El acusado afirma que fue fortuito pero, según el denunciante, el juego estaba parado en ese momento.
Un joven se enfrenta a una condena a dos años de prisión por presuntamente haber dado un cabezazo a otro mientras ambos disputaban un partido de fútbol en el campo de fútbol de La Espiguera. El golpe causó la rotura de un diente al denunciante.
Los hechos sucedieron el 13 de enero de 2013. El acusado, cuyas iniciales son R. E., declaró que todo fue “un lance del juego”. Según su versión, ambos saltaron por un balón y él, sin intención, impactó con su nuca en la boca del otro jugador.
Aunque el inculpado admitió que en el transcurso de ese partido fue expulsado, afirmó que la tarjeta roja no se debió a los hechos ayer enjuiciados por el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, sino que fue “mucho después” y se derivó de una “discusión” con otro futbolista del equipo rival.
Tras su declaración, prestó testimonio la supuesta víctima, J. A. R., quien afirmó que “hubo un barullo” en el desarrollo del juego y se dirigió a uno de los jugadores del conjunto oponente “para separarlo del colegiado”. Según añadió, tras ese parón, el partido continuó.
“El balón salió por la banda. Cuando me di la vuelta, vi una cabeza en mi boca”, aseveró. Añadió que no recibió el golpe con la nuca, sino que el presunto agresor estaba de frente.
El árbitro no lo vio
El abogado defensor preguntó al denunciante cómo fue posible que ni el árbitro ni los linieres vieran la acción. “Me pregunto cómo no pudieron verlo”, respondió la presunta víctima.
El denunciante reclama que se le indemnice por el diente roto. A este respecto, el letrado de la defensa afirmó que según informes médicos, el estado de la dentadura de esta persona “no era lo más saludable”. “No era adecuado, pero la paleta estaba ahí”, replicó el joven en alusión al diente incisivo que perdió en esa acción.
El único tercero en prestar declaración fue el entrenador del equipo de la supuesta víctima, quien afirmó que también ejercía como presidente.
Esta persona confirmó la versión del denunciante y aseguró que “desde el banquillo” vio cómo R. E. agredía a J. A. R.
Una tangana
El abogado defensor le preguntó si durante el juego había habido una tangana antes de que se produjeran los hechos objeto de juicio. El testigo respondió afirmativamente. Entonces, el letrado puso en duda que viera la supuesta agresión, alegando que la tangana era lo que acaparaba la atención de todos.
Asimismo, el abogado afirmó que en el acta del partido no se recoge el cabezazo al denunciante y que dicho documento lleva la firma del presidente-entrenador, algo que éste negó, asegurando que la rúbrica que aparece en su lugar “es de otra persona”.
También se requirió la declaración de un médico forense, quien afirmó que el estado del diente roto “estaba deteriorado” antes de que se produjeran los hechos.
Pese a las dudas planteadas por el abogado defensor respecto al testimonio del denunciante, la fiscal solicitó una pena de dos años de prisión para el acusado, al considerar que obró “con dolo” y que se trata de una “agresión extradeportiva”. La defensa, en cambio, pidió la absolución, insistió en que fue un caso fortuito y subrayó que la parte acusadora debió llamar como testigos al árbitro y a los jueces de línea.
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