele agredir físicamente a la víctima y que esta teme que él lleve a cabo las amenazas que él le dice. Por ello, el Ministerio Público solicita que, además del ingreso en prisión, se dicte una orden de alejamiento e incomunicación para que no se acerque a la denunciante por un plazo de seis años y medio, tiempo en el que tampoco podría ponerse en contacto con ella.
El hombre compareció ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla en calidad. Sin embargo, decidió acogerse a su derecho a no declarar. Pese a que en este caso fue la víctima quien interpuso la denuncia, tampoco quiso declarar en el juicio. El artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal contempla la dispensa a declarar de la víctima o el testigo cuando es cónyuge o familia directa de la persona acusada, como en esta ocasión.
La única persona que testificó en la vista fue una peluquera que tiene su negocio cerca de la casa del matrimonio. Según apuntó, el día que la mujer denunció a su marido estuvo en la peluquería con sus hijos, pero ella no percibió ningún signo de que hubiera sufrido maltrato. Pese a la negativa de la víctima a testificar en la vista, la Fiscalía decidió mantener su acusación. Según recoge en su escrito, el encausado ejerce un completo total sobre su cónyuge, a la que “no deja salir ni opinar” por ser mujer, y con la que mantiene “una actitud extremadamente violenta delante de los hijos menores”.
La parte acusadora asegura en su informe que la denunciante siente verdadero pánico hacia su marido. Siempre según se recoge en el escrito, el hombre le dice de forma habitual que va a matarla y que también va a terminar con la vida de sus hijos, “a la vez que coloca un cortacañas en el cuello”.
El 15 de agosto del año pasado, según la versión del Ministerio Público, el hombre sacó un machete y le dijo a la víctima que la iba a matar, además de golpearla. Entonces, comenzó a destrozar los muebles de la casa y la mujer terminó refugiándose en el baño para evitar que él le pegase.
Así se expone en el escrito, en el que se apunta que fue un vecino quien llamó a la Policía.
Cuando los agentes llegaron al domicilio, ella “no quiso denunciar por temor a que él la matara”, pero cuando su marido se fue a trabajar ella aprovechó para ir a denunciar que sufría violencia de género. En el informe de la Fiscalía también se detalla que un parte médico acredita que la denunciante sufría varios hematomas en distintas zonas de los brazos.
Al finalizar el juicio, la parte de la defensa solicitó la libre absolución de su representado al entender que no se habían practicado pruebas en contra de su cliente.
El caso quedó visto por la juez para el dictado de una sentencia.
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