Frontera e Inmigración

"El lenguaje convierte en un problema los flujos migratorios"

El lenguaje no es nada inocente. Y la forma en la que los medios de comunicación narran la realidad tampoco. Para mejorar las noticias sobre el fenómeno migratorio, la periodista Charo Pérez, junto a Francisco Oda Ángel, publicaron en 2002 el manual ‘Inmigración e información. Recomendaciones para periodistas’. Hoy, todavía sigue vigente porque aún hay muchas cosas que mejorar, explica a EL FARO la profesional.

Charo Pérez participó el pasado día 4 en Cádiz en las jornadas ‘Inmigración y medios de comunicación’, organizada por el Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía, que pretendía fomentar las buenas prácticas periodísticas ante el fenómeno migratorio.

En la mesa redonda, Charo Pérez incidió fundamentalmente en la necesidad de un uso correcto del lenguaje, la diversificación de fuentes para completar y contrastar las versiones oficiales, el cuidado de las fotografías y el respeto a la imagen de los menores inmigrantes.

Retrospectiva

Charo Pérez recuerda que a mediados de los 90, el Estrecho se convirtió en un escenario de “naufragios y tragedias”, disparándose las travesías clandestinas. Los escasos 15 kilómetros que separan Ceuta de la península eran una “trampa mortal”.

Desde la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar detectaron que había muchas cosas que no se estaban haciendo bien en los medios de comunicación. Charo Pérez concreta que los periodistas locales, que conocían el terreno y estaban más familiarizados con el contexto, daban un mejor tratamiento de la información.

Sin embargo, apunta que en las noticias de los periodistas que venían de fuera, quizás por la falta de tiempo y de conocimientos de la zona, se producían más errores y la información era en muchos casos “sensacionalista”.

“El lenguaje que se utiliza en los medios convierte en un problema los flujos migratorios”, explica Charo Pérez, que insiste en que “no es un problema”.

Huir de estereotipos

Con el objetivo de mejorar la cobertura de los fenómenos migratorios, decidieron publicar en 2002 un pequeño manual con recomendaciones para los periodistas. En 2004, se reeditó también en árabe para los compañeros del norte de Marruecos. El objetivo era hacer frente a la visión tópica que se daba de los inmigrantes para “huir de estereotipos”.

Una de las recomendaciones del manual es no exagerar y utilizar los antecedentes y el contexto en el que se produce la información. Otro consejo es relativizar las cifras, comparándolas con las de los países de nuestro entorno. Números que parecen grandes igual no lo son tanto si se contrastan con los de otros estados.

Charo Pérez indica que hay que evitar provocar en el receptor una sensación de presión migratoria. Y utilizar palabras como ‘avalancha’ y ‘desembarco masivo’ no ayudan mucho.

La periodista también incide en que en los casos de delitos no se debe aportar información que no sea relevante, ni destacar el país de origen si este dato no resulta de interés. “¿Por qué especificamos la nacionalidad si no lo haríamos con alguien de Segovia, por ejemplo?”, se pregunta.

Otra de las recomendaciones es no hacer conjeturas ni interpretar las noticias, “como si supiéramos lo que pasa por la mente de otra persona”.

Hace también especial hincapié en que se contrasten las informaciones. Los males propios de la profesión provocan también que los periodistas tengan poco tiempo para preparar las informaciones por lo que se utilizan con frecuencia únicamente los datos proporcionados por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Charo Pérez pide hablar también con, por ejemplo, Salvamento Marítimo o Cruz Roja. “Hay que dar otras versiones”, apunta.

No hacer análisis sociológicos gratuitos es otro consejo. “No somos sociólogos”, insiste, a la vez que demanda que se contribuya, en lo posible, a dignificar la imagen del inmigrante y a resaltar la parte positiva de los flujos migratorios. Para ello, dice que es obligado tratarlos como a un semejante, “sin victimizar ni dar una visión paternalista”.

Charo Pérez resalta el papel del periodista. “No somos meros canales de transmisión”, apunta, recordando la responsabilidad social del trabajo de los profesionales de los medios de comunicación.

La periodista recuerda el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado y a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Charo Pérez es rotunda: “Nadie emigra por gusto”.

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