-
Agredió a su víctima para sustraerle el terminal. Arrojó ladrillos a los agentes que fueron a detenerlo
Un joven se enfrenta a sendas penas de prisión de cuatro años al ser acusado de dos delitos: el primero de ellos, un robo con violencia e intimidación, al haber supuestamente agredido a otro joven para sustraerle el teléfono móvil; el segundo, un delito de atentado, por presuntamente haber apedreado a los guardias civiles que cuatro días después fueron a detenerlo a su domicilio.
El primero de los sucesos ocurrió en el embarcadero del Puerto Noray en la madrugada del 20 de abril de 2014. Esa misma noche, el acusado, que responde a las iniciales S. T., supuestamente cometió otra conducta delictiva, pues también se le acusa de haber hurtado un teléfono inteligente modelo iPhone que estaba en la guantera de un coche aparcado junto al hotel Melilla Puerto.
El inculpado compareció ante la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla esposado y escoltado por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. El joven negó haber golpeado al testigo perjudicado y afirmó que fue éste quien le había sustraído su teléfono móvil.
“Con una navaja”
Sin embargo, la supuesta víctima, que declaró mediante videoconferencia, afirmó que S. T. lo amenazó “con una navaja” y que tras ello el acusado le propinó un puñetazo que lo tiró al agua. “Puso en peligro mi vida, él no sabía si yo sabía nadar”, proclamó. Y añadió que conocía de antes al acusado y que la relación entre ambos era “malísima”. El suceso ocurrió sobre las 6:00 horas de la madrugada de la fecha citada.
Hurto de un iPhone
También declararon dos jóvenes que aquella noche estaban junto a su coche estacionado en el aparcamiento frente al Melilla Puerto. Según afirmaron ambos, vieron a alguien que robaba algo “de la guantera” del vehículo, que resultó ser un iPhone.
Tras ello, se dirigieron al Puerto Noray y vieron al acusado, aunque no pudieron determinar si era él quien había sustraído el móvil. Sí afirmaron que les dijo que les ayudaría a recuperarlo.
Cuatro días más tarde, uno de estos jóvenes recibió una llamada de la Guardia Civil avisándole de que el iPhone sustraído del coche había sido llevado a un locutorio con la intención de “liberarlo”.
Las declaraciones de varios agentes de la Guardia Civil empezaron a arrojar luz sobre el asunto. Uno de los funcionarios señaló que se recibieron dos denuncias. La primera de ellas, la del agredido a quien robaron un móvil en el Noray. Cuando se le mostraron imágenes del acusado “lo reconoció sin duda”.
Desenlace del caso
En cuanto al robo del iPhone, los guardias se dirigieron al locutorio donde se había recibido ese terminal para liberarlo. El dueño del establecimiento también reconoció a S. T. como la persona que le llevó el iPhone.
El presunto autor del robo con violencia de un móvil y el posterior hurto de un iPhone reside en Cabrerizas, adonde se desplazó una patrulla de la Benemérita para arrestarlo. Al ver llegar a los agentes, el acusado escapó hacia la azotea del edificio, ubicado en una calle muy estrecha y, desde ahí, “saltó a otra”, según otro guardia que testificó.
“Piedras y ladrillos”
Fue entonces cuando S. T. empezó a apedrear a los agentes para evitar que le dieran caza. “Nos llovieron cascotes, piedras y ladrillos de la azotea”, aseguró otro guardia que participó en el arresto. “Mi compañero tuvo que esquivar las pedradas”. Por este delito de atentado, la fiscal pide cuatro años, que se sumarían a los otros cuatro que solicita por el robo con violencia ocurrido en el Puerto Noray.
Aparte, S. T. se enfrenta a una multa de 12 meses a razón de un pago de 12 euros diarios por el hurto del iPhone.